El partido más esperado del fin de semana iba a ser sin duda el clásico de la English Premier League donde el Liverpool iba a recibir en Anfield al Manchester United, que venía de clasificar a los octavos de final de la UEFA Champions League aunque su lugar en la liga inglesa se veía relegada como producto de la volatilidad en el rendimiento de los jugadores.
Ningún equipo se guardó nada desde el planteamiento, ambas escuadras iban con 3 delanteros en la nómina. Claro está, que sorprendió en cierta medida al dejar en el banco de suplentes jugadores como Paul Pogba, Anthony Martial y Juan Mata.
Las acciones comenzaron siendo más claras para el local, pero los ‘reds devils’ llegaban con cierto peligro en contragolpes al área rival. Sin embargo, quien se encargó de abrir el resultado fue el senegalés Sadio Mané al minuto 24 tras un centro de Fabinho. La alegría en el estadio duró 11 minutos, pues al 35 lo empató Jesse Lingard tras un error grave que cometió el portero Alisson Becker. Con el empate 1-1 los 22 jugadores se fueron al descanso.
El minuto 70 fue clave en el juego porque Jurgen Klopp realizó una sustitución importante para el resultado final, sacó a Naby Keita y metió a Xherdan Shaqiri. Tres minutos después, el suizo colocó el 2-1 y al 80 finiquitó el partido marcando el 3-1, haciendo a Liverpool acreedor de los tres puntos y del liderato absoluto.
Con este marcador, los dirigidos por Klopp llegaron a 45 puntos en la cima de la tabla, uno por encima del Manchester City; mientras que el equipo de Mourinho se quedó en el sexto lugar con 26 unidades.