Es la región menos explorada del planeta, aunque ocupa más del 60% de la corteza terrestre. La zona abisal, también conocida popularmente como reino abisal, es una capa del océano profundo donde se encuentran gran parte de los fondos marinos. Es un mundo donde las condiciones son extremas y que alberga, sin embargo, una gran riqueza de vida.
Científicos de ocho países llevaron a cabo el mayor análisis hasta la fecha del ADN de aguas y sedimentos en la profundidad del océano. El estudio, que acaba de ser publicado en la revista Science Advances y la BBC, reveló que gran parte de las especies que viven en el reino abisal son totalmente nuevas para la ciencia. ¿Pero qué es la zona abisal, cuáles son los principales hallazgos de la nueva investigación y por qué urge proteger ese mundo casi desconocido?
¿Qué es y dónde comienza el reino abisal?
“Es la zona de los océanos que comienza a los 4.000 metros de profundidad”, señaló Covadonga Orejas Saco del Valle, investigadora del Centro Oceanográfico de Gijón, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía (CSIC). “Se dice que es la última frontera por lo poco que conocemos de la misma. De hecho las superficies de la Luna y de Marte están cartografiadas en su totalidad, pero solo el 20% de los fondos oceánicos han sido cartografiados hasta la fecha”, agregó la experta española.
La zona abisal llega hasta los 6.000 metros, y a partir de allí comienza lo que se denomina zona hadal. “Todavía hay en las fosas otras partes donde se puede llegar hasta los 10.000, 15.000 metros de profundidad, pero eso es simplemente un 5 o un 6% del planeta”, explicó Pedro Martínez Arbizu, biólogo marino e investigador del Museo de Historia Natural Senckenberg en Alemania.
¿Cómo es ese mundo extremo y quiénes viven allí?
En la zona abisal la presión es muy grande. “(Hay) 500 a 600 atmósferas de presión, de 500 a 600 veces más que la presión atmosférica que tenemos en superficie”, apuntó Martínez Arbizu. Por otra parte, según explicó Orejas Saco del Valle, “las temperaturas son muy bajas (entre 2 y 3 grados) y no llega la luz”. “La fauna es variada perteneciendo a diversos grupos taxonómicos, desde organismos diminutos a diferentes especies de peces, y este estudio demuestra que es aún más diversa de lo que se pensaba”, agregó la investigadora.
Puesto que no llega la luz a estas profundidades, no es posible la fotosíntesis. En la zona abisal los organismos “se alimentan solo de lo que cae de la superficie del océano en lo que nosotros llamamos la nieve marina”, señaló Martínez Arbizu. “Son restos de las algas y restos de las carcasas de los pequeños habitantes del zooplancton que van cayendo poco a poco y llegan hasta esas profundidades”.
Sin embargo, solamente un 5% de lo que se produce en la superficie es lo que llega allí abajo, agregó el científico. El resto se consume en superficie o en su tránsito a través de la columna de agua. Ramon Massana, investigador en el Institut de Ciències del Mar (CSIC) en Barcelona y especialista en ecología microbiana, explicó que los organismos que viven en los sedimentos abisales incluyen una gran variedad de animales (nemátodos, crustáceos, anélidos) y también eucariotas microbianos y procariotas. “Son especies plenamente adaptadas a estas condiciones extremas”.
Los eucariontes son aquellos organismos, como las plantas y los animales —incluidos los seres humanos—, compuestos por células eucariotas, que poseen un núcleo diferenciado protegido por una membrana. Los procariontes, en cambio, son microorganismos como las bacterias, cuyas células —procariotas— no tienen un núcleo definido y en las que el material genético está disperso en el citoplasma).
¿Por qué se conoce tan poco sobre el reino abisal?
El estudio fue el resultado de un gran esfuerzo internacional en el que se analizaron muestras obtenidas por 15 expediciones internacionales. “Es un ecosistema de difícil acceso, por eso conocemos tan poco. Y es muy costoso llevar a cabo estas investigaciones. De ahí la importancia de aunar esfuerzos y recursos y establecer colaboraciones internacionales como la que muestra esta investigación”, señaló Orejas Saco del Valle.
Martínez Arbizu explicó, por ejemplo, que para tomar una muestra con una draga a 5.000 metros de profundidad, una embarcación debe contar con un cable de más de 10 kilómetros y hay pocos barcos que tienen esa capacidad.
Los científicos analizaron 1.700 muestras de agua y sedimentos de la zona abisal, y dos billones de secuencias de ADN. Los resultados de esa secuenciación masiva fueron comparados a su vez con los de muestras de diferentes niveles en la columna de agua en todos los océanos del mundo. “El principal hallazgo ha sido caracterizar la gran diversidad que habita los fondos abisales y hadales, y lo mucho que aún nos queda por descubrir en los mismos”, señaló Orejas Saco del Valle.
“El estudio pone de manifiesto que la diversidad de los fondos, que se había pensado era menor que la de la columna de agua, es muy elevada, de hecho hasta tres veces mayor. Todo ello nos muestra una nueva imagen sobre la vida en los fondos sedimentarios oceánicos”, agregó la investigadora.
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