¿Es Sara Sofía la única menor desaparecida?

El país va a completar dos meses buscando a Sara Sofía sin dar razón alguna de lo que le pudo ocurrir a la menor y sin establecer la verdad de los hechos, es decir, si hubo violencia hacia la niña de parte de su madre, si fue vendida a alguna red de trata de personas o si fue asesinada.

Como vamos, es muy posible que nos tardemos otros meses en conocer la verdad de lo ocurrido, lo que si sería bastante lamentable, porque con esto se demostraría una vez más la incapacidad del Estado para proteger la vida de nuestros niños y sino para dar con ellos en el caso de alguna desaparición o secuestro.

No me cabe la menor duda de que en las mismas condiciones en que se dio la desaparición de Sara Sofía se han dado otros casos en Bogotá, Cali y Medellín, pero además también en municipios y territorios apartados, donde el acceso a medio nacionales donde se pueda hacer la denuncia pública es nulo y dónde el hecho no solo se presenta por la acción de grupos ilegales como el ELN, Clan del Golfo o disidencias de las FARC. También sucede por la delincuencia común que roba niños para traerlos a las ciudades a mendigar, hecho que es conocido por todo el país, ¿Qué ha hecho al respecto el ICBF?

Con culpar a los grupos ilegales no es suficiente porque estos no son los únicos que están tras este grave delito y si así fuese, peor aún, porque también quedaría demostrado que estamos en un Estado que es incapaz de cuidar de niños y niñas a pesar de que tiene muy claro, como bien dice Shakira: ‘dónde están los ladrones’.

Si en verdad se quiere combatir la desaparición de menores, lo primero que debe hacer es reducir el tiempo de 72 horas, que equivale a 3 días, para que se instaure la denuncia e iniciar la búsqueda porque esto es dar ventaja a los captores. Es algo de sentido común.

Otro asunto que es necesario atacar es la indiferencia de los vecinos y testigos de los hechos. No es posible que diferentes personas que saben y son conscientes de que alguien está maltratando a un menor de manera constante prefiera quedarse callado y solo hable cuando los niños son encontrados muertos o el grado de mal trato está en un punto alto, es decir, cuando ya para qué.

Estoy segura de que si los vecinos que sabían que Sara Sofía era maltratada por su madre y su pareja, hubiesen hablando antes, se habría evitado la desgracia y tragedia de su desaparición.

La colaboración ciudadana es necesaria en estos casos, lo peor que puede suceder es el silencio colectivo porque con esto nos hacemos cómplices de un maltratador sea el padre o la madre y lo dejamos expensas de que aparezca alguna autoridad competente para que actúe, cuando es claro que está no va a aparecer por obra y gracia del Espíritu Santo. Está interviene cuando alguien le avisa.

Ahora, cuando se da una llamada para dar la alerta, se necesita que la autoridad llámese Policía o ICBF, haga presencia en el lugar en forma inmediata y no a determinadas horas o días después, porque repito, ya para qué.

Entiendo que el Estado como tal, se encuentre en la búsqueda de Sara Sofía, al fin de cuentas, este hecho está desnudando su incapacidad para proteger a niños y niñas y por supuesto le hace quedar mal. Ojalá no solo encuentre a la menor para así parar con esta angustia, sino además, corrija los errores que a diario sucede cuando algo similar ocurre y les cuide de delincuentes y del acecho de los ilegales.

Yamile Vanegas
Directora
Fundación Acuerdos Por la Paz

Buscar

Anuncios