Columna Opinión de Oscar Sevillano Cada vez que las Farc cometen un atentado, me pregunto si son conscientes de que para que los colombianos del común apoyen y crean en el proceso de paz, es necesario de que deben cesar los hostigamientos y toda acción que atente contra el orden público en nuestro país.
Resulta un tanto incompresible que la guerrilla de las Farc no entienda que la mayoría de los colombianos no los quieren, porque no los ven como el grupo salvador de los pobres que creen ser, sino como una banda de delincuentes que solo le causan mal a la sociedad. Por eso cuando se les pregunta si tolerarían que no se les lleve a prisión, luego de una firma de paz, su respuesta es negativa en un 65%, según la última encuesta de Cifras y Conceptos.
Para revertir ese 65%, es necesario que las Farc coloquen de su parte, primero que todo demostrando que existe unidad de mando en el interior del grupo armado y ordenen cesar todo tipo de acción violenta. En segundo lugar, que ponga a todos sus miembros a hablar de paz en municipios y veredas donde hacen presencia. Porque señores, son ustedes quienes deben demostrar que están dispuestos a hacer la paz, no es el gobierno nacional.
El trabajo del gobierno nacional es abrir el camino para que Colombia conozca la paz, pero son las Farc, quienes deben hacer que los colombianos crean en la paz, porque finalmente quien realiza la lucha armada es la guerrilla, y el Estado solo cumple con su obligación de defender el territorio de la ilegalidad, por tanto es a la subversión a quien le corresponde darle a los diálogos esa credibilidad que requieren, para que el pueblo les apoye en el momento en que sea necesario refrendar los posibles acuerdos.
De nada entonces van a servir los esfuerzos que desde el gobierno nacional se puedan hacer para que el ciudadano de a pie en todas las poblaciones del país apoye los diálogos de paz, si las Farc no ponen de su parte y por el contrario, continúan dando de muestras de su desprecio por la sociedad asesinando a soldados y a todo el que se les cruce, con el argumento de que el fin justifica los medios. Esto no puede seguir ocurriendo.
No sé si los delegados del gobierno nacional en la mesa de diálogos se han dado a la tarea de hacerles ver a las Farc que ya llegó el momento de que coloquen a sus miembros rasos y superiores a hablar de paz en los municipios y veredas donde se encuentran; de lo necesario que es para Colombia que al interior de sus territorios se pueda vivir con tranquilidad, y mucho más, si estos discursos están acompañados de acciones no violentas.
Si las Farc no se dan a este ejercicio los colombianos en todos los rincones del país, seguirán pidiendo cárcel para los guerrilleros, porque algo claro que hoy sucede, es que la mayoría de personas en el país no quieren a las Farc, hecho que parecen no entender ninguno de sus miembros del secretariado, quienes prefieren inclinarse en seguir pensando que les adoran y les tienen un altar en cada casa.
Lo anterior no es culpa del gobierno nacional, sino de las mismas Farc, quienes parecen querer otra marcha de “No más Farc”, similar a la que ocurrió el 4 de febrero de 2008, cuando en un hecho sin precedentes, todas las avenidas de las ciudades principales de nuestros país, se convirtieron en ríos de personas que pedían a grito entero acabar con el grupo armado ilegal.
Ahora, si es lo contrario lo que la guerrilla quiere, ya es hora de que lo demuestre y coloque a todos sus miembros en veredas y municipios a hablar de paz, porque es claro que quienes tienen en sus manos el lograr que Colombia entera crea en el proceso de paz, son las Farc, y es bastante incomprensible que no lo entiendan y no lo hayan notado.