En referencia a la salud animal, el cambio climático puede ser el causante de la reaparición de virus y bacterias, acidificación de los océanos, migraciones y susceptibilidad a las enfermedades. Por ello, muchos sectores profesionales están llevando a cabo una transición hacia prácticas comerciales más respetuosas con el medio ambiente mediante la toma de conciencia y la implantación de medidas reguladoras en cuestiones medioambientales.
El campo de la medicina humana ha sido proactivo al tomar medidas para reducir los desechos y las emisiones de carbono mediante la identificación de las mejores prácticas para minimizar dichos impactos.
Un nuevo estudio ha revisado la literatura disponible sobre la sostenibilidad ambiental en el contexto de los hospitales humanos para aplicarlos en los centros veterinarios. Para llevar a cabo la revisión, se utilizaron dos algoritmos de búsqueda en ocho bases de datos.
Los investigadores identificaron solo tres artículos específicos de medicina veterinaria, uno sobre anestesia y dos sobre animales de producción. Ante la escasez de textos propios sobre la sostenibilidad y las mejoras sostenibles aplicables al campo de la veterinaria, los autores, basándose en conceptos de medicina humana pero extrapolables al mundo veterinario, exponen varias recomendaciones.
Energía adecuada para las clínicas
Por ejemplo, en cuanto a la mejora de la eficiencia energética, indican que “la energía es un tema fundamental que deben abordar las clínicas veterinarias, y aunque la eficiencia energética puede presentar obstáculos para las clínicas veterinarias, la elección de energías renovables, como la electricidad solar, muestra una prometedora rentabilidad a largo plazo y es beneficiosa para la reducción de emisiones nocivas de gases de efecto invernadero”.
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En cuanto al gasto de agua, sugieren “la instalación de dispositivos de restricción de flujo en los grifos, el uso de inodoros de bajo flujo, el mantenimiento de tuberías adecuadas para evitar la pérdida de agua por fugas y la recolección y reciclaje de agua de lluvia para su reutilización sostenible”.
Otro aspecto a mejorar, pasa por identificar cadenas de suministros de productos más respetuosos con el medio ambiente, reduciendo el uso de plásticos y embalajes innecesario. “Hacer que las empresas sean responsables de la creación de productos más sostenibles para el medio ambiente y alentar a los representantes de ventas a ser transparentes con los datos de trazabilidad del producto, proporcionará al veterinario una idea de la cantidad de residuos que se generan al comprar un artículo específico”.
En resumen, los resultados de este estudio destacan la necesidad de investigación y comunicación que apoyen a las clínicas veterinarias en la adopción de prácticas más sostenibles desde el punto de vista ambiental.
Producción alimentaria sostenible
Por su parte, la Federación de Veterinarios de Europa, ha elaborado recientemente un documento donde se posicionan sobre sistemas de producción alimentaria respetuosos con el medio ambiente.
Y es que, según la Federación, “los veterinarios son fundamentales para promover la sostenibilidad en el sector agroalimentario al comunicar la ciencia real detrás de la producción de alimentos y animales seguros”.
Entre los puntos destacados por la FVE, se encuentra reconocer los esfuerzos y resultados logrados hasta ahora por el sector agroalimentario para seguir mejorando la sostenibilidad de los sistemas alimentarios de la UE, así como “establecer y alinear aún más con métricas comunes cuando se trata de emisiones de gases de efecto invernadero, prácticas agrícolas y ganaderas, economía circular y estándares de salud y bienestar animal”.