La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha reconocido al río Cauca como víctima del conflicto armado en el país, por las “graves afectaciones sufridas”, principalmente por el uso dado por las guerrillas para “desaparecer” víctimas con la complacencia del Ejército colombiano.
Los guerrilleros arrojaron a las aguas del Cauca –entre los años 2000 y 2004– miles de cuerpos para que no pudieran ser encontrados, según el auto que aclara que diversas fuentes e informes han permitido conocer estos hechos.
La JEP, que ha remarcado que esta es la primera vez que reconoce a un río como víctima, ha explicado que esta decisión responde a la solicitud de la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca, que denunció el uso del río como fosa común, por la utilización de mercurio para la minería ilegal y el vertimiento de químicos por la producción de sustancias ilícitas.
Estas prácticas han alterado las aguas del río, así como las especies que habitan en él. También ha variado “su profunda relación con las comunidades étnicas de la región”, reza un comunicado de la JEP.
Es por esto que el órgano ha señalado que “los delitos contra la naturaleza constituyen graves infracciones contra el Derecho Internacional Humanitario” y pueden constituir “crímenes de guerra”.
El caso atañe a más de 21.300 víctimas de secuestro entre 1993 y 2012, según las estimaciones más conservadoras. Se calcula que al menos 37.128 secuestros se llevaron a cabo en el contexto del conflicto armado colombiano, 61 por ciento por parte de las guerrillas y 28 por ciento por grupos desconocidos, según indicó el Centro Nacional de Memoria Histórica.