El pánico bancario

Por John Escobar Reyes

Desde el 2008, cuando ocurrió talvez la crisis financiera más grande de nuestra generación, no había sucedido una intervención tan grande en un banco en los Estados Unidos, como ocurrió este fin de semana, ya que se concluyó que el Silicon Valley Bank, no se recuperaría. La Corporación Federal de Seguro de Depósitos de ese país intervino y tomó el control para compensar a los clientes del banco, por lo tanto, los clientes con depósitos iguales o inferiores a los $250.000 dólares en cuentas aseguradas, recibirán su dinero, y talvez, pronto, como suele suceder, un gran banco, absorberá el Silicon Valley Bank, compensando también a quienes tienen sumas más grandes sin que exista mayor problema a futuro, pero, ¿debemos preocuparnos a nivel mundial?

Las autoridades norteamericanas informaron sobre medidas extremas que se realizaron el domingo para rescatar en su totalidad el dinero de los clientes del Silicon Valley Bank, y también prometieron que otras instituciones ayudarán a satisfacer lo que sus clientes requieran, al mismo tiempo en que anunciaban que los reguladores habían cerrado un segundo banco de clientes casi enteramente del sector tecnológico.

Es importante recalcar que se emitió un comunicado conjunto por parte de las agencias financieras y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos donde informaron que los depositantes del Silicon Valley Bank tendrían acceso a todo su dinero desde el lunes 13 de marzo, y más importante aún, que los contribuyentes norteamericanos no pagarán por este gran impase.

Igualmente, la Reserva Federal (Fed – El banco central norteamericano), la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) y el Departamento del Tesoro también afirmaron que se haría un completo reintegro a los depositantes del Signature Bank, una entidad de nivel regional con sede en Nueva York con una importante exposición a las criptomonedas que fue cerrado el domingo tras la caída de sus acciones.  Imponiendo un precedente, la Fed anunció que dispondrá de fondos adicionales para ayudar a los bancos a responder todas las necesidades de sus clientes, incluyendo los retiros que necesiten hacer.

Todas estas medidas se toman para garantizar la solidez del sistema bancario estadounidense, lo anterior también gracias precisamente a reformas logradas después de la crisis de 2008. El mismo Presidente Joe Biden, anunció que hará responder también a los responsables de las quiebras bancarias, y este lunes envió un contundente mensaje garantizando el pleno funcionamiento y solidez del sistema financiero norteamericano.

¿Entonces qué pasó? Varios factores, entre los principales se explica lo siguiente. Al principio en el 2021, el mercado de valores estaba en auge, pero las tasas de interés eran de casi cero y el dinero fluía en el sector tecnológico. Por lo tanto, muchas empresas emergentes depositaron sus fondos en Silicon Valley Bank, y el banco, a su vez, tomó los fondos y los invirtió, entre otras cosas, en muchos bonos a largo plazo. En ese entonces, esas inversiones parecían relativamente seguras, pero se volvieron más riesgosas el año pasado, cuando las tasas de interés ascendieron y los bonos perdieron parte de su valor, tasas elevadas producto de estrategias para mitigar la inflación, como lo hemos analizado aquí antes. Este año, cuando la inversión en tecnología se comenzó a desacelerar, las empresas emergentes buscaron retirar dinero del banco para pagar sus gastos, por lo tanto, Silicon Valley Bank se vio en la necesidad de vender algunos de sus bonos con pérdidas y buscar capital nuevo para cumplir sus obligaciones. Algo nada descabellado y que suele pasar en los grandes bancos donde casi nadie se da por enterado de estas operaciones, pero como los clientes de este banco son personas más conocedoras del mercado financiero y sus movimientos, se alertaron, en mi opinión, hubo pánico financiero, y esto fue efecto dominó, de repente todos querían retirar su dinero y el banco no tenía el efectivo líquido suficiente para satisfacer esta demanda. El banco igual explicó a sus clientes, de no muy buena forma, todo lo que había ocurrido, la venta de los bonos, por ejemplo, por lo tanto, a algunos les preocupó que el banco tuviera que afrontar este tipo de problemas, con esto varios inversionistas de capital de riesgo se alertaron, y advirtieron de paso a las empresas emergentes que retiraran los fondos del banco, otros clientes lo supieron, lo vieron y se alarmaron también, resultado, pánico financiero puro.

Tal vez una de las enseñanzas de esta situación es, si un banco tiene muchos clientes como empresas emergentes tecnológicas cuya capacidad para financiarse varía cuando las tasas de interés están al alza, no debería el banco invertir sus depósitos en bonos a largo plazo que pueden perder su valor si las tasas de interés se elevan. Estrategia de los bancos centrales para bajar la inflación, como está pasando en Estados Unidos y el mundo entero. El hecho es que este banco ya no es viable, pero se garantizan los fondos a sus clientes, incluso a través de otras entidades, cayó un segundo banco, por lo que, a nivel mundial, las alarmas se prenden.

Pienso siempre que este tipo de pánicos son más grandes que el mismo problema. Hubo un problema, por supuesto, pero se agravó por el mismo pánico en efecto dominó, fue casi inevitable. Estas operaciones son muy comunes en los bancos, el vender bonos, el correr el riesgo de perder ganancias al vender los bonos cuando estos han perdido valor, entre otras acciones, pero talvez en un nicho de mercado no tan específico como el de la tecnología, esto no habría ocurrido, los clientes de otro lado, talvez ni se habrían enterado para sacar masivamente los fondos. Pero todo es un riesgo, no poner todo en la misma canasta decían antes, pues esto aplica aún como siempre.

Un buen parte de confianza es que parece el sistema de reacción funciona, las autoridades funcionaron, así como los mecanismos que garantizan los fondos en las crisis. Esperemos como se siguen desarrollando estos hechos, los cuales afortunadamente por historia, han llegado a buen término en Estados Unidos y también en países como Colombia. Por ahora, no seamos parte del pánico.

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