River y Boca trasladan al Bernabéu una puja histórica por la Copa Libertadores

La final de la Copa Libertadores llega a su culmen. River Plate y Boca Juniors se miden en el Santiago Bernabéu por ser el campeón de Sudamérica en un partido que ha durado casi un mes y medio. Desde que ambos certificaron su pase hasta que se celebre la vuelta, que se ha transformado en un partido definitivo con sede neutral, ambos clubes han alimentado una rivalidad histórica que tendrá en esta fecha uno de sus momentos inolvidables.

Al Boca-River, o River-Boca según el bando, le ha pasado todo lo impensable. El 1 de noviembre dejó a los dos equipos más icónicos de Argentina clasificados para la final de la Libertadores pero lluvias, ida, ataque ultra y despachos han acabado mudando la vuelta a Madrid en un encuentro donde los ‘millonarios’ ejercen de local sin Monumental y con afición visitante y los ‘xeneizes’ se agarran a ello para dejar un recuerdo imborrable.

Antes de que se jugase la vuelta en el estadio Antonio Vespucio Liberti de Buenos Aires, River tenía una clara ventaja para llevarse el trofeo por el hecho de haber sacado un empate a dos de la Bombonera, sin valor doble de los goles, y porque en su casa tendría toda su afición de su lado. Pero el castigo de la CONMEBOL por los actos de sus Barras Bravas ha igualado el choque, ya que Boca tendrá la misma proporción en Madrid.

Sobre todo esto se han referido ambos técnicos, Marcelo Gallardo y Guillermo Schelotto, en la previa de una final atípica que sale por primera vez de Sudamérica. El primero, el entrenador ‘millonario’, deberá estar en la grada por la sanción que arrastra para dejar su lugar a Matías Biscay, mientras que el segundo, el ‘xeneize’ afronta el duelo más confiado por cómo llega su plantel.

River, cojo arriba, Boca, con todo

El principal motivo de alegría de Boca de que se haya alargado el partido es que ha recuperado a todo su equipo y con ello a Cristian Pavón, su estrella que cayó lesionado en la

ida, pero al que el tiempo ha jugado a su favor. Schelotto ya ha avisado una vez en la capital de España, que el ‘7’ llega a la perfección y está dispuesto a pelear por la Libertadores. Una lesión que, sin embargo, no ha superado Nacho Scocco en River. El ’32’ era una de las armas ofensivas en la delantera ante la sanción del colombiano Santos Borré, pero aunque ha viajado con la plantilla, no se le espera por el Bernabéu.

Eso sí, Gallardo recupera para este duelo a su capitán Leo Ponzio, básico en el centro del campo y que los ‘millonarios’ echaron de menos en la ida. El mediocentro comandará al equipo escoltado por Enzo Pérez y Exequiel Palacios y con una probable línea de cinco detrás formada por Montiel, Martínez Quarta, Maidana, Pinola y Casco. Además, Armani bajo palos y Gonzalo Martínez y Pratto en las mermadas posiciones ofensivas completarán el once en busca de la cuarta corona sudamericana.

Por parte de Boca, al ya mencionado regreso de Pavón se une la vuelta de Esteban Andrada, defensor habitual de la meta y que no estuvo en la ida, mientras que Olaza y Más se disputarán el puesto de lateral izquierdo hasta el final. El resto del equipo que salte al Bernabéu será muy similar al de la Bombonera con Buffarini por Jara en el carril derecho, Izquierdoz y Magallán de centrales, Pablo Pérez, Barrios y Nández formando el habitual mediocentro y Ábila y Benedetto acompañando al ‘7’ para buscar la séptima y ser el rey del continente junto a Independiente.

De esta forma llegan el Club Atlético River Plate y el Club Atlético Boca Juniors a Madrid. Con el objetivo de afrontar otra fecha histórica en tan sonada rivalidad y que dejará al campeón en el olimpo del recuerdo y al perdedor en un infierno imborrable. El Santiago Bernabéu mediante, para acoger el decisivo encuentro de la final de la Copa Libertadores más peculiar en sus 58 años de vida.

Por Adrián Arranz para nuestro aliado Ecodiario.ElEconomista.es

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