El Nobel de Literatura se va a Francia con Annie Ernaux

A sus 82 años, la francesa Annie Ernaux fue merecedora del Premio Nobel de Literatura por “el coraje y la clínica agudeza con la que ella destapa las raíces, distanciamientos y las restricciones colectivas de la memoria personal”.

La escritora creció en un entorno con unos padres que pasaron de lo proletario a la burguesía gracias al arduo trabajo con una cafetería y una tienda en un pequeño pueblo de Yvetot en Normandía.

“Su trabajo de memoria, que trata sobre su entorno rural, apareció temprano como un proyecto que intentaba ampliar los límites de la literatura más allá de la ficción en el sentido estricto. A pesar de su estilo clásico y distintivo, declara que es una ‘etnóloga de sí misma’ más que una escritora de ficción”, describe sobre ella la organización del Premio Nobel.

En palabras de la ganadora del Nobel de Literatura, el lenguaje es un cuchillo con el que siempre intenta romper los velos de su imaginación. Con su rigurosa búsqueda de la verdad, tiene como referentes a Jean-Jacques Rousseau y a Marcel Proust.

“Siempre he querido escribir el tipo de libro del que me resulta imposible hablar después, el tipo de libro que me hace imposible soportar la mirada de los demás”, ha declarado Annie Ernaux en el pasado.

Su obra transita entre la literatura, el ensayo, el teatro o el cine. Tiene un cúmulo de novelas entre las que destacan La Mujer Helada (1981) o Los Años (2008). Annie Ernaux sucede a Abdulrazak Gurnah de Tanzania, quien ganó el Nobel de Literatura el año pasado.

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