La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, ha informado de que la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) visitará la capital aragonesa en abril para conocer las posibilidades que ofrece la ciudad y que son deseables para ser seleccionada como sede del Mundial de fútbol masculino de 2030, decisión que se hará pública antes del 31 de julio.
En concreto, Chueca ha avanzado, en declaraciones a los medios de comunicación este viernes, que los representantes de la FIFA se centrarán en los equipamientos disponibles, capacidad hotelera y servicios de movilidad, entre otras cuestiones.
Además, ha considerado que “cuanta menos competencia haya, más probabilidades tiene Zaragoza de seguir adelante y ser la candidata ideal como sede del Mundial 2030”. Se ha pronunciado así tras conocer que Valencia y Gijón han planteado dudas con respecto a la formalización de sus candidaturas, ya que este viernes era el último día para presentar la documentación.
Por un lado, el Ayuntamiento de Gijón ha reiterado en un comunicado su negativa a aceptar las exigencias de la FIFA sin conocer el coste total del proyecto Asturias 2030 y su financiación. No obstante, han reivindicado su interés por ser sede del Mundial “con las mejores garantías organizativas y financieras”.
Asimismo, el Valencia CF ha comunicado al Comité de la candidatura del Mundial –Generalitat, Ayuntamiento y RFEF– que no se adherirá a la firma de los formatos FIFA, por lo que la ciudad se quedaría sin el estadio Nuevo Mestalla para albergar encuentros en caso de ser elegida sede.
Dudas disipadas
En esta línea, la alcaldesa ha recalcado que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha confirmado a la capital aragonesa que “tiene todas las posibilidades” y, si bien la construcción de un nuevo estadio era su única duda, “los planes que hemos puesto en marcha la han disipado”.
Chueca ha asegurado que Zaragoza ya ha defendido su intención de acoger alguno de los encuentros de la competición. “Acometeremos las obligaciones”, zanjó, sobre lo que pida la FIFA. Igualmente, ha abogado por priorizar el beneficio para la ciudad, que se estima en unos 300 millones de euros, por encima de los costes.