El veganismo, esa actitud que rechaza el consumo de cualquier alimento o artículo de origen animal, cada vez tiene más adeptos en el mundo. Lo sorprendente es que, en los últimos años, muchos veganos han ido más allá de esta mera definición.

Ya no se trata de no comer nada que provenga de un animal, utilizar un maquillaje o champú determinado, sino que muchos veganos han dejado de tener sexo con omnívoros. Han evolucionado hacia la ‘vegasexualidad’.

“No me gustaría tener relaciones con alguien cuyo cuerpo está compuesto, literalmente, por restos de seres vivos que murieron para ser su sustento”, declaró una vegana que participó en un estudio de la Universidad de Canterbury. Algunos veganos los consideran “un cementerio de animales”.

Este estudió, recogido por El País, revelaba que los veganos perciben un olor diferente de las personas que consumen carne o productos derivados de animales, por lo que no estaban dispuestos a besar a alguien que no fuese vegano o a intercambiar ningún otro tipo de fluidos. Estos aseguraron que en los fluidos de los omnívoros están presentes proteínas y partículas de origen animal.

Sin embargo, Ignacio San Segundo, un bioquímico clínico desmintió fervientemente estos argumentos. “Puede ser que la saliva contenga partículas animales, pero el resto de fluidos, como el sudor u otras secreciones, son desechos de elementos ya procesados y reconvertidos en los que esas proteínas han desaparecido”, declaró a El País.