¿MotoGP en Medellín? Inconvenientes e interrogantes que se deben superar para que sea realidad

La posibilidad de que Medellín sea sede de un Gran Premio de MotoGP ha generado gran entusiasmo en algunos sectores. Sin embargo, este proyecto enfrenta varios inconvenientes significativos que deben ser cuidadosamente considerados antes de tomar una decisión final. A continuación, se exponen los principales desafíos y preocupaciones relacionados con esta propuesta.

1. Relaciones tensas entre el Gobierno Nacional y Medellín

La administración del presidente Gustavo Petro y la alcaldía de Federico Gutiérrez han tenido una relación tensa y conflictiva, lo que podría complicar la aprobación y ejecución de un evento de esta magnitud. La realización de una carrera de MotoGP en la pista del Aeropuerto Olaya Herrera, donde eventualmente se contempla hacer, al descartarse otras zonas del valle de aburra, requeriría, necesariamente, la autorización del Gobierno Nacional. Dado el contexto político actual, donde las tensiones entre ambas administraciones son notorias, obtener dicha autorización podría ser un proceso difícil y prolongado. Recordemos como la desarmonía entre el gobierno nacional y el gobierno de la ciudad de Barranquilla, llevó al garete los juegos panamericanos, ya adjudicados y negociados.

2. Costos de acondicionamiento de la pista

El acondicionamiento de la pista del Aeropuerto Olaya Herrera para cumplir con los estándares internacionales requeridos por MotoGP tendría un costo, según los “promotores”, de 100 millones de dólares. Este monto es considerable y plantea serias preguntas sobre la prioridad de tal inversión. Para poner esta cifra en perspectiva, con el mismo dinero se podrían construir aproximadamente 3.000 viviendas de interés social o cinco acueductos que beneficiarían a unas 100.000 personas. En una ciudad con múltiples necesidades sociales, la asignación de recursos a un evento deportivo de lujo puede no ser la mejor decisión desde un punto de vista social y económico. Ahora bien, hoy es un imposible legal que inversionistas privados “aporten” sobre un bien público recursos, salvo una APP, que no se vislumbra fácil.

3. Financiación y compromisos económicos

Además del costo de acondicionamiento, la realización de un Gran Premio de MotoGP requiere el pago de un fee anual de aproximadamente 18 millones de dólares a los dueños de Moto GP. Sólo por el derecho.  Seguramente el alcalde Fico no está por la labor de contemplar siquiera esa posibilidad desde las arcas municipales. La pregunta que surge es ¿si existen inversionistas privados dispuestos a cubrir este fee y los costos de infraestructura asociados.? Hasta el momento, no hay confirmaciones claras sobre la existencia de tales inversionistas, lo que añade incertidumbre sobre la viabilidad financiera del proyecto.

4. Lecciones del proyecto de Fórmula 1 en Barranquilla.

Finalmente, es crucial que el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, analice detenidamente las propuestas y a los promotores detrás de este proyecto. Es importante recordar el caso reciente del fallido intento de llevar la Fórmula 1 a Barranquilla. Este proyecto, promovido por algunos de los mismos actores que ahora quieren impulsar el MotoGP en Medellín, no logró concretarse debido a diversos problemas de comunicación, claridad en lo que la ciudad debe aportar y otros problemas logísticos y financieros. Esto debería servir como un recordatorio de que los grandes eventos deportivos requieren una planificación rigurosa y un compromiso financiero sólido.

La información que hemos logrado recopilar sobre el promotor nos exige tener cuidado y alerta. En efecto, el líder de este proyecto es Luis García Abad quien se presenta como Manager del piloto de Fórmula 1 Fernando Alonso. (hemos confirmado que hace más de 2 años dejó de serlo). El mismo García Abad aterrizó en Barranquilla la idea de la Formula 1 como el “Gran Premio del Caribe”, se reunió con el entonces alcalde Pumarejo, logró que la ciudad le pagará alrededor de 2 millones de dólares, para “gestionar” la adjudicación del Gran Premio, llevó a la ciudad al presidente de Fórmula 1 el italiano Stefano Domenicali, hipnotizó a la sociedad barranquillera y al final dio una silenciosa retirada, sin explicación alguna y con 2 millones de dólares en el bolsillo.

Proyecto congelado

El Proyecto no continuó su curso por inoperancia de los promotores, que según exfuncionarios de la administración del alcalde Pumarejo consultados por este medio, lenta y progresivamente desistieron del proyecto. Aunque se quiso culpabilizar al Gobierno Nacional, hemos confirmado que el Gobierno de Petro si bien conoció el proyecto nunca se opuso a él, porque no hubo algo concreto ni viable.

Este promotor español, sigiloso, de fluido y divertido léxico, ahora repite el mismo esquema en Medellín: Reunión con autoridades del municipio, firma de un Acuerdo de confidencialidad con el que se dirige a los dueños de MotoGP alegando la “exclusividad” de tener el derecho en Medellín y a las autoridades de Medellín les vende la idea de tener la “exclusividad” para negociar MotoGP, busca empresarios locales muy reputados, quienes también se admiran del proyecto y financian estudios y otras cositas. Lo último ha sido sentar al alcalde Fico con potenciales inversionistas árabes o chinos o saudíes para que toda la escena sea presentada como una gran apuesta e inversión y por supuesto presentarlo como un proyecto propio del Municipio, lo que garantizaría a inversionistas privados su inversión.

Así mismo, este medio ha podido confirmar que García Abad se ha reunido en varias oportunidades con otro español, Xavier Vendrell, íntimo amigo de Gustavo Petro, para que le ayude a conseguir inversionistas y pavimentar el camino en la relación con el Gobierno Nacional.

Conclusión

Aunque la idea de un Gran Premio de MotoGP en Medellín pueda parecer atractiva, existen numerosos desafíos e incógnitas que deben ser resueltas. Es fundamental que las autoridades locales y nacionales evalúen con detenimiento la viabilidad económica y social de este proyecto, priorizando siempre el bienestar de los ciudadanos y el uso eficiente de los recursos públicos y por supuesto hacerlo con transparencia y honestidad, teniendo cuidado con los vendedores de humo que se aprovechan del deseo de una ciudad, sus autoridades y sus ciudadanos que quieren lo mejor. El alcalde Federico Gutiérrez afortunadamente es riguroso y con su equipo de gobierno seguramente blindará cualquier situación indelicada y de sombra en un proyecto de esta envergadura. ¿Se puede hacer un gran Premio de MotoGP en Medellín? Sí, pero haciéndolo bien.