Ir al contenido principal

Horarios de atención

De lunes a viernes:
8:00 AM – 5:00 PM

Whatsapp: (+57) 317 599 0862
Teléfono: (+57) 313 7845820
Email: [email protected]

Confidencial Noticias 2025


Con esta los invito a construir un gran acuerdo económico, social y político, que represente los intereses de los empresarios y de los sectores populares y las clases medias, a partir de reconocer que Colombia opera muy por debajo de su potencialidad y que necesita, dentro de la legalidad y la economía de mercado, cambios de importancia. Entre esos cambios resalto crear y crear más fuentes de empleo y riqueza, sustituir importaciones y exportar más, mejorar la competitividad, disminuir la desigualdad social, enfrentar sin vacilaciones a los corruptos y garantizar el monopolio estatal y democrático de la fuerza. Realizar además reformas democráticas en educación, salud y ambiente y reducir el maltrato a las mujeres y demás sectores discriminados.

Y hacer realidad este acuerdo con gran amplitud política y debate civilizado, para poder unir a la Nación en pos de su progreso, en respuesta a las siguientes consideraciones.

Quien haya seguido la política y la economía colombianas, habrá oído y leído bastante sobre el supuesto gran respaldo de todos los gobiernos a empresas y empresarios. Según los medios, son incontables las leyes del Congreso y las medidas presidenciales expedidas en su favor, retórica que aumenta en elecciones, y más con las falacias de Iván Duque sobre su maravillosa gestión. Según esta fábula, los gobiernos de aquí les han dado igual o más respaldo a los empresarios que los de los países capitalistas desarrollados.

Pero lo errado de ese relato la prueba el notable subdesarrollo de la economía empresarial colombiana, verdad que no niega progresos que saludo y que deben preservarse. Porque nuestro producto por habitante, antes de la pandemia, llegaba a solo 6.500 dólares, mientras que el de los países desarrollados era de 30 mil y más. Y porque en ellos el desempleo es mucho más bajo y existe poca informalidad, en tanto aquí es al revés.

Si en Colombia tuvieran trabajo los doce millones que no consiguen empleo, habría 240 mil empresas y empresarios más, con cincuenta empleados cada una. Esto sin mencionar a los cinco millones que se fueron al exterior para poder trabajar ni los 14,7 millones de informales. ¿Cuánto más podría producir y vender la economía si estos colombianos en la pobreza y el hambre tuvieran empleos e ingresos de un salario mínimo? Y esta falta de oportunidades –que también lastra el ingreso y el gasto público en educación, salud, infraestructura y demás servicios– está en la base de la gran corrupción nacional.

¿A quiénes responsabilizar por estas dolorosas verdades? Solo hay dos posibilidades. Creerles a quienes desde el poder y así sea en forma solapada –con énfasis a partir del gobierno de César Gaviria– les echan la culpa a los empresarios, a quienes sindican de no responder a las muy acertadas medidas de presidentes y ministros y de la tecnocracia extranjera y nativa que les tira la línea, infamia de tono racista que les extienden a asalariados, campesinos, indígenas y trabajadores por cuenta propia.

El otro punto de vista, planteado muchos años antes de 1990, ha demostrado que los gobiernos nunca han respaldado en serio el desarrollo del país, porque no se han propuesto industrializar la producción urbana y rural, generar muchos y buenos empleos y aumentar la capacidad de compra nacional, que es lo que han hecho los países exitosos, incluidos Corea y China, que en 1950 eran más atrasados que Colombia.

La responsabilidad política de esta gran mediocridad económica y social –irrefutable por las pésimas cuentas macroeconómicas y los inmensos reclamos sociales en especial de los jóvenes– la tienen los mismos con las mismas que han gobernado a Colombia y que se niegan a cambiar sus concepciones. Porque como a la clase política le va bien –¡y muy bien!–, publicitan la especie de que al país le va igual, falsedad que en cada elección creen legitimar con fraudes y clientelismo y el mal uso de la plata oficial.

Entre las víctimas hay una porción considerable de los empresarios –entre quienes pulula el estancamiento, el retroceso y la quiebra–, porque les creen a esos políticos su disfraz de servidores públicos que dicen gobernar con responsabilidad y acierto. Y porque hasta los chantajean con la demagogia de incluirlos en el reparto de la plata del Estado.

Porque Colombia sí tiene arreglo y en este país el sol puede brillar para todos, bienvenidos los empresarios y los asalariados, al igual que toda la nación, a construir este proyecto democrático.

@JERobledo

Jorge Enrique Robledo | Opinión

PORTADA

El senador y precandidato liberal, Mauricio Gómez Amín, señaló que La Guajira tiene todo el potencial para convertirse en una de las grandes potencias turísticas del Caribe colombiano. Resaltó que el turismo cultural, étnico y natural puede convertirse en…
El exgobernador de Sucre y precandidato presidencial, Héctor Olimpo Espinosa, denunció a través de sus redes sociales el violento asalto a la casa de su madre en Bogotá. ¨Rompieron la reja, se metieron por una ventana¨, escribió Espinosa en su cuenta de…
Uniformados del GAULA Élite de la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, fue ubicado y notificado con Circular Roja de INTERPOL Kenffersso Jhosue Sevilla Arteaga, conocido como alias “Flypper”, en la ciudad de Cúcuta (Norte de Santander). …
La precandidata del Centro Democrático, Paloma Valencia, presentó una propuesta para complementar la educación de niños y jóvenes en el paìs. Según Valencia, el país tiene un reto urgente debido a la existencia de numerosas medias jornadas escolares que…
El exministro de Hacienda y precandidato presidencial, Mauricio Cárdenas, en entrevista para Confidencial Noticias, explica su propuesta para eliminar el 4 x 1.000. Explíquenos su idea de eliminar el 4 x 1.000. Mauricio Cárdenas: Es una propuesta que…