¿Por qué Maradona?

Es compresible que quienes trabajen por la paz y la reconciliación nacional busquen la manera de que esta causa gane apoyo en las masas, y es lógico que para esto se promuevan eventos que llamen y congreguen bajo un solo objetivo, en este caso el silencio de las armas y el cese de la violencia.

Lo que si no es compresible, es que se pierda el sentido común, convirtiendo este tipo de eventos en espectáculos que más bien le son propios a una cuestión de farándula, que a una causa social. Es por esto que no entiendo la razón de convocar a un partido de fútbol invitando a una persona que en primer lugar no es colombiano, y que en segundo lugar a pesar de su discurso izquierdista, ha sido protagonista de escándalos por mal trato a su esposa, quien pertenece al género que ha sido la principal víctima de los armados ilegales en nuestro país.


Me pregunto que estarán pensando las mujeres víctimas del conflicto armado y de la violencia sexual, por la presencia de este exjugador de fútbol argentino, ¿estarán de acuerdo?; ¿serán capaces de aplaudirle?.


Seremos los colombianos capaces de repetir esa contradicción en nuestra manera de actuar, la misma con la que de puertas para afuera rechazamos la violencia hacia la mujer, pero de puertas para adentro esperamos con ansias y emoción, ver de lunes a viernes por televisión, la historia de un cantante de vallenatos que en medio de las drogas y el licor, fue capaz de agredir a una de sus amantes, asesinarla y dejar su cadáver abandonado en una carretera. Es esto coherente pregunto yo.


Podría decirse que si en algo se parecen Diomedes Díaz y Diego Armado Maradona, es que siendo “ídolos del Pueblo” el primero en Colombia y el segundo en Argentina, sus escándalos por la adicción al licor y las drogas son una cuestión para avergonzarse y no para aplaudir. La diferencia es que el colombiano fue capaz de asesinar a una mujer, y el premio a su mal proceder, fue hacerle una telenovela, que por supuesto pocos en nuestro país se la pierden.


Si de hacer un evento que congregue al país en favor de la paz, utilizando al fútbol como instrumento para llamar a las masas, hubiese sido más coherente convocar a la Selección Colombia o a exjugadores de la Selección Colombia versus un equipo integrado por víctimas del conflicto armado. Pero no es para nada compresible gastarse un dineral, invitando a alguien, que no creo que sienta el dolor de país por la guerra interna que se vive en nuestra nación, porque es una persona ajena al territorio. De no ser así, no habría cobrado por venir aquí. Su causa hubiese sido gratuita, porque discúlpenme, a la paz y a la reconciliación, no se le puede poner precio.


Como tampoco entiendo la razón para extender invitación al mismo espectáculo, al cantante Maluma. Un artista que en las letras de las canciones que interpreta, le coloca a la mujer el papel de objeto sexual, ¿podrán esta invitación compadecerse con las víctimas de la violencia sexual de paramilitares y guerrilleros?.


Puede ser que Maluma no participe en el espectáculo, pero la sola invitación ofende. Igual sucede con Maradona, la sola presencia de una persona que ha protagonizado escándalos, que tiene que venir a este país con tiquete pago en avión de primera clase, hospedarse en hotel de primera clase y que en encima se le tenga que pagar una buena suma de dinero, ofende aún más.


No me aparto de la idea de querer congregar al país alrededor de un tema como la paz, utilizando al fútbol como instrumento para lograrlo, pero aquí es claro que el fin, no justifica los medios, y mucho menos al protagonista.