“Quiero hacer canciones que den lugares seguros para llorar o reír”: Luz Pinos

Luz Pinos es, ahora mismo, una de las cantautoras más destacadas en América Latina. Su música que parte de lo simple para impactar profundamente en los corazones continúa logrando una expansión en todos los rincones de la región.

Su más reciente proyecto discográfico es Café con miel, su segundo álbum de estudio y en él intenta buscar sanarse a sí misma e intentar sanar a sus oyentes con cada una de las canciones .

Nacida en Cuenca (Ecuador), Luz Pinos se ubicó entre los cinco artistas ecuatorianas más escuchadas en la plataforma de Spotify. Su debut lo hizo con Mariposa Azul, un álbum que fue inspirado por su abuelo Mario. Además ha compartido escenario  con artistas de la talla de Alejandro Sanz, Esteman, Rawayana, Mareh o Mon Laferte.

Confidencial Colombia mantuvo una conversación con la artista en la que habló del recorrido de su carrera, su maternidad y, por supuesto, de su álbum Café con miel. A continuación, lo que nos dijo.

Pasaron muchas cosas entre Mariposa Azul y Café con miel en el mundo y en tu vida ¿Qué es lo que más rescata durante ese lapso?

Definitivamente ha sido una etapa que ha marcado mucho mi vida y creo que ha sido muy evolutiva. No solo en temas de composición, sino también musicalmente hablando. Mi vida cambió un montón: soy mamá y estoy casada. Por eso mi segundo disco se llama Café con miel, porque creo que abraza esta etapa de mi vida en donde me di cuenta que había un montón de cosas viví, muchos momentos amargos y dulces con la maternidad; de prueba, error y a seguir intentando. La lactancia para mí fue durísima y creo que en el matrimonio también ha sido así. He tenido un montón de choques y de regresar a indagar, a ver cómo puedo ser mejor, cómo podemos seguir conociéndonos, encontrarnos esas amarguras y dulzuras.

Laboralmente también creo que he tenido muchos aciertos y algunos desaciertos; caídas, tropiezos y muchos logros maravillosos. He podido abrirle en concierto a Mon Laferte o tocar con Alejandro Sanz, un sueño hecho realidad y todavía se vienen muchísimas cosas maravillosas. Quiero hacer muchas colaboraciones y este disco me va llevando un poquito más hacia los lugares en donde donde siento que quiero ir. He ido conectando con mucha gente maravillosa en el camino de la música. Quiero poder seguir haciendo la música desde la misma intención que siempre tuve, que me haga sentir feliz; hacer canciones que haga sentir feliz a la gente, que les dé ratitos de felicidad, que les dé calma, que les dé lugares seguros para llorar o reír, para sentir y celebrar la vida. Estoy feliz porque puedo seguir manteniendo mi esencia musical.

Hay una frase en el sencillo Café con miel muy potente que dice: “Tantas cosas me ha dado la vida que hasta con lo malo me quedo”, ¿Por qué cree que es necesario quedarse hasta con lo malo?

Es lo amargo en realidad. Creo que es parte de la vida porque si no, yo no creo que estaríamos aquí. Creo mucho en que estamos evolucionando. Venimos a este mundo a aprender, a ser felices, a amar desde nuestra esencia más pura y a servir.

Tenemos diferentes retos y esos retos son ese amargo y dulce. Dentro de eso malo, de esos momentos difíciles, en todo ese aprendizaje dentro de esa despedida; en el duelo de ese sufrimiento terrenal, hay un crecimiento siempre. Creo que tenemos que ver siempre que todo el dolor es una oportunidad para crecer.

Ahora remarca los contrastes y en Solterona se enfrentan las de la tristeza de la soledad, pero a la vez la búsqueda de ser una mujer autosuficiente. Le saca el lado positivo de los problemas ¿Es recurrente en su vida y en su arte mirar el lado bonito a lo malo?

