La fiesta del chivo

No me refiero a la novela de Mario Vargas Llosa, que retrata la historia del sangriento dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo. Hablo mas bien de un dictadorzuelo de poca monta que hace fiestas con los recursos públicos y ahora pretende divertirse con el dolor de las víctimas del conflicto armado, pisoteando su dignidad y violando su derecho a la verdad, la justicia y la reparación. Un personaje cuyo nivel de comprensión no le alcanza para dimensionar el despropósito de desafiar a la Jurisdicción Especial para La Paz JEP y ofender burdamente la integridad de sus magistrados.

El pintoresco personaje de marras es Robinson Manosalva y se hace llamar “El Chivo”, actual Alcalde del sufrido e importante municipio de Aguachica al Sur del departamento del Cesar, en el Caribe Colombiano. Es la segunda ciudad del departamento y es el mismo lugar en el que paradójicamente se adelantó con éxito la primera consulta popular por La Paz del país en agosto de 1995, liderada por el entonces Alcalde Luis Fernando Rincón, quien luego de su desmovilización como integrante del M19 fue elegido Representante a la Cámara y Alcalde Municipal. En su segundo intento para ejercer como mandatario fue asesinado por los paramilitares que dominaban la región.

“El chivo” de Aguachica, una vez electo como Alcalde, se convirtió en un férreo aliado del Clan Gnecco en el poder departamental. Seguramente en complicidad con ellos, en plena pandemia del Coronavirus en el 2020, al parecer echó mano de los recursos de la contratación de seis mil mercados o kits de alimentos destinados a las poblaciones mas pobres, por lo cual enfrenta investigaciones en la Contraloría General de la República, la Procuraduría General y la Fiscalía General de la Nación. Su polémica gestión dió lugar a un proceso de revocatoria de su mandato que sorteó con habilidosas maniobras y clientelismo desbordado. Macondiano ha resultado su invento de bautizar dos vías contratadas en su mandato : la Avenida “El Chivo” inaugurada recientemente por El mismo y que ya presenta agrietamientos; y la Avenida “Cielo” por el nombre de la jefa del Clan Gnecco y madre del gobernador Luis Alberto Monsalvo Gnecco, en detención domiciliaria por solicitud de la Corte Suprema de Justicia.

Pero la fiesta de este Chivo domestico no termina allí. Recientemente la Jurisdicción Especial para La Paz JEP impuso en su contra una medida de arresto por desacatar de manera grave una orden de este tribunal de justicia transicional. Para la JEP, el Chivo Manosalva incumplió la orden de traslado y protección en el cementerio central de Aguachica de al menos 400 cuerpos victimas de desaparición forzada recuperados en el camposanto de San Martín, mas conocido como Cementerio de los Pobres. Acto seguido ha sido viral en las redes el espectáculo del Chivo con medio cuerpo al descubierto comiendo uvas en plan de celebración ufanándose de la comodidad en su sitio de reclusión. Lo mas grotesco ha sido un audio que envío a un grupo de sus amigos revictimizando las victimas de desaparición forzada cuyos cuerpos debía proteger y calificando de “hijueputas guerrilleros” a los Honorables Magistrados de la JEP.

Ya va siendo hora de poner fin al festín de ilegalidades de esta versión degradada del Chivo de Vargas Llosa. La Procuraduría debería suspenderlo de inmediato y la justicia procesarlo por los múltiples delitos que ha cometido. Es la mejor manera de honrar los derechos de las victimas en este pedazo del caribe.
Y de reivindicar el legado de paz de Luis Fernando Rincón.

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