Un año con retos, contradicciones y logros colectivos

El pasado jueves primero de diciembre rendí cuentas sobre mis principales ejes de trabajo del año 2022: 1. nuestras denuncias sobre graves atajos en la ETB; 2. nuestro proceso de reforma popular a la policía; 3. nuestras denuncias de violencia policial, la construcción de un informe de impunidad en casos de violencia policial, la demanda de inconstitucionalidad que interpusimos contra los traslados por protección y; 4. la oposición que ejercimos al proyecto de región metropolitana por los graves riesgos de volteo de tierras que genera.

Sobre la defensa de los recursos públicos de la ciudadanía, demostramos que en el negocio de móviles 4G, que estructuró el ahora expresidente de ETB, Sergio González, la empresa y la ciudad perdieron como mínimo 612 mil millones de pesos. También denunciamos escandalosos contratos de asesorías que terminaron en miles de millones de pesos en pérdidas para ETB pero en generosos pagos a Delta Partners, que, por hacer un terrible trabajo, recibió 81 mil millones de pesos de los bogotanos en tres años. No sobra decir que González renunció sin darle a la ciudad una explicación y sin presentar el libro blanco de estos negocios.

En cuanto al proceso de reforma popular a la policía, tuvimos 25 espacios de diálogo con la ciudadanía, propiciando la discusión tanto desde los territorios como en espacios académicos, lo cual nos ha permitido compartir experiencias y visiones con más de 600 personas. Además, más de 300 personas de todo el país, nos han expresado que quieren sumarse a esta gran conversación que debe convertirse en un mandato ciudadano que, mediante una reforma profunda, siente las bases de una policía preparada para cuidar la vida, los derechos y la paz.

Durante este año también estuvimos acompañando diversos procesos de víctimas de violencia policial por indebida aplicación de los traslados por protección, violación a los DD.HH en jornadas de protesta, violencia basada en género y lesiones personales. En este proceso hemos trabajado de la mano de organizaciones defensoras de DD.HH que han asumido la representación jurídica de algunas de las víctimas y en el caso de las violaciones cometidas en el Portal de las Américas y las amenazas que reciben algunos jóvenes que participaron en las protestas, hemos denunciado los hechos ante las autoridades correspondientes.

En lo que se refiere a la defensa de una visión compartida de región, su estructura ecológica y su riqueza cultural, hemos puesto en conocimiento de la ciudadanía el peligro que el esquema previsto por el proyecto de Región Metropolitana representa. Es por eso que durante su trámite en el concejo, denuncié que esta iniciativa resulta útil para favorecer intereses particulares, particularmente aquellos asociados al uso del suelo, dando cuenta así de un alto riesgo de volteo de tierras.

Ahora bien, hay cifras que es imposible establecer: ¿Cuántos abrazos intercambiamos con las madres que perdieron a sus hijos por alzar la voz? ¿Cuántas lágrimas derramamos reconstruyendo sus relatos? ¿Cuánto miedo sintieron quienes denunciaron la crueldad de la fuerza pública y luego fueron perseguidos? ¿Cuán grande es su valentía para volver a luchar por todos y todas? ¿Cuántas veces nos vimos a los ojos y sonreímos entendiendo que nuestras ideas viven también en otros? ¿Cuántas veces perdimos la esperanza y nos la devolvió una sonrisa y un abrazo sincero?

Las historias detrás de estas preguntas son las que nos motivan a estar a la altura de la responsabilidad que tengo la oportunidad de ejercer. La fuerza de quienes luchan desde cada territorio por una vida digna y en paz es la que orienta nuestro quehacer político. Gracias a quienes han acompañado nuestra labor este año.

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