Elecciones: se propone y se promete de todo, la opinión de Almudena González Barreda

Nuestro presidente en España, Pedro Sánchez, se hace fotos y videos jugando a la petanca, con jóvenes, con los que casualmente se tropieza, de la mano con su esposa Begoña, con su perro, en la playa, en el paradisíaco parque de Doñana, de runner, en Fitur mirando alpargatas, en Kiev, en Europa. Tenemos que verle conduciendo un eléctrico y acariciando un ratón No sé si las escenas de nuestro presidente “buenorro” son parte de su campaña electoral o de la película/documental que Curro Sánchez está haciendo para él. A mi todo esto me huele a NoDo, aunque dicho programa lo haya visto insertado en capítulos de Cuéntame.

Si fuera una emprendedora y tuviera un grupo inversor interesado, haría un Sánchez, un muñeco estilizado y guapo para que los niños, niñas y niñes jugaran a ser presidente. Sacaría con él un pack, con ropa para la guerra, para la playa, para la rueda de prensa, una bonita casa, perro, mujer, gafas de sol, un Jet Falcon, un escenario de rock, una rata y un par de lagartijas. Claro que con las instrucciones del kit de rata y lagartijas vendría una nota firmada por Ione Belarra, su amiga de vestido morado, diciendo que las cuidara como si fueran parte de su familia. Que nada de poner veneno en la casa, o matarlas de un susto. Que tiene pena de cárcel.

En Colombia, aún uno puede matar una rata si invade su casa, a mí me tocó matar dos, bueno más bien al bueno de Carlos, el encargado del condominio en el que vivíamos en Barranquilla. Los animales subían y bajaban por una palmera que teníamos, frente a la habitación de los niños, y el día que las vi, divertidas y ajenas a mi miedo y mi asco, pedí permiso para cortar la palmera y se acabó el problema. Y aquí en Alemania, no mato porque me da miedo, pero creo que llevo cazados tres ratones y una musaraña.

Diferencia con Colombia

Suerte que tienen amigos colombianos de no tener en sus ministerios a las mujeres de Unidas Podemos, esa formación de extrema izquierda, que enarbola la bandera de un feminismo histérico y radical y dice, para justificar sus chapuzas (me refiero a la ley del sí es sí que ya ha dejado libre a unos 48 agresores y más de 500 se han beneficiado), que el feminismo no es punitivo, como si la chancla de la madre no hubiera corregido actitudes de sus hijos. Al parecer para Unidas Podemos el objetivo de la llamada Ley del sí es sí, no era aumentar condenas (tal vez no hacía falta aumentarlas), valía con que nos las hubieran suavizado o reducido.

Sea como sea, y viendo el señor Sánchez que a la velocidad de transmisión del voto hacia la derecha es tan rápida como el latido del corazón de un bebé; ese que se escandalizan al escuchar, pero que no les tiembla la mano al firmar su condena de muerte, ha decidido tomar medidas y revisar y enmendar la chapuza de ley del ministerio de des-igualdad y a cambio, ha dado luz verde a la de bienestar animal. Que hay que tener contentas a señoras ministras, estas que se enfadan mucho y no hacen nada.

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Estoy impaciente por saber cuáles serán las siguientes medidas que harán que Sánchez se separe lo suficiente de sus distintos socios de gobierno, para no tener una sangría de votos, pero que en caso de necesidad, le permitan volver a pactar para seguir descansando sus posaderas en los butacones del palacio de la Moncloa. Se abren las apuestas de las nuevas medidas, esas que se sumarán a las que aún quedan pendientes;  la sanidad universal, prohibir los cortes de suministros básicos a hogares vulnerables, limitar los aforamientos políticos, buscar soluciones al abandono escolar, tramitar la ley de diversidad familiar, volver a rehacer una ley del aborto -insuficiente para las feministas del grupo morado-, sacar adelante la ley trans (justo ahora que los países de nuestro entorno reculan en este tema por las consecuencias en los niños)… Y muchas otras más. Habrá que dar luz verde a las más populistas, a las que sumen en la coalición de gobierno y las que aporten votos de los descontentos que fluctúan hacia el otro lado del hemiciclo. ¿No?

Aborto, a debate

Claro que al otro lado, el gallego Feijoo juega a ni sí, ni no y con su último apoyo a la ley del aborto de Zapatero, esa que abre la mano a dejar aún más indefensa la vida del más inocente, ha perdido un reguero de votos importante. ¿No sabe Feijoó que sus votantes, militantes y hasta algún político de sus filas son fervorosos creyentes, y les será difícil, o imposible, digerir las promesas de un líder que traiciona abiertamente la defensa de la vida del ser más inocente y que más protección necesita? Está preso de sus palabras, mozo cabaleiro.

No servirá de nada que se opongan a las barbaridades que proponga la señora Montero, pues a nadie (en su sano juicio, claro) le cabe en la cabeza que una niña que necesita el permiso de sus padres para ir de excursión con el colegio, no lo tenga para someterse a un aborto. Y tampoco servirá que se opongan a la ley Trans, en parte o en totalidad. De nada servirá que se desmarquen de una vez por todas de esta Europa verde y dictadora que no quiere más automóviles de combustión. De poco servirá que bajen impuestos, repartan ayudas al sector agrario e impulsen el empleo juvenil porque poco o nada convencen los líderes políticos que no defienden al aún no nacido; porque si el estado justifica la muerte de un niño que representa todo un futuro, ¡qué no harán con los enfermos, los viejos, los indigentes, los que dependen del sistema y ya no tienen futuro! Cuando el tiempo nos lleve hacia allí; enfermos, viejos e inútiles para el sistema acabaremos, tarde o temprano, todos.

Y mientras llega y vemos cómo nos va a cuidar el estado, les propongo disfrutar del carnaval y seguir pendientes de mi columna, que este año en España los lobos se disfrazan de corderos; estamos en año de elecciones y ya saben; se propone y se promete de todo. Yo mientras seguiré echándoles el cuento.

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