Opioides: conviviendo con las causas

Por: Juan Camilo Clavijo Martín

A medida que los estadounidenses se apresuran a frenar el creciente número de muertes por fentanilo, el opiáceo sobrealimentado (opioides) que se arremolinan en el suministro de drogas ilícitas de los EE. UU., buscan cada vez más leyes y tácticas que recuerdan la fallida “guerra contra las drogas” de la década de 1980.

Docenas de estados han introducido leyes más estrictas en los últimos meses en un intento desesperado por contener la ola de una droga que cobra casi 200 vidas por día y es la principal causa de muerte entre los adultos estadounidenses menores de 45 años. (The Guardian, 25 de julio, 2023)

El fentanilo y otros opioides están alimentando la peor crisis de drogas en la historia de los Estados Unidos. Según la CDC (Centro de control y prevención de enfermedades) del gobierno de EE. UU., 107,375 personas en los Estados Unidos murieron por sobredosis de drogas e intoxicaciones por drogas en el período de 12 meses que finalizó en enero de 2022.

¿Que son los opioides? Según la Clínica Mayo, si se toman según lo indicado por el médico, los opioides ayudan a controlar, de manera segura, el dolor agudo, como el que se sufre después de una cirugía. Sin embargo, existen riesgos cuando estos medicamentos no se toman de manera correcta.

Los opioides son un grupo amplio de medicamentos analgésicos que interactúan con los receptores de opioides de las células. Los opioides pueden estar hechos de amapola real —por ejemplo, la morfina (Kadian, Ms Contin y otros) o sintetizarse en un laboratorio, por ejemplo, el fentanilo (Actiq, Duragesic y otros). Cuando estos se distribuyen por la sangre y se unen a los receptores de opioides en las neuronas cerebrales, las células liberan señales que amortiguan la percepción del dolor y aumentan la sensación de placer.

Según la CDC, el fentanilo es un opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. Es un importante factor contribuyente a las sobredosis mortales y no mortales en los EE. UU. Hay dos tipos de fentanilo (la droga zombie): el fentanilo farmacéutico y el fentanilo fabricado ilícitamente. Ambos se consideran opioides sintéticos. El fentanilo farmacéutico es recetado por los médicos para tratar el dolor intenso, especialmente después de una operación y en las etapas avanzadas del cáncer.

Sin embargo, los casos más recientes de sobredosis relacionadas con el fentanilo están vinculados al fentanilo fabricado ilícitamente, que se distribuye en mercados de drogas ilegales por su efecto similar al de la heroína. Con frecuencia se añade a otras drogas debido a su extrema potencia, lo que hace que las drogas se vuelvan más baratas, más potentes, más adictivas y peligrosas.

¿Por qué los opioides son tan adictivos? La razón principal por la que los opioides tienen un alto potencial de adicción es porque no solo alivian el dolor, sino que crean una sensación de euforia (felicidad intensa), que muchas personas encuentran placentera. Las personas que usan opioides con regularidad pronto desarrollan tolerancia a estos efectos. Luego pueden usar más y más la droga en un intento de obtener la intensidad original del alivio del dolor y la euforia. El uso crónico o el uso indebido de opioides puede provocar dependencia psicológica y física.

Las personas son psicológicamente dependientes cuando una droga es tan central en sus pensamientos, emociones y actividades que la necesidad de continuar con su uso se convierte en un deseo o una compulsión a pesar de las consecuencias negativas. Con la dependencia física, su cuerpo se ha adaptado a la presencia de la droga, y los síntomas de abstinencia ocurren si deja de tomar la droga repentinamente o si toma una dosis reducida. Las personas que dependen físicamente de los opioides experimentan síntomas de abstinencia cuando dejan de tomar la droga. Estos síntomas suelen ser desagradables.

¿Por qué es tan fácil el acceso a los opioides? La CDC afirma:

La mayoría de las personas que abusan de los opioides recetados los obtienen de forma gratuita de un amigo o pariente, pero es más probable que aquellos con mayor riesgo de sobredosis los obtengan con una receta médica, informaron hoy los investigadores de los CDC en una carta de investigación, “Fuentes de analgésicos opioides recetados”. Relevers by Frequency of Last-Year Nonmedical Use: United States, 2008-2011”, en el Journal of the American Medical Association Internal Medicine (JAMA Internal Medicine).

Este hallazgo subraya la necesidad de esfuerzos de prevención que se centren en los comportamientos de prescripción de los médicos y en los pacientes con mayor riesgo de sobredosis.

