Yo opino – Tú me demandas

COLUMNA OPINIÓN No sorprende en nada el grado de intolerancia que existe en nuestra clase dirigente, cuando alguien que hace parte de la opinión pública da a conocer su manera de ver sobre el mal proceder en que reiteradamente caen quienes desde su oficio de gobernar o ejercer la política, tienen la tarea de llevar las riendas de este país, y no dudan en instaurar demandas penales, no sé si con el ánimo de callar o amedrentar a quien manifiesta su forma de pensar.

En Colombia nuestra clase dirigente no se ha caracterizado por ser el mejor ejemplo en ética y transparencia política y administrativa, por lo que no nos debería extrañar que alguien desde la opinión pública manifieste su forma de pensar, hecho que debería verse con respeto y tomarse para el análisis y el debate público. Sin embargo no es así, más bien lo que ocurre es todo lo contrario, porque los anuncios sobre posibles demandas no se hacen esperar.

Es entonces cuando aparecen en la escena pública los abogados que les gusta la pantalla y el micrófono como Abelardo de la Espriella por ejemplo, pretendiendo amedrentar por la vía judicial a quienes hacen uso de la libre expresión para dar a conocer su manera de pensar en los errores en que constantemente cae nuestra clase dirigente.

No entiendo entonces de que nos sorprendemos con los casos que a diario ocurren en Venezuela, en donde se persigue y a como dé lugar se busca la manera de callar la libertad de expresión, si aquí no somos precisamente el mejor ejemplo en el respeto y la tolerancia por el libre pensamiento.

De no ser así, el humorista político Jaime Garzón no lo hubiesen asesinado y muchos periodistas y columnistas de opinión no estarían en el exilio por cometer el terrible delito de dar a conocer su manera de pensar sobre una clase dirigente llena de vicios y males de corrupción y clientelismo.

Los sucesos que hace unos años vimos en cabeza del expresidente de la Corte Suprema de Justicia Jaime Arrubla contra la columnista del diario El Tiempo Salud Hernández; el expresidente Ernesto Samper contra Claudia López; Sergio Araujo contra Alfredo Molano, hoy día lo seguimos observando en cabeza por ejemplo de Sergio Araujo quien amenazó con demandar a Ariel Ávila, León Valencia y recientemente también a la líder de Derechos Humanos y Columnista del diario El Espectador Carmen Palencia; el periodista Juan Esteban Mejía quien enfrenta una demanda del médico Carlos Alberto Ramos Corena; Álvaro Uribe hizo lo propio contra el exgerente de Canal Capital Hollman Morris, etc.

No sé si esta es la mejor manera en la clase dirigente en Colombia de demostrar el respeto por la libre expresión. Si es así, no deja de ser bastante particular y extraña, porque más bien lo que demuestra es una total intolerancia y pocas ganas de demostrar de querer un cambio en las malas costumbres de administrar este país.

No puedo asegurar si esta constante en nuestra clase dirigente de querer callar a como dé lugar el libre pensamiento en la opinión pública algún día cambiará, pero lo que sí puedo decir sin la menor vacilación, es que de seguir así, en lo que tiene que ver con libertad de expresión y respeto por el libre pensamiento, podemos terminar igual o peor que Venezuela.