“Acupuntura Naranja”, la opinión de Carlos Eduardo Correa

Por: Carlos Eduardo Correa*, columnista invitado


Si pensamos un poco en el término acupuntura, inmediatamente nos vamos a la terapia originaria de china que consiste en la aplicación de agujas en puntos del cuerpo para sanar enfermedades. Estas agujas se aplican en diferentes zonas del cuerpo y a través de esto se genera el bienestar.

En las ciudades y las regiones funciona igual; las regiones son organismos vivos que necesitan atención y reparación. Si nos vamos al concepto de Economía Naranja o Economía creativa, podemos notar que en cada una de las regiones del país hay algo que nos identifica con el resto de ellas: su gastronomía, su cultura, su música, su geografía, su río, su gente; pero también es cierto que en un país tan diverso como Colombia, cada región tiene su propio ADN; este define la vocación del territorio y de sus gentes. El país está conformado por 1.101 municipios y 32 Departamentos, cada uno de ellos con características diferentes, pero que entre todos, forman una identidad general: ser colombiano.

He tenido la oportunidad de trabajar en las diferentes regiones del país, con los alcaldes, líderes sociales y las comunidades; no es extraño encontrar que en cada lugar hay un atractivo, un símbolo o algo que los diferencie de los demás; también es cierto que nos sentimos orgullosos de ese pequeño lugar como un río, una iglesia, una montaña, un festival, y queremos que toda la humanidad lo conozca.

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Carlos Eduardo Correa

Con esto quiero llegar a un punto muy importante que es la reflexión que quiero dejar en esta columna: todos los municipios no tienen una vocación turística;, todos los municipios deben buscar su elemento transformador para desarrollar su vocación o su visión.

Cada uno de los municipios o en algunos casos regiones más amplias, deben encontrar qué los diferencia para luego, a través de un plan, aprovechar esas ventajas y lograr que sean más competitivos. Zonas Agrícolas, centros de innovación, diversidad de flora y fauna, Gastronomía, entre otras. La competitividad debe estar orientada siempre al bienestar de su población. Más empleo, mejor calidad de vida, acceso a servicios, etc.

Una vez encontrado ese elemento transformador que les da ventajas, se puede dar un enfoque turístico que puede atraer gente, bien sea local, regional, nacional o internacional.

Dado esto, llegó el momento de poner las agujas en diferentes partes del territorio para que de esta forma se pueda tener un verdadero impacto con la economía naranja. El Carnaval de Barranquilla, que fue declarado por la UNESCO en 2003 como patrimonio inmaterial de la humanidad, es una de esas agujas que hoy desprende muchas cosas en beneficio de la ciudad y del país. Miles de personas trabajan todo el año en diseño, construcción, desarrollo de música, bailes, etc. para que en los días del carnaval visiten la ciudad turistas de todo el mundo. Se mueve la economía, la identidad de la ciudad y el país, la gastronomía, los hoteles, el transporte, la ciudad en pleno se vuelca a atender a los turistas, ya hoy existe “el museo del carnaval”. Una gran fiesta de carnaval organizado genera bienestar en todos los sectores y hace que la ciudad sea más competitiva.

Debemos focalizar los esfuerzos y poner las agujas donde haya mayor potencial para conseguir ese impacto social. A estos puntos yo los denomino los grandes detonantes. A través de una pequeña obra o proyecto podemos generar desarrollos importantes que traen más beneficios para la región.

A veces se pierden grandes esfuerzos económicos por falta de visión, se ponen las agujas en puntos donde no se genera valor y, por supuesto, la enfermedad sigue.

El Parque Nacional del Chicamocha, Panaca, Barichara, La Ronda del Sinú, el Carnaval de Blancos y Negros, la Feria de las Flores, Ruta N, el Festival de Jazz en Mompox, el Bronx en Bogotá, entre otros, son punzadas estratégicas que hoy hacen diferencia en Colombia y atraen gente, al tiempo que desarrollan este sector naranja y le dan grandes beneficios a las diferentes regiones.

Un llamado a la empresa privada, a la academia, a las entidades del gobierno, para que identifiquen esos puntos donde podemos pinchar la naranja y así hacer que realmente sectores como el turismo sean el reemplazo del petróleo, como se dice por estos días.

*Carlos Eduardo Correa fue alcalde de Montería y Alto Consejero para los territorios durante el Gobierno de Juan Manuel Santos.

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