En Colombia, de acuerdo con el más reciente estudio de Situación Social presentado por BBVA Research, el 92,1% de los adultos tiene algún producto financiero; sin embargo, en el campo la cifra solo alcanza el 55%, dato que coincide con los índices de pobreza rural que se ubican por encima de la media nacional.
La pobreza en Colombia está definida por diversas variables económicas y sociales. La inclusión financiera es una de ellas. Según el estudio, solo el 36% de los colombianos cuenta con un crédito financiero. Para los expertos, esta situación se convierte en un factor limitante para los hogares pues el acceso al crédito puede reducir la pobreza, reducir el efecto y la probabilidad de materialización de los riesgos financiero a lo largo de la vida, suavizar el consumo en el tiempo, acceder a vivienda, financiar proyectos personales e ingresar a la educación superior, entre otros. Además, el acceso al crédito formal a los negocios les permite estar preparados para enfrentar situaciones de crisis y emprender nuevos negocios, aumentar el tamaño de sus empresas y acceder a mayor formalidad y productividad.
“La inclusión financiera es un factor clave para reducir la pobreza extrema e impulsar la prosperidad compartida y ha sido identificada como un factor facilitador de siete de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, por eso es importante que se siga trabajando en todos los frentes para seguir ampliando el porcentaje de colombianos que tienen acceso a servicios y productos financieros y cerrar las brechas que hoy existen entre la Colombia urbana y rural, lo que a su vez será clave para reducir los índices de pobreza, explicó Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research en Colombia.
En ese sentido, vale la pena señalar que dentro de las regiones con mayor porcentaje de inclusión financiera se encuentran la Centro Oriente (96,1%) y la Centro Sur (89,4), mientras que el Caribe, el Pacífico y los Llanos, tuvieron niveles inferiores al 84%.
En cuanto a poblaciones, la inclusión financiera es mucho mayor en personas entre los 41 y 65 años, en quienes la incidencia de la pobreza se reduce. Al contrario, la pobreza aumenta en las personas más jóvenes, de 18 a 40 años, las cuales mantienen un nivel menor de inclusión financiera, y en las mujeres, que tienen un acceso a productos financieros del 88,5% en comparación con el 95,3% de los hombres.
Finalmente, para los expertos, mantener un ambiente macroeconómico sólido y estable, con un crecimiento económico elevado y una baja inflación, a la vez que se logra una mayor inclusión y protección social, a través del acceso a nuevas tecnologías, crédito e infraestructura, entrega herramientas poderosas para reducir la pobreza y mejorar la situación social de los colombianos.
Los retos sociales de Colombia
El 39,3% de los colombianos vive en condiciones de pobreza. En este sentido, los hogares cuya cabeza es una mujer (43%), una persona joven (48%), una persona que migró a Colombia (60%) o una persona que fue víctima de desplazamiento forzado (52%) registran índices de pobreza más altos. La pobreza es mayor en los departamentos periféricos y en las zonas rurales, afirma el estudio. Por ejemplo, en La Guajira, Magdalena y Chocó, la población en situación de pobreza supera el 60% del total.
“Colombia tiene una brecha de género significativa en las cifras de pobreza: las mujeres, en promedio, son 6 puntos porcentuales más pobres que los hombres. Además, si es una mujer migrante (62%), la pobreza se acentúa.
Al contrario, en los hogares en que la cabeza del hogar es un empleado asalariado, la pobreza se reduce en la mitad hasta menos de 24% y si es afiliado a la seguridad social en pensiones se reduce en más del 60%. Por lo tanto, es necesario reducir la tasa de desempleo, integrar la población a la formalidad y reducir la brecha de las mujeres y los jóvenes”, explicó Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research.
En términos de educación, de acuerdo con el informe, la cobertura educativa aumentó significativamente en el país en la última década, en educación terciaria, entendida como la educación técnica, tecnológica o profesional, pasó de 42,8% en 2011 a 54% en 2021. Pero, se mantienen las brechas rurales (tasa de analfabetismo rural 12,6% vs. tasa nacional 5,2%) y con baja participación de los profesionales, lo cual es necesario para impulsar el aumento de la productividad y mejorar las condiciones sociales de los hogares colombianos.