“Muchas personas que abusan de los analgésicos opioides acuden directamente a los médicos para obtener sus medicamentos”, dijo el director de los CDC, Tom Frieden, M.D., M.P.H. “Los proveedores de atención médica deben detectar el riesgo de abuso y recetar de manera juiciosa al verificar los registros anteriores en los programas estatales de monitoreo de medicamentos recetados. Es hora de que detengamos la fuente y tratemos a los problemáticos”.

También se consiguen de forma ilegal, como la heroína. Es un mercado bastante grande, y que le ha quitado espacio a la cocaína.

¿Quién distribuye los opioides? Los opioides vienen de la amapola, es decir, en ese caso el mayor proveedor del mundo sería Afganistán (acusan también a México y China), y EE. UU. obviamente está tomando medidas radicales contra esa producción en el país asiático. Sin embargo, lamentablemente, las compañías farmacéuticas han desempeñado un papel importante en la exacerbación de esta crisis.

Por su parte, el gobierno federal, entre otros, ha tomado acciones civiles y penales contra médicos y farmacias para abordar la prescripción y dispensación inapropiadas de opioides. Se han presentado y se siguen presentando una variedad de demandas contra los fabricantes y distribuidores de opioides.

Estas comenzaron a principios de la década de los 2000, pero han aumentado en frecuencia y perfil en los últimos años. Las primeras demandas contra los fabricantes de opioides, generalmente Purdue Pharma, el fabricante de OxyContin (oxicodona), fueron reclamos por lesiones personales presentados en nombre de personas con adicción que sufrieron una sobredosis.

¿Repetirán el mismo error de la fracasada lucha contra las drogas? En lugar de atacar los síntomas de la crisis, deberían trabajar en las causas. Por ejemplo, Estados Unidos es una sociedad absolutamente solitaria, tan es así, que se habla de la epidemia de la soledad.

En un reporte de la Universidad de Harvard, se sugiere que el 36 % de todos los estadounidenses, incluido el 61 % de los adultos jóvenes y el 51 % de las madres con niños pequeños, sienten una “soledad grave”. No es sorprendente que la soledad parezca haber aumentado sustancialmente desde el estallido de la pandemia mundial.

El informe también explora los muchos tipos de soledad, las diversas causas de la soledad y los costos potencialmente elevados de la soledad, incluida la mortalidad temprana y una amplia gama de problemas físicos y emocionales graves, que incluyen depresión, ansiedad, enfermedades cardíacas, abuso de sustancias y problemas domésticos.

Por otro lado, la misma Clínica Mayo, en su estudio afirma que la crisis de los opioides también se puede dar por condiciones objetivas, que todos vivimos. Una serie de factores adicionales (genéticos, psicológicos y ambientales) desempeñan un papel en la adicción, que puede ocurrir rápidamente o después de muchos años de uso.

Los factores de riesgo conocidos del uso indebido y la adicción a los opioides incluyen:

  • Pobreza
  • Desempleo
  • Antecedentes familiares de abuso de sustancias
  • Antecedentes personales de abuso de sustancias
  • Edad temprana
  • Historial de actividad criminal o problemas legales
  • Contacto regular con personas de alto riesgo o entornos de alto riesgo
  • Problemas con empleadores anteriores, familiares y amigos (trastorno mental)
  • Comportamiento arriesgado o de búsqueda de emociones
  • Consumo excesivo de tabaco
  • Antecedentes de depresión severa o ansiedad.
  • Circunstancias estresantes
  • Rehabilitación previa de drogas o alcohol

Todas las condiciones anteriores crecen día a día en el país del Tio Sam.

¿Entonces? Es obvio que, con lo anterior, parece un colapso desde adentro.  El escenario de desamparo, vulnerabilidad, crisis social y económica, soledad, y desempleo es perfecto para que cualquier sustancia que ayude a sacar a las personas de esa realidad sea bienvenida. Es una escapatoria fácil y barata para salir de un entorno absolutamente oscuro para 15 millones de adictos que tiene EE. UU. (según la UNAM).

Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, y el modelo para muchos, sufre una crisis desde adentro. Incluso su propia industria farmacéutica es una de las principales beneficiadas con el abuso de los opioides. Es una tristeza ver como la explotación del hombre sobre el hombre, no aplica solo a lo laboral, sino que llega hasta lo sanitario (como en la esclavitud).

Es con este tipo de fenómenos donde debemos reflexionar sobre si el consumismo y la felicidad inmediata, que son los motores de nuestra sociedad, de la economía, de la política, o la validación que diaria a un sistema que acaba con su sociedad, son realmente aportes a una humanidad mejor. ¿Acaso valen la pena las compras baratas por Amazon, y demás promociones? ¿pelear por X o Y candidato? o ¿defender con rabia lo que presentan los noticieros?

Como siempre, en lugar de atacar las causas, se convive con ellas.

 

 

 

 

 

 

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