Ahora que me preguntas, lo puedo pensar. Yo creo que muchas de mis canciones sí son así. Al final yo creo que sí debe de ser por mi personalidad. Soy muy intensa. cuando lloro mucho también siento mucho y me dejo sentir las cosas cuando me duele algo. No escucho el “no llores”, escucho mucho el “¡Llora!” y pásalo que va a venir algo bueno, como que deja que llueva porque mañana florece. Eso me ha llevado muchas veces a encontrar ese tipo de resultados en todas mis en mis experiencias. Esta semana tenía una situación que no me salió como quería y con mi manager ya lo había dejado ir. Era como que sabes que no va a salir, que lo solté y me estaba riendo a pesar de que era algo importante. Soy muy así en la vida, trato de tomarme muchas cosas relajada y como si no fuera tan en serio. Hay mil cosas en la vida que no me van a salir o que no me han salido y eso está bien. De pronto hay algo mejor para mí.

A veces sí es un problema, porque tiendo a soltar todo. Soy muy expresiva, entonces a veces algo no me gusta y tú vas a verme en la cara que no me gustó. Tienes que ser muy cuidadoso y no tienes que demostrar a todo el mundo lo que eres exactamente, porque no todo el mundo está listo para recibirte, no tenemos que ser libros abiertos completamente. Sin embargo, yo tiendo a ser muy libro abierto en plan de si esto no me gustó, te lo voy a decir y si no somos tan amigos, también.

Ser madre en la industria musical es complejo, algunas que tienen el sueño de la maternidad se ven obligadas a aplazarlo o no cumplirlo por las exigencias que hay, ¿Cómo ha sido su experiencia de madre en la industria musical en un momento en el que su carrera está despegando?

El trajín definitivamente es más pesado. No soy perfecta y trato de tener una una crianza muy cercana y respetuosa con mi hijo. Me encanta ser mamá; creo que no es necesariamente algo para todo el mundo. Estaba clarísimo que el día que mi hijo llegó a mi vida mi carrera iba a tomar el asiento trasero del carro y eso no me preocupaba mucho porque sabía que la música no era algo que tenía expiración para mí. No siento demasiada presión por ser famosa, porque esa no es mi meta. En mi proyecto no siento presión por hacer giras gigantes de 8 meses al año porque tampoco es mi meta con la música. Ya muchas mujeres están haciendo sus proyectos y siendo mamás a la vez. No hay nada que las mujeres no puedan hacer, cada vez demostramos mucho más. Hay mujeres increíbles haciendo música, pero que sí ‘tourean’ todo el año y yo lo admiro muchísimo, pero no es mi sueño. Me encantaría que todo el mundo conozca mi proyecto claro, obvio, pero mi meta final por la que hago música no es para hacer famosa; sino no haría la música que hago, tal vez urbano, pero no es mi esencia, no es lo me hace feliz.

No tengo esa presión de que a mi canción tiene que ser viral. De hecho, mi disco Mariposa Azul se escucha mucho más ahora que antes. Es música que conecta con con todas las personas, porque Mariposa Azul habla de mucho de la soledad que nos pasa a todos independientemente de la época en la que habíamos nacido. No importa el tiempo o la edad. Hay música que de pronto tiene un género que es muy de hoy y que ya mañana pasa de moda y yo no quiero hacer música así. Me encantan estas preguntas que me estás haciendo, siento que estoy pensando muchísimo en por qué hago mis canciones… Yo quiero tener cuatro hijos, si me preguntas a mí me encantan las familias grandes, antes quería tener siete hijos. Personalmente, mi hijo ha sido una inspiración muy grande para mi segundo disco entonces para mí ha sido todo lo opuesto a verlo como un impedimento. Tal vez si es un poquito complicada la logística cuando viajas económicamente. Él es mi mejor amigo, disfrutamos un montón y así quiero que sea para siempre con mi familia.

Habla de los propósitos de tu música. Para algunos el propósito es vender o darse a conocer ¿Cuál es la intención de fondo con su música? ¿Sanar, sanarse, sacar lo que llevas dentro o quizá plantear inquietudes en el oyente?

