¡El problema no es cuándo quitan la cuarentena, sino cuánto tiempo duraríamos sin ella!

Por: Juan Luis Castro


Juan-Luis-Castro-Miniatura El pasado 27 de abril, el Ministerio de Salud anunció con bombos y platillos la estrategia de monitoreo para levantar o, si es el caso, reinstaurar la cuarentena. El anuncio logró convencer a muchos incautos de que la estrategia ayudará a disminuir el contagio de la enfermedad, pero la verdad es que esto aparte de monitorear el curso de la pandemia, no sirve para nada. En total son 9 indicadores:

  1. Número reproductivo efectivo (Ro). Estimación del número de personas infectadas por una persona, es decir, la velocidad de propagación del virus.

 

  1. Número de casos nuevos por día y acumulados.

 

  1. Porcentaje de personas fallecidas con respecto a los casos identificados como positivos.

 

  1. Mortalidad general. Aumento o reducción de fallecimientos por todas las causas.

 

  1. Días de duplicación.Número de días que tardó en duplicarse el número de casos.

 

  1. Porcentaje de muestras positivas con respecto al total de las procesadas.

 

  1. Ocupación de UCI.Proporción de camas de cuidados intensivos con respecto al total de camas existentes, independientemente de si son ocupadas por pacientes con o sin covid-19.

 

  1. Porcentaje de capacidad utilizada en los sistemas de transporte masivo en 5 ciudades del país: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena. No debe superar el 35%.

 

  1. Transacciones físicas.Porcentaje de transacciones presenciales que se realizan en el sistema financiero, en cajeros automáticos, oficinas y en establecimientos comerciales.

Estos 9 puntos serán usados para determinar la prudencia de un levantamiento de la cuarentena y la apertura del país o, por el contrario, si deben mantenerse las medidas por más tiempo.

Los indicadores deberían contemplar más herramientas para lograr un mejor monitoreo, por ejemplo, con ayuda de la empresa privada y con extremo cuidado de no invadir la privacidad de las personas, se podrían utilizar las aplicaciones de telefonía móvil como insumo para el mapeo y la georreferenciación de la población, como lo han hecho en otros países del mundo. Esto sería más preciso que buscar colombianos que tengan plata en el banco (que no deben ser muchos).

Para 2017 según el MinTic, en Colombia existían 62 millones de líneas de celular que, comparadas con los 7 millones de colombianos que estaban por fuera de la bancarización en el 2018 serían una herramienta de mayor alcance.

Por otra parte, la medida de ocupación de UCI es muy inexacta, pues como ya han indicado otros investigadores, para cuando estas se llenan el brote está muy adelantado, convirtiéndose así en un indicador muy pobre para el seguimiento de la enfermedad.

La letalidad de la enfermedad comparada con la de los años anteriores, mes a mes, nos podría dar un indicador más factible de la realidad de las muertes por COVID19, debido a que es muy posible que muertes en pacientes sin explicación o adjudicadas a enfermedades preexistentes en realidad sean por COVID19. Sin embargo, dado el bajo número de pruebas realizadas habrá decesos que serán atribuidos a otras causas.

Combinar la georreferenciación de las aplicaciones móviles con las pruebas serológicas, permitiría construir un cerco alrededor de las comunidades donde se identifiquen múltiples casos, para extremar medidas de aislamiento mientras se protege el resto de la comunidad e inclusive para considerar la posibilidad de medir anticuerpos en los recuperados para dejarlos retornar a sus actividades usuales.

Es también importante insistir en la alimentación saludable y el ejercicio físico como medidas encaminadas a cuidar la salud mental y física. Las actividades controladas en gimnasios o en parques pueden ser una importante medida de salud mental que ya está ampliamente comprobada y que cobra mucha más importancia en esta época de confinamiento.

Se debe tener en cuenta que los indicadores no paran el contagio, lo que lo para es una estrategia con medidas claras que nos den la oportunidad de mantener el país abierto por largos periodos de tiempo.

La habilidad de adquirir inmunidad de rebaño (que se infecte la mayor cantidad de personas posibles, para que desarrollen defensas) solo será posible si mantenemos el sistema de salud en condiciones para ello, para lo cual necesitamos ventiladores para las UCI, tapabocas para toda la población, protección y condiciones laborales adecuadas para el talento humano en salud, la posibilidad de ofrecer seguridad alimentaria y servicios públicos para que las personas cumplan la cuarentena cuando sea necesario instalarla de nuevo.

De hecho, hay una cantidad robusta de estudios que demuestran que la tendencia a futuro serán las aperturas y cierres periódicos de la economía.

Desafortunadamente, esta semana la Procuraduría General de la Nación, reportó que menos del 10% de los trabajadores de la salud han recibido elementos de protección por las ARL (https://twitter.com/pgn_col/status/1255916343695679488?s=12), además los ventiladores y los tapabocas no se ven en el horizonte de las medidas del Ministerio de Salud.

Se espera que los ventiladores lleguen en junio y sobre la distribución de tapabocas para toda la población el Gobierno no ha hablado. Sumado a esto, el tema fronterizo requiere de especial atención, pues Brasil y Ecuador coparon rápidamente sus servicios de salud causando la migración de población flotante hacia Colombia con la esperanza de acceder a servicios de salud o huyendo de la pandemia en estos países.

Para el momento en que terminé esta columna, Tumaco tenía 49 casos y Amazonas 104, ambos con redes hospitalarias insuficientes, lo que denota la falta de atención diferenciada para las peculiaridades de las regiones en el país.

Nuestra economía se recuperará de los daños ocasionados por esta pandemia, en la medida que estas medidas de prevención estén funcionando cuando salgamos de la cuarentena y tengamos la posibilidad de tener largos periodos para ponerla a funcionar. Al sol de hoy ni los ventiladores, ni los tapabocas, ni los uniformes de protección están a disposición del personal del sector salud.

Como lo expresó hace una semana el nobel de economía, Paul Romer, refiriéndose al COVID19: Tenemos que dedicar todos nuestros esfuerzos a producir los equipos necesarios para proteger a los trabajadores esenciales. Si no es seguro para las personas volver al trabajo será muy complejo recuperar la economía.

P.D: Entre tanto, mientras el Gobierno nos mide los bolsillos para decidir sobre nuestras vidas, salen a la luz las Carpetas Secretas del ejército, que va espiando periodistas, agentes políticos y líderes sociales (https://especiales.semana.com/espionaje-desde-el-ejercito-nacional-las-carpetas-secretas-investigacion/).

Tendremos que esperar las repercusiones internacionales que esto nos traerá y mientras tanto vale la pena preguntarse ¿por qué en los errores que comete sistemáticamente este gobierno no se encuentran culpables? pareciera que no hay responsabilidades políticas.

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