Entrevista | Soy Emilia expone una montaña rusa de emociones con ‘Agridulce’

Soy Emilia, personaje artístico creado por la bajista y compositora Juanita Carvajal, regresó con Agridulce, su segundo álbum de estudio. El disco estuvo precedido por Expuesta y Hecho en casa, dos EP que sirvieron como ruptura a su característica onda, que con Reconstrucción la llevaron a ser nominada a Mejor Artista Nueva en los Latin Grammy de 2020.

Tras dicha nominación, presentarse en los festivales más importantes de la región, ser una de las mujeres instrumentistas de América Latina con más proyección y con una carrera en ascenso, Soy Emilia decidió dejar de lado el electropop fiestero para darle lugar a la introspección durante un lapso.

“Con los EP quería tomar un descanso sonoro entre el primer y segundo disco porque tienen el mismo concepto. Entre el uno y el otro sucedieron muchas cosas en el mundo y en mi vida. Cuando lancé mi primer disco, a semanas se murió mi papá y mi hermana decidió irse a otro país. Ella y yo éramos como gemelas; y por otro lado, ese mismo año cerré junto a la Filarmónica los 25 años de Rock Al Parque como bajista”, dice Juanita.

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La apuesta de este nuevo disco es exponer esa montaña rusa de sentimientos por los que atravesaba mientras componía. Canciones como High y Cada Noche de Agridulce fueron hechas antes de la pandemia. Sin embargo, su momento personal y el entorno en el que todos estábamos, la influenciaron para desprenderse del proyecto e irse por un estilo más calmo y tenue como pasó con los dos EP que fueron un puente de los dos álbumes.

“No me sentía con ganas de hacer música electrónica bailable como la Emilia del primer disco, quería bajarle un poco el volumen. Sentí que no era el momento para hacer tanto ruido. Nada estaba abierto y todo el mundo se sentía en una situación muy rara como para decirles ‘¡Vámonos bien High!’”, recalca la bogotana.

No es casualidad que la primera canción de Agridulce se llame High, que tras un par de segundos en silencio abre con un subidón inesperado que despierta al oyente y se desprende de manera absoluta de Expuesta, un EP en el que se abre sin muros ni máscaras ante su público.

Agridulce como palabra se compone de dos antónimos que reflejan un sentir único en el que falta algo para la satisfacción plena. El álbum refleja muy bien eso con cada una de las canciones y está pensado en plantear los contrastes de la vida a través del dolor y el amor.

“Estaba leyendo mi interior y mi alrededor. Los resultados fueron muy bonitos. Uno no todo el tiempo está mirándose para adentro y yo que escribo canciones es como un psicoanálisis. Ves hacia adentro, analizas lo que estás escribiendo y es mi proceso para escoger los nombres del disco: por medio de las canciones analizo el momento que estoy viviendo y les pongo ese nombre”, expresa Soy Emilia.

Entre Juanita Carvajal y Soy Emilia hay un desdoblamiento. Si bien a Juanita le encantan discos como Hasta la raíz de Natalia Lafourcade o Déjenme llorar de Carla Morrison, Emilia construye un universo que le apuesta al desamor con una mirada alejada del rol femenino como víctima en las relaciones amorosas.

“Cuando empecé a pensar en Emilia hice una búsqueda interna y encontré que el pop es una victimización muy fuerte de la mujer a través del amor. Y no es que nunca haya sido víctima del amor, pero no soy una persona que, si le rompen el corazón, se deprime. Al contrario, soy una persona que se va de fiesta, se destruye un poquito y después estoy bien”, explica.

Juanita cree que el resultado de la construcción de Emilia se debe a factores como que siempre vio en su madre una figura fuerte que nunca se derrumbó ante sus hijas; mientras su padre, que era un médico de profesión, era una figura más ausente por lo laboral. Además, es egresada de un colegio femenino, su primera banda estaba compuesta de mujeres y afirma: “Estuve muy alejada de esas estructuras sociales en la que el hombre está por encima o que la mujer es incapaz. No me sentí en esa victimización del pop, aunque me gusten esas canciones”.

