Para ganar a Angelino no le importan los métodos

COLUMNA OPINIÓN Con el argumento de que “la política es dinámica”, se ha vuelto común ver a sus protagonistas, hoy en un partido, mañana en otro. Lo anterior lo hacen sin importar si en el que estaba ayer, representa la tendencia contraria al que pertenece ahora.

De esta forma es como Angelino Garzón, quien un día aseguró ser de izquierda vistiéndose de sindicalista, decidió ponerse la camiseta de Convergencia Popular Cívica, movimiento que se vio contaminado porque al interior de este se encontraban personas que pertenecieron al brazo político de las autodefensas como Rocío Arias, Carlos Arturo Clavijo, etc., para bajo este ropaje aspirar a la gobernación del Valle del Cauca.

Por la tradición de izquierda que para ese entonces tenía Angelino, muchos llegaron a pensar que al terminar su gestión como gobernador del Valle, formaría parte de la militancia del Polo Democrático, sin embargo no fue así.

Garzón prefirió hacer parte del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, de línea política contraria a la que este representaba o decía representar, tomando el cargo de Miembro Permanente de Colombia ante las Naciones Unidas en Ginebra.

Fue entonces cuando Angelino decidió romper con su pasado como izquierdista e iniciar un presente de vaivenes políticos, para lo cual forma parte de la fórmula presidencial de Juan Manuel Santos, en ese entonces candidato del gobierno de Álvaro Uribe, en donde este es ungido como vicepresidente de la República, cargo en el cual hace oposición a su jefe, es decir al presidente Santos, hecho que no fue perdonado por el primer mandatario, quien le no le escoge como su compañero para buscar su reelección y más bien le da un hasta luego y pronto adios.

Esa despedida de Juan Manuel Santos no duró mucho tiempo, quizás por el ritmo tan dinámico en el que se mantiene la política en Colombia, razón por la que se le escoge desde el Partido de la U, dirigido por el más grande contradictor de Angelino, para que participe en las elecciones de 2015 como candidato a la alcaldía de Cali como fórmula de Dilian Francisca Toro, quien enfrenta investigación judicial por lavado de activos y parapolítica.

Es decir que a Angelino se le elige como digno representante del “todo vale”, con tal de ganar, hecho que motiva la oposición de la senadora Claudia López para oponerse a que el Partido Alianza Verde apoye este tipo de aspiraciones.

Es justamente aquí donde uno se pregunta hasta donde la sociedad civil, en este caso los electores, están dispuesto a seguir permitiendo este tipo de procedimientos de la clase política, quien con tal de ganar no les importa aliarse con el que sea, incluso si les tocara hacerlo con mismísimo diablo, seguro que lo harían. Demostrando las incoherencias políticas con el que líderes regionales asumen su trabajo, con el que hicieron en el pasado, como es el caso de Angelino Garzón, quien un día se vistió de sindicalista y ahora busca el sol que mejor le alumbre, sin importarle si la luz de este es amarilla o naranja.

En últimas, como cualquier politiquero, Angelino solo busca ganar, no importa los métodos, sino las oportunidades o el oportunismo.