Con los ojos y el corazón puesto en Cuba

Marcial Muñoz*

Confidencial Colombia. Opinión. Desde mi Rincón.

Este próximo lunes 15 de noviembre se va a producir un hecho inédito en más de seis décadas de dictadura cubana. Por primera vez habrá (o al menos se espera) una manifestación del pueblo de manera planificada, coordinada y no espontánea en contra de la dictadura de los Castro y su secuela actual de mal gusto. El gobierno de Díaz Canel lleva semanas intentando limitar los movimientos y la información para que la movilización se proyecte como un fracaso, y con ello, el régimen dé imagen de unidad y fortaleza. Veremos que pasa. De momento, y con la memoria de lo que pasó en el mes de julio, la ilusión del exilio y los habitantes críticos está intacta. A las movilizaciones de La Habana y otras ciudades cubanas se esperan que se unan al menos 90 ciudades del mundo. Un día por la libertad, la democracia y el fin de la represión.

Hace unos 15 años tuve la oportunidad de coincidir en España con un grupo de exiliados cubanos. Me impresionó el amor que tienen por su isla, por su patria. Sus raíces. Un cubano nunca abandona sus raíces y está pendiente, como el que más, de todo lo que pasa en su país. Posiblemente por ese sueño romántico de cambio imposible. Estos jóvenes con lo que me entrevisté (de entre 25-30 años) ya me comentaban entonces que no creían que pudieran volver nunca más a su país en libertad. No veían muy posible espacio para retornar a la libertad. Lamentablemente, por ahora, el tiempo les ha dado la razón.

Intereses oscuros

Cuando alguien me habla de valentía, sin duda pienso en la disidencia cubana. Contra viento y marea, contra un enemigo astuto y cruel, llevan clamando en el desierto una minoría. Represión, cárcel y lo más doloroso: la indiferencia de la comunidad internacional, que de una manera indigna mira para otro lado desde hace 60 años. Debe ser que en Cuba no hay petróleo o gas como en oriente medio. Porque en muchos países de Asia, esa misma comunidad internacional sí entró a restablecer la democracia cuando le interesó a Estados Unidos.

Al otro lado están los políticos cobardes, de todo signo, ideología, orientación sexual y raza. Cobardes, que se ponen de lado ante la opresión que se lleva cometiendo durante décadas con millones de inocentes. Políticos y organismos supranacionales que no dudan en invertir millones y millones de dólares en estudios, oficinas de observación y bobadas varias: y no hacen nada humanitariamente para proteger al pueblo cubano. Para restablecer la democracia que dicen defender. Un pueblo cubano, que no olvidemos, ya tiene más exiliados que al interior de la Isla.

A la ONU, la OEA, la Unión Europea se les tenía que caer la cara de vergüenza, si es que alguna vez tuvieron vergüenza. Que en pleno siglo XXI estemos como estamos en Cuba no tiene dignidad. Sin libertad de movimientos, sin libertad de expresión, sin libertad económica, y con miedo, mucho miedo de la mayoría, que calla porque se saben desprotegidos de un mundo hipócrita. Un mundo manejado por la propaganda de los poderosos que se enriquecen con esta dictadura. Un mundo dispuesto a reírle las gracias a una iletrada como Greta Thunberg. Un mundo al que se le llena el pecho hablando de derechos humanos, de sostenibilidad, de igualitarismo, de sororidad y otros nuevos vocablos que nadie entiende, mientras se abandona a su suerte a millones de personas que tuvieron la mala suerte de nacer en el lugar equivocado, en la época equivocada.

Mensaje a los más jóvenes

Es muy fácil hablar desde las comodidades. Desde un país libre, y jugar a ser ‘revolucionario de salón’, mientras se chatea con un smartphone de última generación y se ve la última serie de Netflix con el puño en alto.

Jóvenes del mundo, no se dejen engañar por los populistas tiranos que prometen el paraíso… lo único que quieren es arrebataros vuestro pequeño pedazo del Edén para quedárselo todo ellos. Todo. Son insaciables, son mezquinos, son inmorales. Arrasan con todo para amasar inmensas fortunas personales, mientras el pueblo se muere de hambre.

¿Y qué pueden hacer? Para empezar, no estigmaticen a su empresa, o a la empresa privada en general, ni a sus jefes. Si no les gusta su trabajo, o sus superiores, cambien de trabajo; o tengan la osadía de emprender ustedes mismos algún negocio por básico que sea. Nada es más gratificante en la vida que crear empleo y saber que una idea propia es capaz de sostener honradamente familias, de dar oportunidades, de hacer funcionar el ascensor social con otras personas. Ese es el verdadero progreso y no la tiranía de la limosna y la subvención.

En cualquier sistema o país, acabar con la libertad y expulsar a los empleadores es terminar con nuestra vida misma para entregársela al ‘papá estado’. Y ‘papá estado’ se acabará volviendo un tirano contra todos o en el mejor de los casos un tirano que nos quiera débiles para hacer con nosotros lo que quiera. Si algo nos ha demostrado la historia, es esto.

Ovejas negras para El Vaticano

Volviendo a Cuba, reconozco que no tengo mucha esperanza de un cambio cercano, pero al menos le dedico estas líneas con admiración profunda a esos jóvenes hartos de todo, menos de comer, que ya han dicho basta. Que a pesar de que saben que pueden acabar en la cárcel o simplemente ‘desaparecer’, este lunes saldrán a las calles a visibilizar un poco, solo un poco, lo que el mundo vergonzosamente no quiere ver, y otros muchos ocultan obscenamente.

Voy a soñar un poco. Ojalá el Papa Francisco, mañana en su homilía dominical o en las siguientes, tenga unas palabras de aliento hacia los débiles, los oprimidos, que además en un 99%, son católicos. Católicos de segunda división para el actual Santo Padre. Para el Vaticano, tan sensible hacia otras emergencias humanitarias, el problema cubano no existe. Simplemente el oprimido cubano debe ser de Marte o Venus. Son las verdades ‘ovejas negras descarriadas’ de la Iglesia, que lamentablemente no merece su atención. El lema de la Revolución Castrista reza ‘Patria o Muerte’, yo con permiso de los dictadores se lo voy a cambiar por ‘Patria y vida’; lema de la marcha. La vida que precisamente quieren llevar en libertad millones de cubanos y que hoy, lamentablemente, se lo tienen que jugar todo a la desesperada para recuperar su dignidad como seres humanos.

Bravo. Suerte.

 

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Marcial Muñoz es periodista y consultor de comunicaciones. Es director de www.confidencialcolombia

 

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