En lo personal soy de relaciones sociales, de cuaderno y lápiz, no de relaciones virtuales, ni de computador. Me gusta el contacto y la interacción con la gente, me gusta sentarme con mis amigos, tomarnos algo y reír, me gusta visitar a mis clientes, tomar una taza de café y conversar, me gusta la calidez de un abrazo, el brillo de los ojos y la expresión de una sonrisa. Estas sensaciones y la experiencia y valor que tienen el contacto entre seres humanos, jamás serán tan siquiera comparados con la situación actual.
La automatización empresarial es algo que yo veo excluyente, por varias razones:
– La falta de educación, capacitación y el limitado acceso a las herramientas requeridas para su aplicación
– La falta de entendimiento del tema por parte de las áreas encargadas y del pequeño empresario y emprendedor
– La poca cultura empresarial frente al tema y la desinformación
– Los altos costos de la automatización que muchas veces no van de la mano con el presupuesto de los emprendedores y pequeños empresarios
– La ausencia de personal altamente calificado y facultado para desarrollar la estrategia de migración
Sin embargo, mi apatía frente al tema y que yo piense así, no significa no tenga plena conciencia haya un mundo en evolución donde todos y cada uno de alguna forma impulsamos el cambio y aportamos a su generación.
La automatización empresarial empieza en las 3 áreas más importantes de las organizaciones: marketing, ventas y servicio al cliente. Las empresas al ver la necesidad de evolucionar, entendieron que el foco de atención de TI ha cambiado de satisfacer las necesidades internas de la organización como los inventarios y el control de costos, a satisfacer las necesidades y requerimientos de los clientes externos, el consumidor final, crear nuevas estrategias y oportunidades comerciales adaptadas a la tecnología que de igual forma generen una experiencia de compra positiva y agreguen valor y darle cumplimiento a la demandante área de PQRS que para mantener la lealtad y fidelidad del cliente, es el área que tiene mayores compromisos y responsabilidades al interior de una organización.
Es recurrente que los pequeños empresarios piensen que la automatización es algo aplicable solo en empresas grandes que cuentan con un musculo financiero importante que les permite innovar, adaptarse al cambio y satisfacer las necesidades de los clientes diversificando, que en su negocio puede ser algo innecesario o que no cuenta con los recursos y el conocimiento para hacerlo, sin embargo, a nivel de la pequeña empresa, la automatización tiene grandes beneficios.
Un estudio de McKinsey Global Institute reflejó que más del 60% del trabajo de recopilación y procesamiento de datos, importante para las tareas administrativas, se puede automatizar. No obstante, en compañías de todo el mundo, solo cuatro de cada diez procesos están automatizados evidenciando los bajos niveles de automatización. Los líderes empresariales pasan 16 horas a la semana haciendo tareas manuales como actualizando su correo, trabajando en hojas de cálculo, llenando formularios, y no están aprovechando las herramientas tecnológicas que existen en la actualidad para acelerar estos procesos.
Cada error, cada retraso y cada equivocación en la gestión de un negocio tienen un costo. La automatización disminuye los errores manuales y se agilizan actividades administrativas como procedimientos de pagos, ventas, y facturación. La automatización ejerce control, ahorra tiempo, disminuye el esfuerzo y el desgaste físico y mental que implica ejecutar la misma tarea por horas.
Según McKinsey Global Institute, las empresas altamente automatizadas tienen seis veces más probabilidades de experimentar un crecimiento en sus ingresos del 15%. También el 94% de los gerentes de empresas cree que la automatización aumenta la demanda de habilidades blandas como la organización, la amabilidad, los buenos modales, la creatividad, la sociabilidad, la empatía, la resolución de conflictos y problemas de mejor manera y facilita las habilidades interpersonales de comunicación.
Un estudio realizado por LinkedIn a 291 directores de recursos humanos en Estados Unidos, concluyó que para los reclutadores es fácil encontrar a personas muy preparadas, con importantes conocimientos y habilidades en sus áreas de conocimiento pero es muy difícil encontrar a personas con habilidades blandas y sociales, absolutamente necesarias para el buen desarrollo y desempeño de sus puestos laborales.
Las habilidades “duras” se aprenden a través del estudio y procesos mecánicos y repetitivos, son necesarias para realizar una labor, las habilidades blandas o cualidades sociales son más importantes, ya que corresponden a los atributos personales que ayudan a las personas a interactuar eficazmente con otras.
Una investigación de la Universidad de Harvard indica que el 85% del éxito en el desempeño de un profesional se debe al buen desarrollo y uso de sus habilidades blandas y personales. Si bien las habilidades blandas son innatas ya que cualquier persona está en capacidad de desarrollarlas por estar fuertemente ligadas a la inteligencia emocional, hablamos de personas amables, colaboradoras y empáticas, que tienen facilidad para relacionarse, trabajar en equipo, comunicarse, organizarse y desarrollar relaciones sociales duraderas en el tiempo.
María Eugenia Saldarriaga O. | Consultora experta en marketing, reputación e imagen corporativa y lealtad y fidelización de clientes | Cel. 310 3216527 | [email protected] |