Greenpeace abre sus puertas para dar la despedida a ‘Esperanza’, el barco que por décadas hizo parte de las misiones en la búsqueda de acabar con los peores crímenes ambientales. Se enfrentó a la pesca pirata y a los arpones balleneros, se asoció con científicos para realizar estudios que permitieron resultados innovadores y trabajó en conjunto con periodistas para revelar actividades ilegales.
“Hoy decimos adiós a nuestro barco que desde el año 2000, hizo parte de la lucha en búsqueda de generar bienestar al planeta. ‘Esperanza’ nuestro primer barco con nombre en español y uno de los más rápidos de nuestra flota, nos acompañó para perseguir embarcaciones de alta velocidad y para ir en búsqueda de delincuentes medioambientales que pocos podían atrapar”, señala Greenpeace.
En Puerto Gijón, España, ‘Esperanza’ hará su última escala y allí culminará todas sus actividades debido a que, en primera instancia, el mundo está en constante cambio y las operaciones marítimas de Greenpeace también. “Debemos ser coherentes con nuestra visión de futuro, por lo que incluir a ‘Espy’ como le llamábamos cariñosamente, no era consecuente con nuestro trabajo hacia la reducción de emisiones de carbono”, agrega la Organización.
Emisiones tóxicas insalvables
Este barco en particular poseía una propulsión eléctrica con una huella de carbono mucho mayor a otros barcos de la organización. Los esfuerzos por parte de la tripulación, los técnicos, voluntarios y personas que apoyan a Greenpeace se basaban en perfeccionar y mejorar las características técnicas de la nave, no obstante, su biología fundamental no coincidía con la visión de la ONG de tener un futuro sin emisiones tóxicas para el medio ambiente.
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Greenpeace trabaja día a día por buscar el camino que permita liderar a nivel mundial en la reducción de las emisiones de carbono, por lo que es importante encontrar recursos más flexibles y congruentes con la misión de llevar la lucha a lugares remotos y a los que pocos pueden ir. ‘Espy’ tuvo muchas renovaciones ecológicas desde que empezó su misión con la ONG y a lo largo de su vida. Hoy se despide con los más altos estándares ambientales y que por más de 20 años acompañó a Greenpeace para seguir contemplando un mundo mejor.