La importancia del ‘cómo’ hacer las cosas en política

Marcial Muñoz

Desconfíen de los políticos que sólo les hablan del ‘qué’. Únicamente de todo lo que van a hacer: “vamos a bajar el desempleo en X millones de personas”, “Las políticas sociales serán la prioridad de nuestro gobierno”, “En 1 año todo el país estará vacunado contra el Covid-19″… y así todos los días nos bombardean con eslóganes impactantes para evidenciar que tienen todo bajo control, que saben mucho más que nosotros y que salvarán nuestras vidas. Gracias, pero no.

En política, al igual que en la vida, más importante que el ‘qué’, es el ‘cómo’ hacer las cosas. Al menos es el mejor detector de populistas o de dirigentes ineptos. El ‘cómo’ implica un desarrollo de la idea, una estrategia, un trabajo o intención de cambio mediante un plan. El ‘qué’ solo, es pura palabrería barata. Además, los políticos que explican el ‘cómo’ demuestran un mayor respecto por las instituciones y la democracia. Tomar a la gente por estúpida es muy de demagogos. Políticos que se sienten por encima del bien y del mal, que desprecian a los ciudadanos, pensando que nos tragamos todos sus cuentos. Basta ya de engañar a la gente.

La pandemia del Covid-19, que todo lo arrasa, no es indiferente a este planteamiento. La improvisación, la falta de información clara ha sido la tónica general desde el mes de febrero-marzo del año pasado. Nadie sabía nada o muy poco, pero todos los ‘líderes de la palabra’ salían cada día desde su púlpito a dictar doctrina. Doctrina que se actualizaba a las pocas horas o días, contradiciendo la idea que parecía cierta. Nadie sabía nada y a día de hoy más de lo mismo. Nadie sabe hacia donde vamos, lo cierto es que vamos hacia un mundo bien distinto del que veníamos hace uno año.

Desde hace unas semanas, (casualmente o no) coincidiendo en las fechas con la aprobación de las primeras vacunas, llegaron a nuestras vidas las famosas cepas, mutaciones del Covid-19: la cepa británica, la sudafricana, la brasileña… Tampoco nadie sabía de ellas ni sabe, pero todo el mundo habla de ello y las teme. Los políticos nos han dicho que es una cepa nueva, pero ninguno cómo confrontarla sin recurrir a las viejas fórmulas que no han tenido éxito y se empeñan en repetir. Y lo que vendrá después. Lo que nos queda por escuchar y aguantar.

Como ciudadano, no le reclamo al líder político el no saber. Es un error pensar que nuestros dirigentes tienen que saber todo desde el minuto uno de la partida. Eso sería imposible. Lo que les reclamo es la falta de honestidad y claridad con el pueblo. Lo que me indigna es que nos traten como niños pequeños o como a idiotas, Con argumentos vacíos, propios de trileros, en lugar de decirnos la verdad. Y si no saben la verdad, pues que lo digan también. ¿Tan difícil era salir a decir algo parecido a “Nos enfrentamos a algo desconocido. Algo que el mundo entero está estudiando y que, con trabajo y el apoyo de la ciencia, acabaremos venciendo en el menor tiempo que podamos”… en lugar de ir de expertos de ‘todo a cien’ y dando palos de ciego día sí, día también. La gente está cansada de estar encerrada, de perder sus vidas, sus empleos y sobre todo, de no saber a dónde vamos y por cuanto tiempo. Póngase de acuerdo con los expertos si los hay y actúen. Y si no trabajen hasta averiguar el camino y mientras tanto dejen de decir bobadas.

Desconfíen…

Políticos demagogos, esos dicharacheros personajes que con su verbo fácil intentan ganarse la confianza del pueblo con palabras y palabros sofisticados que la mayoría ni entiende, pero que suenan bien. Auténticos profesionales de la venta de humo al por mayor. Ilustres políticos que se la pasan diciendo la cantidad de cosas que van a hacer… una vez les confiado nuestro voto nada que se acuerdan. Desconfíen. Esos políticos, probablemente, no cumplirán nada de lo que prometieron.

Desconfíen de los políticos que afirman que van a acabar con las desigualdades sociales de un país sin explicar el ‘cómo’. A través de qué decisiones políticas van a hacer que los pobres dejen de serlo sin empobrecer a los que tienen más. Hacer ricos a los pobres a costa de empobrecer a los ricos nunca ha funcionado, más bien al revés, al final todos pobres y sin solución por varias generaciones.

Desconfíen de los políticos que tienen la llave mágica para que todo el mundo encuentre el empleo de su vida, viva feliz. La vida es un cruce de caminos de problemas o de retos, nada es fácil. Desconfíen de los políticos que solo tiene bonitas palabras cuando salen a hablar ante los medios de comunicación. Y desconfíen, por supuesto, de los que siempre le sonríen a todo el mundo.

Finalmente, no olviden desconfiar de los políticos que proclaman a los cuatro vientos que van a vacunar un país entero en un año… sin explicar en profundidad ‘como’ lo van a hacer, sin dar muchos más detalles que el titular para el noticiero. Sin evidenciar un plan logístico serio. Cifras, contratos de compras, llegadas de stock, tiempos, calendarios, Medios de distribución, información clara a los ciudadanos, objetivos mensuales transparentes… si no hay esto, si no hay un ‘cómo hacerlo’, este proceso es una farsa. humo, la nada. Desconfíen de esos políticos.

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Marcial Muñoz es Consultor Político y Director de Confidencial Colombia