En el mundo, las consecuencias económicas por la guerra han sido talvez mayores que la misma retaliación militar, que evidentemente afecta todos los actores de semejante conflicto que por estos días cumple un año. Esta guerra a hoy sigue también en el campo mediático, donde el presidente Zelensky y Biden se reúnen, desafiando al Kremlin ruso. ¿Y Latinoamérica? Algunos aprovechando la oportunidad, como en todas las guerras, pero también, como el resto del mundo, sufriendo las consecuencias.
Pongamos todo sobre la balanza, y la conclusión será, en las guerras no se gana, generalmente, y la gente en el mundo es quien más pierde. Empecemos con Rusia.
La economía rusa, talvez no sufre tanto las mayores consecuencias como se espera, solo tuvieron que hacer cambios, algunos incluso emigraron. El país afectado por las sanciones superó las expectativas debido a los ingresos extraordinarios por petróleo de unos $325.000 millones de dólares, después de que la guerra disparó los precios de la energía afectando al mundo entero. El Banco Central Ruso estabilizó el hundimiento del rublo subiendo las tasas de interés y la moneda es más fuerte ante el dólar que antes de la guerra con Ucrania.
Es cierto que empresas como McDonald’s, Apple y otras se fueron de Rusia. Pero McDonald’s fue cambiada por Vkusno – i Tochka “Sabroso. punto”, y por ejemplo Starbucks se volvió un “Stars Coffee”, prácticamente con los mismos productos.
Las franquicias Visa y Mastercard suspendieron sus servicios, pero los bancos migraron al sistema local MIR, entonces las tarjetas que ya existían siguieron funcionando en el país y los que viajan al extranjero sí deben usar efectivo. Cuando la Unión Europea prohibió los vuelos desde Rusia, los tiquetes de avión subieron de precio. Ahora viajar al extranjero está reservado a una minoría privilegiada y solo un tercio de la población rusa tiene pasaporte.
La inflación se disparó casi un 12%, pero Putin anunció subsidios para familias con hijos y subió las pensiones y el salario mínimo un 10%. No hay desabastecimiento, pero todo está mucho más costoso, y esta situación es la que parece repetirse en el resto del mundo. La dinámica de la economía en Rusia y los demás países evidentemente se hizo más lenta. Pero según lo hemos analizado antes, no lo suficiente para una recesión.
En la mayoría de países experimentamos situaciones similares. Aumento en el precio de los combustibles, la energía, inflación, como consecuencia aumento de las tasas de interés para tratar de controlar dicha inflación entre otras medidas. La guerra de Ucrania nos ha afectado por todo un año, y no hemos hablado de las vidas humanas y daños a la infraestructura por los efectos mismos de la guerra.
En las guerras siempre hay peores consecuencias que beneficios. Pero también, como en todo lado, existen oportunidades. Para algunos países se han abierto nuevos mercados donde Ucrania era fuerte como en el maíz, trigo y cebada. Brasil, Argentina y Paraguay, han aprovechado esto, incluso el aumento de estos precios en más de un 18% en el último año. Pero a su vez, en varios países como Colombia, el tema se ve afectado porque más del 20% de fertilizantes venían de Ucrania. En Colombia nos vuelve a replantear el tema de la utilización de nuestras 39 millones de hectáreas fértiles, solo aprovechamos el 5% de las mismas, en un mundo que necesita y demanda aún más alimentos de origen agrícola.
Las guerras traen oportunidades, pero es triste tener que vivirlas para darse cuenta que cualquier conflicto, por el interés que sea, nos afecta a todos. Afecta la economía, trae hambruna, muerte, destrucción. Con mayor razón debemos comenzar a pensar que debemos prepararnos para el futuro, para la escases. Cuidar y fortalecer nuestros recursos naturales como el agua, y tomarnos en serio el desarrollo del agro, por nuestra supervivencia, no esperar que en la región alguien nos resuelva el problema. La solución está en el campo, sin guerras. ¿Cuándo terminará esta absurda guerra? Lo más triste es que aún no lo sabemos. La humanidad parece aún no aprende que tiene la inútil capacidad de destruirse a sí misma, y por más que algunos tomen ventajas de las guerras, habrá un punto donde no haya lugar para nuevos mercados, destruidos por las mismas guerras. Esperamos se entienda algún día, que los conflictos bélicos traen pésimas consecuencias para la humanidad, en Colombia, por ejemplo, parece algunos aún no aprenden y quisieran talvez seguir o volver a una guerra, ojalá cambiemos.