Columna Opinión de Oscar Sevillano. Muchas veces me he preguntado la razón por la que el periodismo nacional se ha mantenido pendiente en mayor número de veces, no de los hechos que a diario ocurren a los ciudadanos del común, que merecerían ser tratados en primer plano en diarios y noticieros de televisión y radio, sino de lo que hace y dice el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, quien se debe sentir bastante agradecido, porque son estos quienes se han encargado de mantener uribizado al país.
Resulta incomprensible por ejemplo, que el hecho de que el gobierno nacional haya decidido tender caminos de entendimientos con el Centro Democrático, se vuelva noticia de primer orden, cuando lo lógico en un Estado que se precie de ser respetuoso con sus instituciones y partidos políticos, es que mantenga el diálogo constante con todos los actores, incluyendo los de oposición. Por tanto no veo la razón para tratar este hecho como si fuese el gran suceso.
Álvaro Uribe durante su segundo mandato estableció diálogos permanentes con el expresidente Cesar Gaviria, para entonces jefe único del oficialismo liberal, y a todos les pareció normal. No veo entonces lo anormal en que Juan Manuel Santos haga lo mismo con su más duro opositor, como para que esto merezca un lugar especial en diarios y noticieros de radio y televisión en toda la semana en que se dio la cita entre Néstor Humberto Martínez y el hoy senador.
Lo mismo sucede con los trinos. A juzgar por los hechos, me atrevo a decir que el twitter de Uribe es más consultado que el del mismo presidente Santos.
Colombia es un país donde ocurren sucesos graves por montones todos los días del año, luego entonces no entiendo la razón para dejar de informar hechos que en realidad tocan a la sociedad colombiana, por volver noticia cualquier frase que se le ocurra al senador. Claramente lo hace para darse pantalla, porque como bien es sabido por todos, se resiste a pasar al baúl de los recuerdos, razón por la que me pregunto si vamos a darle ese gusto de por vida.
Nuestro país se encuentra discutiendo la forma de ponerle punto final al conflicto armado que ha dejado miles de muertos, desaparecidos y desplazados por la violencia, hecho que debería ocupar las principales páginas de los diarios y ser noticia de primer orden en radio y televisión. Entre otras, porque el fuego cruzado aún se vive en veredas y municipios, donde los colombianos del común esperan con ansias el día en que se firme la paz, y sus vidas dejen de correr peligro, como para que le sigamos poniendo atención a lo que dice y hace uno de los tantos políticos que en Colombia les gusta la pantalla, así este tenga calidad de expresidente.
Creo que el periodismo nacional se encuentra en mora de discutir hasta qué punto está dispuesto a darle gusto a Uribe en su afán por marcar la agenda de los medios, porque es innegable que lo hace, y lo más triste es que los comunicadores caemos en esa trampa, porque cualquier cosa que haga o diga el gobierno nacional, nos mantenemos pendientes, no de lo que opinan los colombianos del común que son los directamente afectados, sino que más bien damos muestra de que lo único que pareciera importar es lo que piensa el expresidente y hoy senador.
Estoy de acuerdo con que es necesario tener en cuenta la voz de la oposición, y por eso creo que tanto el gobierno nacional, como los medios de comunicación se equivocan con su interlocutor, porque la lógica indica que por lo menos en lo que al Centro Democrático respecta, a quien se debería consultar es a su presidente y director Óscar Iván Zuluaga y no a un senador más de su bancada. Pero, también es claro que Uribe siempre hará de las suyas para mantener la atención alrededor de su figura, y en esa trampa, es en la que no debemos seguir cayendo.