Continuó la recuperación, aunque limitada por los problemas logísticos del segundo trimestre

En el segundo trimestre, el PIB creció un 17,6% anual. La baja base estadística impulsó el resultado, mientras que la capacidad de recuperación se mantuvo pese a los problemas logísticos derivados de las protestas. El PIB cayó 2,4% inter-trimestral, con resultados negativos en abril y mayo y un repunte en junio.

La demanda interna sigue siendo la base de la explicación del resultado con un crecimiento de 23% anual y una contribución de 24,4 puntos porcentuales (p.p.) a la variación total del PIB. Mientras tanto, la demanda externa aportó negativamente al PIB (-6,8 p.p.) por el mejor balance de las importaciones sobre las exportaciones.

En la demanda interna, la inversión fija tuvo la mejor dinámica (+32% anual), gracias al impulso de la inversión en maquinaria y equipo (+58,7%) y vivienda (+29,4%).

El consumo final creció 21,8% anual, con una aceleración importante del consumo privado (25% anual y +2,2% inter-trimestral) y un destacable resultado del consumo público (9,9%). Este último está impulsado por los gastos en salud pública asociados a las vacunas.

Entre las 12 grandes ramas de actividad, siete sectores ya sobrepasaron el nivel de producción de antes de la pandemia y los cinco restantes muestran una dinámica importante de recuperación (a excepción de la minería).

Comparada con los meses previos, la economía cayó en abril y mayo, en 1,7% y 5,3% inter-mensual, respectivamente. Luego, en junio, la actividad repuntó en 7,4% respecto a mayo. Las caídas se explican por los confinamientos localizados de abril y los efectos logísticos de las protestas de abril y mayo. En junio, se verificó un mejor balance del sector de transporte y almacenamiento, reflejándose un retorno gradual a las condiciones normales.

En total, en junio la economía se ubicó muy cerca del nivel que tenía antes de la pandemia: solo está 0,2% por debajo (en el 99,8%). Se consolida, entonces, nuestra idea de que en el tercer trimestre la economía lograría plenamente el nivel previo al Covid-19.

BBVA Research espera un crecimiento de 7,5% para el año 2021. En los próximos trimestres se espera una desaceleración de la tasa de crecimiento anual por la moderación de los efectos de base estadística. No obstante, la economía seguirá expandiéndose en el margen, según muestran los indicadores más adelantados disponibles para el tercer trimestre: la confianza de los hogares y las empresas muestra una senda de recuperación, la demanda de energía sigue creciendo (correspondiéndole con mayor actividad productiva) y los gastos efectuados con medios digitales de BBVA se siguen expandiendo.

Habrá que estar pendientes, eso sí, del avance de la pandemia, de los riesgos asociados a la nueva variante delta y del contexto socio-político que irá ganando mayor relevancia en los próximos meses, conforme se acerquen las elecciones de 2022.

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