Un congresista inhábil y un candidato presidencial no apto

Ser presidente de Colombia no es un privilegio, ni es un premio mucho menos una distinción sobrenatural…

Es una responsabilidad grandísima, un reto incomparable, una travesía que divide la vida y es un resaltador de las capacidades, los conocimientos, los antecedentes, el talante, los valores, los principios, la crianza y la estructura psicológica de quién adquiere este gran rol.

Para ser presidente en Colombia se necesita obtener el 50% de los votos más uno, lo que le daría la condición de mayoría, después del conteo reglamentario; esto quiere decir que una vez elegido el mandatario de Colombia, cargará sobre su espalda la administración de la vida democrática de millones de personas durante el período que comprenda su mandato; significa entonces que se compromete inconmensurablemente a representar una nacionalidad, un país y asumir con su pecho las consecuencias que recaigan sobre éste y todos sus habitantes; Pero hoy no quiero hablar de las funciones de un presidente, quiero hablar de los tipos de personas qué necesitamos para que sean nuestros presidentes, el que viene y los que siguen, porque no basta con impartir un programa de gobierno, un libro de promesas y culminar una gira de campañas, durante el tiempo que dure la candidatura; qué bueno sería poder saber con muchísima anticipación, qué personajes se van perfilando en nuestro país con miras a ocupar el cargo de presidente, para saber a ciencia cierta qué tipo de ser humano pondremos como mayor dirigente de los colombianos.

Así como sonaba un dicho popular que dice: en Colombia, cuanquier ignorante es doctor, también se nos ajusta que cualquier “ex” criminal es candidato presidencial, tanto que somos testigos de cómo en las campañas políticas se hace la competencia por medio del desprestigio y también está de moda por medio de las corrientes políticas, competir con base en la difamación, en la calumnia y en la injuria y está más de moda aun… que es lo más sorprendente, imprimir delitos en la hoja de vida de las personas importantes, sin incluir una acta de sentencia o una condena por tales delitos; Es decir, es muy fácil para ciertas corrientes políticas tildar a otras personas de asesinos, de genocidas criminales sin que existan registros judiciales, sobre siquiera una sentencia por los hechos y son precisamente este tipo de personas las que quieren subir a la presidencia… entonces empecemos por ahí: un difamador no puede ser presidente de Colombia.

La carta magna tiene dentro de sus lineamientos la norma por medio de la cual se establece, que ciudadanos pueden pretender ser presidentes de la República de Colombia.

Escudriñando en esferas mas profundas nos damos cuenta que para poder inscribir una candidatura presidencial debemos tener una hoja de vida limpia sin antecedentes sin condenas y con trayectoria crediticia ejemplar, entonces aquí venimos cuestionando: ¿porque ciertas personas con antecedentes no muy ejemplares y transparentes han pretendido tener el poder de esta maravillosa república? ¿De cuando acá alguien que es congresista por encima de graves inhabilidades, (porque no lo puede ser quien haya tenido condenas, excepto si fueron por delitos políticos y culposos) dizque se convirtió en candidato presidencial y va a segunda vuelta?.

Bueno pues creo que la causa de esto, es el gran número de triquiñuelas administrativas y jurídicas, por medio de las cuales se han ido eliminando esos filtros que nos garantizaban elegir personas idóneas, otorgando beneficios a delincuentes a los que sólo les bastó poner cara de tristeza y decir que estaban arrepentidos, por ejemplo lo estamos viendo con ciertos miembros de las FARC, que ahora tienen total y plena posibilidad de ocupar cargos políticos importantes.

Sabemos que un ex guerrillero jamás debe ser presidente de la república de Colombia, por eso y por más que tengan el aval constitucional por ahora, y las posibilidades de llegar a cargos importantes, no sería elegido fácilmente, pues un colombiano de bien, con sus cabales bien puestos, no votará jamás por un ex asesino, ex secuestrador, o ex terrorista… horror.

¡Dentro de los nuevos híbridos democráticos tenemos ciertas figuras que manejan a conveniencia sus antecedentes judiciales y políticos dependiendo del contexto en que lo necesite! Aquí me referiré a Gustavo Petro Urrego aquel ex guerrillero del m-19 que siendo honesta, no pertenecía siquiera a la espuma media superficial de aquella guerrilla y podemos decir vulgarmente que en el m-19 Petro era tropa y no era nadie; otra cosa es que tenga una buena calificación como oportunista político, que a conveniencia se atribuye rango, cuando sabemos que era un dobla medias al lado de Pizarro.

Recuerden que Gustavo Petro cuando quiere hacer campaña política defendiendo la lucha, la revolución, el movimiento y promoviendo la insurrección, saca a relucir sus antecedentes como miembro activo de un M-19 dónde se adjudica tintes de rango superior cuando no lo era; pero tengan en cuenta que cuando quiere posar de modelo en la pasarela de la moral, niega que fue guerrillero, secuestrador, extorsionador, incendiario y terrorista; entonces es claro que es ex guerrillero cuando le conviene, y cuando no, dice que tomo las armas “por amor”.

Lo cierto de todo esto señores, es que muchas personas no saben, que tenemos ciertos derechos constitucionales que pueden ser accionados y ejercidos por cualquier ciudadano, aún sin necesidad de ser abogado, cualquiera en uso de sus derechos y ejercicio de sus deberes, puede interponer acciones contra Gustavo Petro Urrego por sus invitaciones a la violencia, incentivar al vandalismo, por promover estrechas comunidades de vida que han cobrado la existencia de jóvenes… por tener antecedentes judiciales vergonzosos, porque ha sido multado por la contraloría, por tener un expediente judicial delicado y haber sido condenado, incluso encarcelado, y aun más cuando sabemos que no es amnistiado ni indultado.

La población tiene carta libre para denunciar y ejercer recursos legales y constitucionales que nos permitan defender el interés general de todo un país; exigir derechos es una vía llena de recursos y todos podemos encargarnos de que nuestros candidatos presidenciales sean idóneos y cumplan con las garantías para asegurar el futuro de nuestros hijos y las generaciones venideras, basta investigar, buscar, leer y hacer el esfuerzo, un país en manos de un ex terrorista, es como una ametralladora en manos de un chimpancé.

Cómo dijo un gran amigo: ojo con el 22, pero yo creo que también con el 26.

@vahiaa

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