La educación es protagonista para el aseguramiento de la sostenibilidad

Por: Mario Posada García–Peña, rector de la Universidad de América.

Son muchos los retos que dejó la pandemia derivada del Covid-19 para el mundo. Hoy, además de avanzar hacia la reactivación económica de todos los países, vivimos un panorama con tensiones y conflictos nunca vistos desde la Segunda Guerra Mundial, hechos que han puesto a la sociedad contra la cuerda.

Aunque se pensaba que el 2022 sería el año en el que se podría cerrar el capítulo de la crisis, la realidad ha sido otra. Somos testigos del impacto significativo que la coyuntura ha tenido no solo en la salud física y mental, sino en el desarrollo y el crecimiento. De acuerdo con el último Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, publicado este año, se han perdido más de cuatro años de progreso en la erradicación de la pobreza, más de 24 millones de estudiantes (desde preescolar hasta la universidad) están en riesgo de no regresar a estudiar y las emisiones de CO2 relacionadas con la energía aumentaron un 6% en 2021, alcanzando el nivel más alto de la historia.

Ante este panorama, es clara la necesidad de abordar los desafíos desde una visión integral, articulada y a largo plazo para dar una respuesta concreta a un reto que pone en vilo la supervivencia humana. Pensar en el mundo que le dejaremos a las futuras generaciones implica compromiso y fomentar alianzas que nos lleven a trabajar por un mismo camino. La academia tiene un amplio rango de acción en este ámbito. Desde el sector educativo tenemos la responsabilidad de generar conciencia sobre los retos en materia de sostenibilidad y protección del medioambiente, pero también promover conocimiento y nuevas ideas para resolver problemáticas actuales.

A partir de lo anterior, en la Universidad que dirijo, por ejemplo, se han transformado los programas académicos a partir de un enfoque por resultados de aprendizaje que orienta el perfil profesional hacia la resolución de conflictos en desarrollo sostenible. Además de los proyectos que surgen desde el área académica, la Universidad contribuye al cumplimiento de los ODS a través de la construcción de los syllabus de cada una de las asignaturas que responden de forma directa a los planes de estudio y los perfiles globales de egreso.

Por otra parte, es relevante destacar el papel que tiene el fortalecimiento y fomento de la investigación formativa. De aquí pueden surgir proyectos para gestionar el recurso hídrico, contar con alternativas para el desecho de residuos plásticos, empoderar comunidades para su desarrollo, crear biotecnología para cuidar cultivos, por mencionar algunos casos.

En la actualidad, las instituciones educativas estamos llamadas no solo a la formación de los estudiantes, sino también la construcción de la sociedad, a través de educación integral y conciencia global. ¿Qué mejor manera de hacerlo que promoviendo un enfoque sostenible que se pueda mantener en el tiempo? En la actualidad, no basta con compartir información con los estudiantes, es clave generar una formación didáctica y experimental que se base en casos de estudio y proyectos integradores que sean transversales para desarrollar competencias y enriquecer el pensamiento estratégico.

Con motivo de las actividades conmemorativas de los 65 años de fundación de la Universidad de América, la Premio Nobel de Paz (1992) Rigoberta Menchú Tum y el expresidente mexicano Felipe Calderón Hinojosa participarán el 27 de octubre en Bogotá del foro “Diálogo sobre el desarrollo sostenible al 2050”, que será moderado por el senador Humberto de la Calle Lombana.

 

@F_UAMERICA

 

 

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