Yo creo que Mariposa Azul fue muy natural, que necesitaba simplemente plasmar ese disco porque mi abuelo -que fue la inspiración de Mariposa Azul– era un fan mío y cuando murió no pude despedirme. El disco fue un montón de canciones que escribí posterior a su muerte y mi encuentro con la muerte. Luego escribí de mi vida y canciones para abrazarme, para curarme.

Nunca había escrito canciones que tengan un sonido muy sólido con mi esencia completa en cada canción. Escribía Mariposa Azul y dije “¡Wow, este sonido es nuevo!”, nunca lo había escuchado de nadie, esta soy yo. Cuando salió me di cuenta de la responsabilidad que tenemos los artistas cuando cantamos y hacemos canciones. El nivel del impacto que tuvo Mariposa Azul para sanar a tanta gente que estaba viviendo en momentos de desolación, de haber perdido a alguien o ganas de suicidarse. Mucha gente encontró en este disco un espacio, un abrazo.

La música más que nada es el canal por el que yo puedo ayudar o hacer mi parte y servir a las personas con el proyecto y muchas veces es acompañarnos sanándonos, riéndonos o celebrando. Somos seres de compañía de relaciones, las relaciones son las que nos hacen seres humanos. O sea, soy una dichosa. Para mí eso es la alegría más grande que me da la música.

¿Cómo el público impacta en usted y en su arte?, ¿Hay un proceso de retroalimentación en este tema de la compañía y de la conexión?

Sí, sintiéndome parte de algo grande, que también creo que es algo importantísimo para mí, para seguir haciendo música, para seguir feliz y agradecer.

¿Hubo un momento en el que se dio cuenta que esos pensamientos que tenía de sobre la soledad, pero cuando lo sacó se dio cuenta de que había un montón de gente que de pronto estaba pasando por lo mismo?

Pasó eso especialmente con Mariposa Azul. Supe que mucha gente iba a conectar porque la muerte y y la abandono es muy común. Todos tenemos un familiar que fue a otro país, todos conocemos a alguien que se fue lejos y extrañamos. Eso me parecía que iba a ser muy genérico en cuanto a la conexión. Con Capulí no pensé que iba a conectar tanto y lo más bacano de Capulí es que conectó de una manera muy genérica también, la escribí para mi hijo, pero la gente se la canta como a los animales, a los papás, a los hermanos, al esposo, a la novia, al hijo, a la hija… Habla del amor profundo incondicional.

¿Cómo es el capulí?

Es una fruta chiquitita de la sierra acá en Ecuador que tiene como una pepa adentro y es negrita. A la gente que tiene los ojos negros le dicen ojo de capulí.  Es dulce y delicioso.

En los videoclips tiene un concepto muy monocromático, ¿De donde viene ello?

La persona detrás de la parte visual de mi proyecto se llama Elsa, es una gran amiga mía talentosísima. Se le ocurrió que en este disco quería hacer un tipo de monocromacia.  Somos un poquito espontáneas y atrevidas. Ella es muy muy creativa, se le ocurrió ese reto de hacer todo por colores y a mí me encantó. También tratamos de hacer historias chistosas, creativas y con algo de fantasía. Nos encanta alocarnos un poco.

¿Qué se siente ser parte de un movimiento de artistas que apelan a la simplicidad para llegar al alma del público con conceptos profundos? Algo como lo que hacen Natalia Lafourcade, Briela Ojeda o Mon Laferte. 

A mí ese estilo me encanta. Honestamente lo hago uno porque no tengo mucha plata. Creo que soy una artista independiente desde el comienzo. Trato de invertir en lo necesario con los productores, los músicos, los videógrafos, las fotografías y todo ese tema siento que es muy importante. También me gusta que yo siga aportando a la cultura y al arte en el país mío y donde esté.

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*Foto: Cortesía

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