Las territoriales, apuesta para recuperar capital político

Siempre recalco en estas letras que Colombia es un país político. De una caliente elección presidencial pasamos a elegir una renovada lista de senadores y representantes. La movida política seguirá con las elecciones territoriales el 29 de octubre, en las que desde ahora se augura una fuerte contienda entre los candidatos del partido de gobierno, los partidos tradicionales, los movimientos, las figuras independientes y el posible resurgimiento del centro y la derecha como serios rivales a tener en cuenta.

En ese contexto, el agite electoral de octubre comenzó con la salida al ruedo de Germán Vargas Lleras, representando a Cambio Radical; Álvaro Uribe Vélez, legendario líder del Centro Democrático y Sergio Fajardo, posicionando su nuevo Partido, Dignidad y Compromiso. La estrategia de estos ‘viejos zorros’ de la política es realizar correrías por los territorios donde perdieron poder, poniendo la cara a sus colectividades para enfrentar las controvertidas reformas del gobierno nacional y emitiendo el grave diagnóstico de la gobernanza, Gustavo Petro.

Lo anterior podríamos resumirlo con las palabras del ex candidato presidencial y ahora aspirante por la alcaldía de Medellín, Federico Gutiérrez, “recuperar el país comenzando por las regiones”. Pero también matizándolo con un impactante mensaje mediático de Vargas Lleras, “las elecciones regionales deben convertirse en un ‘mini-referendo’ contra el gobierno del cambio”. La palabra clave en estos anuncios, vengo insistiendo en tertulias sobre el futuro político del país, está en las regionales porque los partidos tradicionales y sus jefes saben que ahí radica parte de la recuperación del capital político y una apuesta estratégica para las presidenciales del 2026. El tiempo me dará la razón.

Comenzar por reconquistar los territorios más importantes por su potencial electoral es maniobra calculada de los profesionales en estas viejas luchas electorales. Y de eso, los Vargas Lleras, los Gaviria, Los Uribe, los Char, entre otros prominentes apellidos de la ‘cosa política criolla’, la tienen más clara que el agua. Infiero, entonces que departamentos y sus capitales como: Bogotá, Antioquia, Cundinamarca, Valle del Cauca, Atlántico, los santanderes y las zonas con más de un millón de votos serán las ‘presas apetecidas’ por las líneas tradicionales, la oposición y los mismos partidos, movimientos o figuras que se alinearon con el actual gobierno.

Siendo honestos va a ser una pelea a muerte desde ya entre todos los bandos políticos porque seguramente senadores y representantes aliados con el mismo gobierno buscarán apoyos locales y regionales para sostener sus curules a futuro. Ahí no va a importar ideología, color o bandera. Lo importante es estar en la rosca gubernamental, que a propósito deja mejores intereses que los bancos. De eso estoy seguro. Partidos como Cambio Radical, Liberal, Conservador e incluso, Centro Democrático van a ser benévolos con avales para quienes se acoplen a su proyecto de recuperar sus representaciones. En política todo se vale, dice el adagio electoral.

Esto se calentará aún más ya que la derecha con una fuerte oposición al denominado Gobierno del Cambio y la sombra repentina de Uribe Vélez brindando tinto como cualquier ciudadano del común a los parroquianos de cualquier lugar potencia un nuevo aire y salir de entre las cenizas, tras la derrota en presidenciales, Congreso y Cámara. Creo, irán por la alcaldía de Bogotá, Medellín y Gobernación de Antioquia a la fija. Brindarán apoyos a nuevas figuras y volverán a reclutar a quienes les dieron la espalda por esas cosas de los radicalismos. La política es dinámica.

Otras fuerzas, dice el Portal La Silla Vacía, como la denominada Coalición Centro Esperanza, que “reúne a la Alianza Verde, el Nuevo Liberalismo, Dignidad y Compromiso Ciudadano, se va a medir con apuestas conjuntas y separadas”. Este aparte soporta más mi tesis de cómo en épocas de elecciones territoriales poco interesa la procedencia de un aspirante ya que de esta triada salió en los últimos días el candidato oficial a la Alcaldía de Bogotá, el legendario político e icono ideológico del Polo Democrático Alternativo, Jorge Enrique Robledo, en otros tiempos ‘amiguis’ de sendas luchas electorales con el Presidente, Gustavo Petro. Esta coalición tiene un as bajo la manga para las presidenciales del 2026, Sergio Fajardo. También buscarán una fuerte representatividad en los comicios de octubre.

Para los fines mencionados, ‘el caballito de batalla’ es y será durante toda esta larga campaña el desgobierno del primer mandatario de los colombianos, quien se encarga a diario de darle ‘la papayita’ a la histórica corte de políticos conocedores de los menesteres de cómo lograr sus objetivos. Los temas van desde las polémicas reformas, la inseguridad en todos los niveles, los elevados costos de la gasolina que encarecen cualquier compra de producto o servicio, las justificadas denuncias de corrupción y burocracia, sus constates viajes como todo un ‘trotamundos’ y sus familiares cercanos ligados a malas compañías y torcidos de baja calaña.

Pero seamos honestos. El gran perdedor es sin lugar a dudas Colombia y los colombianos, especialmente quienes apostaron a un cambio. Los resultados muestran pobreza, hambre, desempleo, violencia, incertidumbre, cierre de empresas, multinacionales en éxodo y un gobierno más pendiente de cazar peleas por redes sociales a cambio de enfrentar la responsabilidad por la que fueron elegidos. “la gente siente incertidumbre, particularmente en los estratos 1, 2 y 3, no hay señales claras”, sentencia el Estratega Político, Ángel Beccassino.

Edgar Martínez Méndez

Es Asesor, Estratega, Periodista, Reportero, Redactor Y Especialista En Diversas Formas De Comunicar. @EdgarMMDircom