La crisis ambiental en Bogotá: más allá de la Alerta Ambiental

En días recientes la Administración Distrital anunció estado de Alerta Ambiental en la ciudad debido a un aumento en los niveles de contaminación del aire provocado por altas concentraciones de material particulado en varios sectores al sur de la ciudad.

Según lo informado por la Secretaría Distrital de Ambiente, basados en los reportes de la Red de Monitoreo de Calidad del Aire de Bogotá, las localidades de Bosa, Ciudad Bolívar, Kennedy y Fontibón experimentaron altos niveles de contaminación que si no eran controlados podrían generar enormes daños en la salud de las personas, particularmente enfermedades y complicaciones respiratorias a adultos mayores y personas con preexistencias cardiacas.

Por tales efectos nocivos sobre la salud, la Administración invitó a la ciudadanía a reducir el uso del carro particular y a usar tapabocas, así mismo suspendió temporalmente la medida de pico y placa “solidario”, entre otras medidas preventivas y de mitigación para controlar el aumento de los niveles de contaminación del aire.

Sin embargo, más allá de esta alerta que tuvimos recientemente en la ciudad y que afortunadamente se superó, el problema de la contaminación del aire es un problema estructural que debemos atender de manera urgente.

Según las investigaciones de la organización ambientalista internacional Greenpeace en Bogotá hay una posible subestimación de los niveles de contaminación por parte de las autoridades ambientales de la ciudad.

Para esta organización Bogotá supera en un 150% los niveles de contaminación de aire aceptados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y afirman que en caso de que Bogotá estuviera cumpliendo las directrices de la OMS sobre material particulado, la cantidad de fallecimientos prematuros producidos por contaminación del aire en la ciudad se reduciría en un 64%, salvando al menos 2.200 vidas al año[1].

La situación es dramática, esta organización además calcula que en el año 2021 la tasa de mortalidad atribuible a la exposición a material particulado en Bogotá fue de 41 muertes por 100 mil habitantes. Es decir, las muertes por contaminación del aire en Bogotá son casi 3 veces más altas que las muertes violentas.

Bogotá necesita acciones contundentes para salvaguardar la vida y la Administración ha sido inferior a ese mandato.

En la actualidad, el sistema de transporte masivo de la ciudad, basado en los buses de Transmilenio, es altamente contaminante. En el componente troncal apenas el 10% de la flota es híbrida y en el componente zonal apenas el 8% de la flota es eléctrica.

La decisión de la Administración de Claudia López de profundizar el Transmilenio como el modo de transporte estructurante de la ciudad y darles la espalda a los modos férreos es una decisión en contravía de la salud ambiental de la ciudad, y entonces en contra de la vida.

La ciudad debe apostarle definitivamente a reducir la influencia del Transmilenio como sistema estructurante y aumentar de forma definitiva las flotas de buses cero emisiones.

El Acuerdo 790 de 2020 aprobado en el Concejo va orientado a ese sentido, en este documento se establece que la Administración adoptará medidas urgentes para sustituir el uso de combustibles fósiles en los sistemas de transporte de la ciudad, buscando el tránsito definitivo a un transporte público cero emisiones. Es un mandato inaplazable implementar ese Acuerdo.

Además, la ciudad debe apostarle a medidas pedagógicas para hacer más eficiente el uso del carro particular, el cual no solo produce enormes niveles de congestión sino enormes problemas de contaminación. Por eso hemos propuesto construir un acuerdo de ciudad para implementar el “día del carro compartido”, una acción colectiva que envía un mensaje contundente para cambiar las prácticas de movilidad de la ciudad.

En Bogotá se debe defender la vida y se deben tomar acciones definitivas para transformar las condiciones y la calidad del aire que se respira en la ciudad. ¡Vamos por eso!

 

[1]La carga de la contaminación del aire en Bogotá, Colombia 2021 (greenpeace.org)