Tras un entorpecido debate del Plan Nacional de Desarrollo (PND), la alcaldesa Claudia López, celebra su aprobación asegurando que a Bogotá le irá bien. Es consciente del alcance que puede tener el artículo 365 que le otorga facultad al presidente Gustavo Petro para adquirir a título gratuito u oneroso los predios del Hospital San Juan de Dios para intervenir y ponerlo en funcionamiento. Esto no debería afectar el contrato que viene andando desde 2020 y que busca que el Hospital cuente con 46 consultorios, 27 especialidades, 7 salas de cirugía y 312 camas que beneficiará a más de 360 mil usuarios de las localidades de San Cristóbal, Rafael Uribe, Santa Fe, Antonio Nariño, Los Mártires y La Candelaria.
En la administración de Enrique Peñalosa, quedaron diseñados y abiertos los procesos para los contratos que suscribió la Subred de Salud Centro Oriente en 2020 con una inversión de $507 mil millones y que se encuentran en ejecución. Está avanzando la fase de pre-construcción con un 67.03% que para este año debe estar finalizada ¿Por qué quitarle a Bogotá el San Juan de Dios?
Luego de que el hoy Presidente, Gustavo Petro, durante su periodo como alcalde de Bogotá adquirió el predio por más de $157 mil millones y ya hay procesos contractuales para la renovación del Complejo Hospitalario San Juan de Dios. La administración de Claudia López, no ha tenido capacidad de manejo para sacar adelante la licencia del proyecto ante el Ministerio de Cultura. Se han tardado más de 2 años de la mano del contratista para tener resultado en esto y ahora ¿van a permitir que Bogotá pierda medio billón de pesos para mejorar el servicio de salud?
Las polémicas de las intervenciones en el hospital han estado limitadas al PEMP aprobado en que establece que los 7 edificios de Conservación Contextual, pueden ser reemplazados por obsolescencia como ocurre con la Torre Central que fue abandonada por más de 20 años, acelerando su deterioro por eso puede ser demolido y reemplazado. Incluso un estudio de la Universidad de los Andes, afirma que la actual Torre Central del San Juan de Dios, no cumple con las normas de sismoresistencia y tiene un método de construcción de los años 50, que hoy está prohibido para usar en el sector salud. Además, la torre no cumple con la altura que se requiere para un hospital de alta complejidad, que debe ser de 4 metros en pisos generales y en áreas quirúrgicas la altura debe ser de 8 metros. Actualmente la Torre tiene entre 3 a 5 metros.
El objetivo del gobierno nacional es impedir cualquier proyecto que sea ajeno a sus intereses políticos, sin importar los costos económicos y sociales que esto implica para la ciudad. El CHSJD debería estar listo para 2026, Bogotá no puede seguir sumida a intereses políticos, que buscan imponer una forma de hacer las cosas. Siguen ausentes las precisiones de la alcaldesa y la secretaría de Salud frente al impacto que va a tener el artículo 365.Preocupa que esta facultad que tiene plazo de 6 meses ponga en juego los recursos que invirtió la ciudad en este proyecto. Si el interés es fortalecer la formación académica y la capacidad de investigación en medicina se requiere de infraestructura que contribuya a estos aportes.