Los desafíos de la Web 3.0 y su relación con el metaverso

La nueva ola de la Internet vino para quedarse. Entre las principales características de la Web 3.0 destaca la adición del contexto a lo que los seres humanos le pedimos a los diferentes dispositivos. Esta tecnología comenzó implementándose en pequeños procesos y ahora es inevitable en el trabajo, videojuegos, transacciones y la manera en cómo nos relacionamos por medio de las redes sociales.

Es el desarrollo más cercano de lo que conocemos como metaverso. Este mundo paralelo a la realidad logra la unión de lo físico con el entorno digital. Varios elementos venían desarrollando este universo con la realidad virtual, que nos ofrecía una experiencia inmersiva. Por otra parte, la realidad aumentada, un aditivo en la información que trasciende a los sentidos que percibimos los humanos.

La Web 3.0, que viene acompañada de la tecnología 5G, está a punto de volverse imprescindible para quienes mantienen una vida ceñida a las tendencias. También hacen presencia en el ocio y el arte se ve permeado por esta nueva realidad a la que cada día nos debemos acostumbrar.

La inteligencia artificial (IA) sirve como elemento protagonista en este nuevo avance y llegó para optimizar procesos en distintas áreas. Esta tecnología generalmente se alimenta de datos almacenados que ayudan a darle soluciones a cada usuario en su respectivo requerimiento. De algo tan simple como teclear en un ‘smartphone’ y que este nos sugiera cuál podría ser la siguiente palabra, es porque la IA está actuando.

A continuación, explicamos cómo funciona la Web 3.0 en distintos ámbitos primordiales de la cotidianidad de cada persona.

Transacciones

Con el intento de la Web 3.0 de querer democratizar lo que se consume en internet llega el ‘blockchain’. Esta tecnología permite que cualquier persona pueda comercializar cualquier objeto de valor sea tangible o no de manera más segura. Con ella, los usuarios tienen una sola fuente que les permite hacer seguimiento a pagos o cuentas y se pueden ver datos de la transacción de inicio a fin.

Lo anterior suele generar confianza en las personas, ya que la información en cada negocio se da de manera rápida, exacta y evita los intermediarios. Además, los registros son inalterables por medio del libro mayor constituido. Para más confianza, las transacciones cuentan con un contrato inteligente que se ejecuta de manera automática.

Otra manera más común del uso de las transacciones por la Web 3.0 es con el e-commerce. Según informa Statista, para 2030 se tiene previsto que las ventas por medio del comercio electrónico superarán los 200 mil millones de dólares. Actualmente, la cifra ronda los 20 mil millones de dólares.

Videojuegos

Varias desarrolladoras de videojuegos continúan trabajando por ofrecer las mejores experiencias a sus usuarios. Con la descentralización, los jugadores pueden pasar del modelo de pagar por jugar a jugar para ganar dinero. Lo anterior se puede a través de los NFT (tokens no fungibles), con ellos a través de mercados internos o externos, los jugadores pueden intercambiar activos.

En esta materia, la industria pasó de videojuegos como “Tetris” para la Web 1.0 a otro como “Candy Crush” en la Web 2.0 y ahora se destaca “Axie Infinity” en la Web 3.0 que se desarrolla en el metaverso.

La era de los videojuegos con realidad virtual todavía intenta establecerse y consolidarse. Las principales compañías que comercian con consolas ya cuentan con dispositivos y videojuegos en esta modalidad.

Mundo laboral

Las empresas han venido trabajando al pie de la letra con cada avance que ofrece la Web 3.0. Muchas ya se valen de ‘chatbots’, incluso humanizados desde el metaverso con personajes, para la atención de servicio al cliente. La inclusión de la IA de la mano de la Web 3.0 tiende a optimizar procesos que hace más fácil la producción en cada empresa.

En el caso de los ‘chatbots’, ya no solo se implementan en las páginas, sino que migraron a las redes sociales de las compañías. Cuando la interacción de los usuarios es masiva, esta solución es importante.

Además de lo laboral, videojuegos o transacciones, hemos sido testigos de cómo la Web 3.0 ha tenido injerencia en el arte por medio de imágenes, guiones, doblajes y hasta poemas creados por la IA. En este momento de transformación, las compañías y las personas lo único que hacen es adaptarse.

Según una encuesta hecha por Ipsos, las áreas en las que la IA más va impactar a la sociedad entre los próximos tres años son la educación, el empleo y el transporte. En la primera se ha dado pasos gigantes con las clases virtuales; en la segunda se trabaja con sistemas que optimizan procesos; y con el tercero ya se comienzan a implementar artefactos como vehículos autónomos o plataformas alimentadas con realidad aumentada para el tránsito. La Web 3.0 llegó para quedarse.

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