Soy Emilia | Foto: Daniel Buitrago

Prueba de ello es Mala intención, sencillo de su primer EP, que narra la manera en la que una especie de ‘femme fatale’ hiere los sentimientos de un hombre. Soy Emilia afirma que la canción “habla de una relación donde me metí con una persona y sabía que iba a salir quemada. Me llamó mucho la atención, pero en la canción es al contrario. Volteé la historia como si las mujeres hicieran daño. Lo que quiero decir con Emilia es que no somos mosquitas muertas: las mujeres también proponen y hacemos daño”.

En cuanto a lo musical, con Agridulce hay una mezcla entre lo que Juanita denomina “new wave colombiano” con Cero39, Mitú, Bomba Estéreo, Moügli y Cerrero, unido al electropop latinoamericano. Las canciones, más allá de la parte electrónica, están pensadas para la puesta en escena de los espectáculos en directo con los instrumentos análogos.

De hecho, Soy Emilia presentó por primera vez su disco en vivo el pasado 7 de julio en Mad Radio junto a Paula Pera & El fin de los tiempos y Chonta Dj. “Cuando iba a hacer el lanzamiento de mi disco me lo imaginé más como Emilia, que es más festivalera, fiestera, de viernes en la noche… Y quería hacer un evento femenino. Abrió Paula, que estuvo todo hermoso con su banda. Es muy raro que haya eventos de mujeres producidos por mujeres”, expresa.

Aunque Juanita piensa que la canción más arriesgada del disco es Sugar Daddy, ya que se desprende un poco de la propuesta que quiere consolidar, esta canción es la que más se acerca a lo ‘mainstream’ con la base urbana en el beat. Es una de las dos del álbum que no produce Julián Salazar. El mexicano BrunOG es el encargado de la producción en este caso.

“La compuse antes de la pandemia y cuando la llevé a mi oficina de management a todos se le abrieron los ojos con los signos de dólares. Es una canción muy pegajosa, dudé de sacarla conmigo. Tengo un baúl de canciones, escribo para algunos artistas y las ofrezco. Tuve la duda de llamar a Karol G y decirle ‘Tengo una canción para ti’ o quedármela”, señala.

Si bien hay un imaginario implantado del anglicismo de “sugar daddy”, el trasfondo de la canción apunta al contraste a esa idea. Soy Emilia quería manifestarse en contra el modelo de vida transaccional que se propone desde lo urbano en el ‘mainstream’, en el que el “flex” y el poseer es lo más importante para destacar. Ella explica que “jamás he tenido una relación en la que alguien diga que es dueño mío desde una parte económica porque soy muy independiente. Quería escribir la canción del otro lado: aunque me diste el apartamento, te veía una vez al mes, o menos. No todo es económico en la vida. La canción tiene un nombre complejo, pero habla de que todo lo que me diste, lo boté; porque aunque quise estar contigo, nunca estuviste ahí”.

Tres años pasaron de Reconstrucción y ese disco le valió un reconocimiento precoz en los Latin Grammy. Soy Emilia como proyecto lleva a cuestas la experiencia de una Juanita Carvarjal que comenzó con Esteman una década atrás y conoce las entrañas de la industria musical. Por eso es consciente de lo que falta por recorrer para ganarse un lugar más privilegiado en la escena colombiana desde una propuesta alternativa.

“Yo estudié Jazz. El jazz fue una imposición de los maestros de música que decían que para ser bueno uno tiene que tocar jazz. A mí se me metió ese cuento, pero si soy sincera conmigo, mis discos eran otra cosa. Si uno no hace la música sincera, es complicado. Sé que es una onda rara y diferente, pero siempre existe el nicho y logras conectar con personas”, expresa.

Lo que se viene después de este nuevo álbum son un puñado de presentaciones en Colombia, España y México. Ya tiene planeado seguir lanzando música nueva en el remate del año y otro EP más para el año entrante. Agridulce es la consolidación del proyecto de Soy Emilia, la ratificación de lo planteado con Reconstrucción con una carga pesada de desamor, intrepidez y rudeza.

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*Foto: Cortesía Daniel Buitrago

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