En las últimas semanas se ha comenzado a gestar un fenómeno global de fortalecimiento del dólar americano*. Esto se desprende de dos fuentes principales, por un lado el discurso de varios miembros de la Reserva Federal de los Estados Unidos en torno a las posibles acciones de política y su preocupación con la inflación. Se ha virado hacia un escenario de mayor expectativa de alza en tasas en el corto plazo que lo anticipado previamente, lo que fortalece la posición relativa del dólar frente a la mayoría de monedas del mundo. Este discurso se hace previo a la reunión de política monetaria de la próxima semana. En segundo lugar, un movimiento de aversión al riesgo producto del brote de Covid19 en China y la preocupación sobre la actividad y la inflación.
Ahora bien, ambos tienen un efecto sobre los precios de materias primas a la baja, lo que ha llevado al petróleo en particular a acercarse a los 100 dólares barril, reversando parte del incremento observado desde finales de febrero. Ello en el caso de Colombia también es relevante de cara al comportamiento de la divisa.
Más específicamente con Colombia, la suma de una FED más agresiva en política monetaria y un contexto de menor precio del crudo presiona a una depreciación del tipo de cambio, que en el último mes y medio había sido uno de los de mejor comportamiento global, por lo que se está presentando un ajuste hacia los niveles observados en otras divisas producto de este escenario global más incierto tanto en política monetaria como en actividad.
De corte interno también pueden haber algunos factores que han colaborado a este movimiento, entre ellos la finalización del periodo estacional de pago de impuestos corporativos, el pago de dividendos de algunas empresas de gran tamaño y algunas operaciones corporativas importantes que están próximas a su finalización, todo ayuda a que se presente menor flujo de divisas hacia el país.
Adicionalmente, al estar próximos a la contienda electoral, aproximadamente un mes antes de la primera ronda, se tiende a observar algo de incertidumbre, evento que suele ocurrir en la mayoría de economías que enfrentan un proceso electoral como el nuestro. Por lo que en un contexto de presiones externas a la depreciación y menores entradas de recursos a la economía, la incertidumbre también redobla el impacto en la divisa y por ello su depreciación, un poco más marcada que la de otros países de la región.
*Análisis de Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research para Colombia