Bogotá alberga una gran diversidad natural, aves, mamíferos, insectos, anfibios y reptiles que hacen parte del ecosistema capitalino.
Los parques de montaña son: Cerro Seco, Cerro La conejera, Cerro Torca, Entrenubes, Mirador de los Nevados, Peñas Blancas, Soratama y Serranía el Zuque. Son unos de los lugares donde mejor se puede apreciar esta riqueza. Según datos del Observatorio Ambiental, en 2021, se registraron 102 especies de aves, 11 de mamíferos y 8 de anfibios y reptiles en dichas áreas protegidas.
Pájaros como el Paramero Cobrizo, la Lagartija Anadia de Bogotá, y la Zarigüeya andina son algunas de las especies que se encuentran en los parques de montaña.
Para obtener esta información y conocer qué animales habitan en Bogotá, sus comportamientos y los tipos de interacción que tienen, el Grupo de Monitoreo de la Biodiversidad de la Secretaría de Ambiente realiza visitas a diferentes puntos de la ciudad, entre los que se encuentran los parques de montaña. Gracias a su trabajo, es posible establecer estrategias de conservación y educación ambiental para proteger los ecosistemas.
¿Cómo se realizan los monitoreos?
El Grupo de Monitoreo de la Biodiversidad se basa en diferentes metodologías para identificar la diversidad biológica que se puede encontrar en la ciudad. A continuación, se describen algunas:
- Fototrampeo:a través de cámaras ocultas o trampa es posible conocer la presencia de mamíferos y aves. Estos equipos son ubicados en lugares donde se han visto huellas, heces, rascaderos o madrigueras, lo que evidencia un camino de paso de fauna.
- Trampas con cebos:para esto, se usa algún elemento que pueda atraer la fauna. Luego de que los animales son capturados, se miden, se determina la especie y se dejan libres y en casa.
- Observar y escuchar: los profesionales de la Secretaría de Ambiente usan binoculares, guías y aplicaciones que les permiten identificar los cantos y características de diferentes especies de aves.
- Metodologías para la entomofauna (insectos y arácnidos): para monitorear abejas, mariposas, arañas y escarabajos, entre otros animales, se usan trampas pitfall (de caída enterradas en el suelo). Esto permite identificar especies voladoras, así como las están en el suelo o en la vegetación.