A la crisis de los medios masivos para sostener su funcionamiento por falta de recursos económicos, la dinámica competencia con la era digital y sus variadas herramientas para comunicar en milésimas de segundos, se suma ahora el literal ‘ataque’ del mismísimo presidente, Gustavo Petro, contra la prensa tradicional siempre criticada por los gobiernos de izquierda, socialistas o comunistas.
Siendo honestos, ese viejo y aporreado cuento que la prensa es parte de una sólida democracia cada día pierde más vigencia y credibilidad, incluso entre los propietarios y entre el periodista porque a diario cierran salas de redacción, cortan las nóminas de comunicadores o el dinero para sostener un canal, emisora, periódico o revista es nulo. El resultado: menos medios, menos informadores y por ende menos alternativas narrativas para criticar el accionar de cada gobierno de turno.
Con ese duro y latente panorama, los pocos medios tradicionales sobrevivientes tienen a diario la dura tarea de emitir agendas informativas prácticamente centradas en realizar un riguroso seguimiento a la administración del presidente Petro y su gabinete, que a decir verdad, con el paso de cada accionar tiene más dudas que verdades. Apreciados lectores, esa es una de las tareas de una prensa independiente en una sólida democracia.
Democracia que permite en época electoral a candidatos, movimientos o partidos tener acceso al medio que se le dé la gana para promover ideales, programas e iniciativas y llegar al poder, tal como lo han hecho figuras de izquierda, derecha, liberales, conservadores, alternativos, entre otros. Ese es un antecedente en favor de los medios y el periodista. Entonces, por qué ese frontal ataque a medios y periodistas de forma brutal ?
“A los sátrapas les sienta muy mal la crítica. En su profunda vanidad, de la que viven embriagados, no toleran el disenso. En esta era digital presumen de demócratas mientras soterradamente usan todos los medios posibles en internet para socavar y destruir a cualquiera que les lleve la contraria sin importar si es un medio de comunicación o un ciudadano común y corriente. (…)”, con esta cita del columnista, Diego Santos de El Tiempo podemos intentar sustentar el anterior interrogante, teniendo en cuenta la actitud miserable del político que ante una cámara o un micrófono pululan ínfulas de amigos de la libertad de expresión, pero enemigos de esos canales cuando se les realiza un riguroso control a sus funciones, actuaciones y decisiones como empleados públicos.
Cada negativo y fulminante señalamiento contra un medio y un periodista implica poner en riesgo la vida del comunicador en un país dividido por dos marcadas líneas políticas y violento por historia patria. Politiqueros de esas dos orillas seguramente buscarán sin asco aparecer en la televisión, la radio o los pocos impresos en contienda. Es decir a un lado quedará frases como: “sicarios del micrófono, extorsionistas, vendidos, entre otros epítetos salidos de contexto en boca disque de las figuras prominentes de la contienda electoral criolla, que a decir verdad, es bien extensa y cuestionada, por supuesto”.
Dejemos la hipocresía, señores aspirantes de todos los bandos, las elecciones de octubre serán una excusa para que los criticados medios y sus comunicadores les abran sus canales para que con ese burdo lenguaje pongan en tela de juicio el trabajo de miles de personas envueltas en este complejo mundo de los medios. Esos mismos, les posicionarán entre sus públicos objetivos para lograr llegar a uno de esos cargos públicos apetecidos a diestra y siniestra en todos los rincones del país sin medir raza, color, religión, género o estatus social.
Una de las verdades en este complejo mundo de la política es que la prensa tradicional y digital se convierte en una de las estrategias comunicacionales vanguardistas apetecidas para llamar la atención, impactar en la opinión pública, posicionar una iniciativa o mensaje, manipular o conseguir más seguidores, en el caso de las redes sociales, no obstante, dice @lcvelez en unos de sus tweet: “defender la libertad de expresión, cuestionar a los poderosos, hablar las cosas como son, no dejarse amedrentar”, son labores del oficio periodístico.
Es Asesor, Estratega, Periodista, Reportero, Redactor Y Especialista En Diversas Formas De Comunicar. @EdgarMMDirco