La cultura mediterránea

Empezaba la vital y renovadora década de los años setenta cuando el genial cantautor catalán deba a la vida una letra casi mítica acerca del mar más importante del planeta: el Mediterráneo.

Visiones industriales de la música en España pudieron avizorar el talento extraordinario del poeta nacido en el barrio Poble Sec de Barcelona y decidieron grabar en 1971, en la segunda ciudad de Italia, Milán, el álbum musical más completo y exitoso de Serrat, para lo cual utilizaron en conjunto el talento del compositor musical Augusto Algueró y del italiano Reverberi, dando como resultado una decena de canciones todas de un corte poético y musical extraordinarios. Mediterráneo pasaría a ser la canción predilecta de los españoles y por ello fue declarada como la más importante del siglo XX en la península ibérica. En América Latina este poema hecho canción tuvo también gran acogida al igual otros temas incluidos en el larga duración: Vagabundear, Lucía, Tío Alberto, Aquellas pequeñas cosas y casi todos los temas incluidos en el acetato tuvieron un éxito sin precedentes.

El genio y la sensibilidad de Serrat se unieron para crear un canto al más histórico, hermoso y acogedor mar de todos los que tiene el planeta. Es el Mediterráneo el mar que une y complementa a Europa, Asia y África; fue escenario de las historias y novelas más famosas del mundo antiguo, a cuya cabeza está La Odisea y el amor entre Penélope y Ulises, que a propósito también sirvió el personaje femenino, que es el paradigma de la mujer que espera pacientemente a su amor mientras envejece, para otro tema musical de Serrat que ganó un premio en el Brasil mucho antes que el cantante español lo hiciera famoso.

Las grandes civilizaciones antiguas (la griega, la romana, la otomana, principalmente) tuvieron como escenario al bello, extenso y azuloso mar Mediterráneo y ha sido al mismo tiempo forjador tal corredor de pueblos y ciudades cercanas a este océano de un estilo de vida propio.

La cuenca mediterránea marca contrastes en la vida de sus habitantes desde el sur de España hasta las costas de Turquía en donde muere en el lugar que marca los límites entre Asia y Europa. Mar, montaña y desierto marcan litoralmente este precioso mar, con su clima suave, acogedor, tanto en verano como en invierno, con una atmósfera de colores, brillos y perfumes que han hecho de este lugar la residencia de muchísimos artistas que encuentran en estos lugares la inspiración para escribir, pintar y componer letras y melodías inigualables.

Más que un entorno geográfico, el Mediterráneo es una mezcla de razas, costumbres y culturas múltiples y la comida y estilo de vida tranquilo, apacible y sereno son sus principales características.

La historia también hace referencia a conquistadores, guerreros y piratas que han hecho del Mediterráneo su mar preferido. Parajes preciosos edénicos ofrece el Mediterráneo en Grecia, playas paradisiacas en España y montañas hermosas en límites de España con Francia y también con Italia.

El ajetreo comercial, cultural y turístico de los países que tienen el privilegio de tener costas en el famoso mar, es muy intenso. Viñedos y olivos conforman con el bellísimo mar Mediterráneo multinombrado y gentes alegres, gozadoras de la vida, amantes del ocio y la paz interior, la buena comida, un espectáculo para el visitante y el mejor lugar para vivir de nativos, extraños y turistas.

Este mar de los hombres, considerado por algunos el ombligo del mundo, alberga un estilo vivencial único que, contrastado con el norteamericano, el anglosajón, el japonés y el alemán, es profundamente humano, del que se puede afirmar aquel dicho de trabajar para vivir y no vivir para trabajar, al que escritores célebres como los españoles César González Ruano y Josep Pla, le han dedicado obras extensas.

Los balcones y terrazas mediterráneas constituyen la mejor invitación a disfrutar del paisaje, de su exquisita comida, de una buena lectura, en general de una buena vida.

Uno de mis libros preferidos sobre estos lugares y cultura mediterráneos es el titulado Nuevo descubrimiento sobre el Mediterráneo, del citado escritor González Ruano.

Qué diferencia con las naciones cuyas gentes tienen como único fin enriquecerse económicamente y acumular dinero antes que vivencias agradables.

En el siglo pasado la norteamericana Edith Whartow viajó por estos rincones y lugares europeos y se quejó de la falta de estímulos estéticos de su país. La cultura y paisajes mediterráneos, por el contrario, son abundantísimos en producir en quienes habitan estos paradisiacos pasajes emociones nobles y agradables.