Votar para elegir un Congreso que haga la tarea

El próximo domingo 13 de marzo de 2022 los colombianos elegiremos a 108 senadores y 188 representantes a la Cámara, que conformarán el nuevo Congreso de la República de Colombia por un periodo de cuatro años a partir del 20 de julio. Para estas elecciones, y de acuerdo con la lista que publicó la Registraduría en diciembre del año pasado, 2.835 personas tienen la aspiración de ocupar una de las curules antes mencionadas, un número altamente significativo que además genera confusión e incertidumbre en muchos electores que no saben aún por quién y para qué votar.

A la complejidad por la cantidad de candidatos para el Congreso, hay que sumarle que se votará también para tres consultas presidenciales. Es decir que si usted ya está mentalmente enredado, piense lo que puede estar sintiendo un jurado de votación que este año manejará nueve tarjetones: Senado dos (2), Cámara tres (3), curules de paz uno (1) y consultas presidenciales tres (3). Lo anterior en territorio colombiano, porque en el extranjero solamente manejarán cinco (5): Senado y Cámara internacional, más las tres consultas presidenciales.

Así las cosas, ¿Tiene claro qué tarjetones le darán y cuáles debe pedir?, si aún no sabe, aproveche los días que quedan para hacer la tarea y salir de las dudas. Busque la información que, vale la pena decir, sí existe y está claramente expuesta por la mayoría de los medios de comunicación que han hecho la tarea de exponer para “dummies”, cómo será el proceso y brindar algo de claridad ante tanta confusiòn.

Pero la anterior, no es la pregunta central en estas elecciones. Realmente la cuestión sobre la que deberíamos estar lucubrando es ¿Sabemos para qué vamos a votar? Empecemos por tener claro que el Congreso tiene, entre otras, la no menor tarea de ejercer el control político sobre el gobierno y la administración nacional. Esta directriz se la conferimos los ciudadanos de a pie a quienes con nuestro voto confiamos que hagan un excelente trabajo y efectivamente balanceen las cargas cuando la balanza se incline mucho para un lado, y ese sea precisamente el que menos favorece al bien común.

Ese poder hoy es fundamental y si todas las encuestas dan en el clavo, necesitaremos de un Congreso activo, con senadores y representantes que puedan ver más allá de sus intereses personales y entiendan la inmensa tarea que se les viene pierna arriba para salvaguardar el Estado de Derecho. Entonces, ¿para qué vamos a votar?

La respuesta luego nos llevará a personalizar, es decir a pensar en nombres específicos que cada uno de nosotros encuentre sensatos, preparados, con ganas de trabajar y promotores de un país que necesita un Congreso dinámico, activo y que dibuja una Colombia competitiva y diferente.

Son muchísimos aspirantes y resulta imposible creer que, en medio de tanto nombre, todos sean malos, corruptos, facilistas o flojos. Y es que hay que ponerlo así porque ahora elegimos, pero el 21 de julio estamos diciendo que TODOS los congresistas son unos corruptos y sucios políticos ladrones de cuello blanco. ¡OJO! A los corruptos los dejamos pasar nosotros, esos benévolos y laxos “ciudadanos de a pie” que no votan, a los que les da igual cuál candidato llegue, o que sienten que su voto no hace la diferencia… ¡OJO! Los corruptos son ya totalmente visibles pues son ellos los que les están comprando su elección con un tamal, ladrillos, cemento, un mercado o con la promesa coja de transformar el país a punta de discursos lindamente decorados.

El enredo del tarjetón o la confusión por los más de 2.800 aspirantes al Congreso es solamente una excusa que nos impide hacer bien nuestro trabajo como ciudadanos. Una labor que además es sencilla, solamente hay que saber por qué voy a votar, para luego buscar a quién le entrego mi confianza para que ejecute la tarea correctamente.

Nuestro trabajo es sencillo, tenemos que levantarnos y votar. Salir a las calles y elegir, marcar, hacer sentir nuestra voz que no importa si está desgastada por largos años de vida o recientemente estrenada para los ojos electorales, pero que aquí con el voto, tiene el mismo valor.

Elijamos bien, quedan unos días para leer y buscar, no es difícil. Tenemos opciones buenas y hay que escoger a los mejores, por lo menos a los que han hecho los méritos, que saben cómo funciona el Congreso o se lo han estudiado juiciosamente y pueden representar los intereses democráticos que hacen de Colombia un ejemplo en la región.

Hoy sí que cada voto cuenta y cada curul será clave, porque serán cuatro años en donde lo que elijamos podrá o no tener herramientas para apoyar al que llegue, vigilar al que gane o atajar al que se quiera imponer.

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