De la censura a la muerte

Dice un adagio popular que, para no llegar al asesinato, la mejor estrategia es no llegar al grito, que puede convertirse en insulto, que puede desencadenar un golpe y que en ocasiones se convierte en la misma muerte.

Desaprender la violencia trae consigo un sinnúmero de acciones, desde no “echar piropos” ni a hombres ni a mujeres en la calle, de respetarnos en todo sentido sin moralismo, clasismo, racismo, xenofobia, o heterofobia; trae consigo desaprender el fascismo en todas sus expresiones.

Esta semana me vi inmerso en un caso de censura por parte de las directivas de la Universidad EAFIT cuando cancelaron mi conferencia llamada “¿A qué se parece el futuro?” en la que hablo de la cuarta revolución Industrial y el cambio climático, en el marco de un congreso de inversiones y tecnología. Incluso, en las redes sociales del congreso al que planeaba asistir, habían posteado en dos ocasiones mi participación.

Estudiantes me confirmaron que, lo que realmente sucedió es que a las directivas de la Universidad no les gustó que yo estuviera ahí. La muestra es que al único conferencista al que le cancelaron fue a mi.

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Este tipo de segregación ha sido una expresión de violencia, usada sistemáticamente en contra de millones de ciudadanos en Colombia. La exclusión de las ideas, se vuelve la exclusión de las personas y esto ha llevado en la historia de Colombia hasta el arrebatamiento de la vida, como los dolorosos casos de Jaime Garzón, Héctor Abad Gómez y Jesús María Valle.

No es un secreto que la señora rectora de EAFIT, Claudia Restrepo, trabajó en los gobiernos de Aníbal Gaviria y Sergio Fajardo, pero los claustros estudiantiles deben ser respetados. Las universidades suponen la universalidad del conocimiento, la confluencia de ideas en el disenso, el lugar en el que nos encontramos como diferentes y nos unimos para cambiar la sociedad. Invito a los estudiantes, a los académicos, profesores y directivas de todas las universidades de Medellín y el país a rechazar estos actos que nos resquebrajan como sociedad, que genera violencia y nos alejan de la paz total.

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