Vicepresidencia con sabor a mujer afrodescendiente

El común denominador de las campañas presidenciales de 2022 que llegaron a la segunda vuelta, es la participación de la mujer afrodescendiente como fórmula a la Vicepresidencia de la República.

La candidatura presidencial de Gustavo Petro, cuenta con la presencia de la abogada y activista ambiental Francia Márquez, oriunda del municipio de Suárez Cauca,  víctima de la violencia armada de los grupos ilegales que operan en el Pacífico colombiano.

Gracias a su activismo ambiental, logró que la Corte Constitucional ordenara la suspensión de unos títulos mineros otorgados en el año 2010 que afectaban a las familias del territorio del Pacífico en el departamento del Cauca y destruía la riqueza fluvial de la región. Esto provocó una serie de amenazas contra su vida.

En las elecciones de 2018 participa como candidata a una de las dos curules para los afrodescendientes en la Cámara de Representantes, sin lograr su objetivo de llegar al legislativo. Más adelante, su liderazgo como mujer afrocolombiana, activista y defensora de los derechos humanos, le hace merecedora del Premio Medioambiental Goldman

Su discurso lo enfoca en la defensa de las comunidades y regiones históricamente excluidas; una visión feminista de la política; la dignidad; la justicia y los derechos, ha puesto en el debate público el racismo, clasismo y machismo en la política colombiana.

La otra candidatura a la Presidencia de la República (Rodolfo Hernández), tiene a la docente Marelen Castillo, quien hasta hace unos meses ocupaba la vicerrectoría académica de la Universidad Minuto de Dios.

Doctora en educación e investigadora en áreas de educación virtual y a distancia, ciencias sociales, ciencias de la educación, ingeniería y tecnología. Actualmente aparece como la directora de Iniciativa Estratégicas de la Corporación Universitaria Minuto de Dios.

También trabajó en la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium, en Nova Southeastern University y la Corporación Universitaria Minuto de Dios.  Su mayor preocupación es el acceso a la educación superior de millones de jóvenes en Colombia, mejores salarios para los maestros y el aumento de las escuelas deportivas y artísticas en el país.

Marelen Castillo vivió sus primeros años  en la ciudad de Cali y se radicó en Bogotá desde los 14 años de edad y, al igual que Francia Márquez le entusiasma la idea de trabajar por una sociedad más justa.

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