Agricultura cara

Simón Gaviria

Según el DANE, en los últimos 12 meses, los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron 13,76%. El incremento es tan impactante que, si la inflación del país se midiera sin estos en el mismo periodo, sería tan solo 2,9%. En otras épocas, asociaríamos estos periodos de altos precios a bonanzas. En esta ocasión, lo que se gana en la venta, se pierde en la producción. Entre enero y octubre la inflación de precios al productor agropecuario fue 28,23%. El fenómeno no es exclusivo del sector alimentos; la falta de contenedores y el alza de fletes marítimos afecta todo. Ahora lo que si abre es un debate sobre los fertilizantes, y la política de competencia.

La tasa de cambio, junto a aumentos en costos de energía y logística podrían explicar el incremento de precios de fertilizantes que, en septiembre del 2021, según el DANE, fue de 52,05%. Pero no hay un solo dato de fertilizantes, se trata más bien de una canasta. La urea, por ejemplo, es un fertilizante basado en nitrógeno mientras que el triple 15 contiene tres químicos: nitrógeno, fósforo, y potasio. El 15 se refiere a las partes por cada 100 miligramos, por ejemplo, la urea seria 46-0-0. La mezcla depende de la siembra, pero usualmente se entiende más eficaz los tres nutrientes.

El mercado de fertilizantes en Colombia es de 1.5 millones de toneladas, los triple-nutrientes son 95% de las ventas. Puesto que, desde 2012, el mercado opera sin restricciones o tasas arancelarias, la alta dependencia de la importación de materias primas causa volatilidad en los precios domésticos. El universo del insumo puede estar entre $60.000 a $170.000.

En los fertilizantes con potasio existe una posición dominante de Canadá y el este de Europa, en su comercialización. En la década anterior, la salida de Uralkali del cartel de potasio causo un colapso de precios. Hoy, el incremento de precios durante la pandemia está causando sospechas. Es verdad que los fertilizantes de base nitrógeno imponen disciplina de precios, ya que hay mayor competencia. Pero aun sin colusión local, cualquier acuerdo de precios a nivel internacional, acaba teniendo consecuencias locales.

Si bien, las explicaciones tradicionales sobre esta inflación como la tasa de cambio, la logística, y los costos de la energía puedan resultar válidas. También es verdad que los principales cuatro comercializadores del país tienen una participación de mercado del 85%. La concentración HHI es de 2210, no algo condenatorio, pero si suficiente para estar vigilante de firmas con vínculos internacionales.

Otro elemento más en esta panorámica es la intervención de Monómeros por parte de la Super Sociedades, líder en distribución de fertilizantes con 37% del mercado nacional. Controlada por Venezuela, su colapso dado la puja societaria podría complicar aún más la situación.

Los fertilizantes son críticos para todos los cultivos, pero en especial para café, papa, cacao, palma, caña, y plátano. Pueden explicar entre el 15 y el 35% de la estructura de costos del productor, la realidad de la competencia en el sector exige una investigación que toma tiempo, pero las consecuencias del alza de precios pueden frenar la expansión de siembra que los actuales precios estimulan. En la próxima cosecha vamos a sentir aún más las consecuencias.

 

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