La historia se repite, no importa la ciudad, la edad de la víctima, su nivel educativo o cualquier otro factor: casi todos tenemos a un conocido que terminó entregando sus ahorros y hasta sus electrodomésticos porque recibió la llamada de un supuesto “familiar” que dijo haber sido el responsable de un accidente de tránsito, y necesitar urgente una plata para indemnizar a los afectados.
La gravedad de semejante escenario no le permitió a nuestro conocido darse el tiempo de pensar en la veracidad de la llamada, ni en lo que debía hacer antes de entregar su información, su plata y sus pertenencias. Su propio cerebro lo secuestró por el miedo y por la urgencia.
Esta misma situación se presenta al recibir correos electrónicos o mensajes de texto en los que supuestamente el banco informa que las cuentas y claves fueron bloqueadas, o que se hicieron compras sin autorización con las tarjetas, y que se debe ingresar a un enlace para dejar los datos y controlar la situación.
Y la culpa no es de la víctima: la amígdala, una pequeña parte del cerebro relacionada con las emociones, pareciera actuar de maneras insospechadas. De hecho, puede generar un bloqueo, conocido como secuestro amigdalar, que causa en la persona una incapacidad transitoria de pensar racionalmente y de acceder al conocimiento previamente adquirido para tomar las decisiones correctas.
¿Cómo prevenir entonces esta situación y proteger la información y la plata? Los consejos de Bancolombia son sencillos, y ayudan a controlar las emociones en momentos de alta tensión:
Parar: luego de recibir una llamada o de leer un correo, mensaje o indicación inusual, lo mejor es detenerse. Así se da tiempo para estabilizar las emociones y sacar a la amígdala cerebral del secuestro en el que se encuentra. Así entenderá mejor qué dice el mensaje que lo alertó.
Pensar: hágase preguntas como ¿qué me están pidiendo que haga?, o ¿quién me lo está pidiendo y por qué debería hacerlo? Y muy importante: ¿por qué entregar mi información financiera si solo la debo usar para hacer transacciones? Este tipo de cuestionamientos ayuda a proteger la información financiera y la plata y, claramente, evita caer ante las trampas de los delincuentes.
Actuar: cuando un mensaje le genere alerta porque le están pidiendo información financiera confidencial, transferencias de dinero, descargas de archivos adjuntos desde remitentes desconocidos o acciones que no son normales o simplemente generan dudas, la mejor forma de actuar es reenviar el mensaje a [email protected] o al WhatsApp +57 300 887 68 17. Allí, un equipo se encargará de revisarlo para identificar si se trata de un fraude, y da respuesta con indicaciones para proceder.
Además, al identificar mensajes fraudulentos, el equipo de Bancolombia bloquea las páginas falsas para que los ciudadanos no caigan en este tipo de estafas, con lo que una consulta a tiempo por estos canales no solo ayuda a quien denuncia, sino a muchas otras personas.
Justamente, producto de las consultas y denuncias realizadas por los clientes de Bancolombia, la entidad pudo evitar que más de $8.330 millones llegaran en 2023 a manos de los amigos de lo ajeno.
También es importante tener siempre presentes las recomendaciones de seguridad básicas:
Tenga en cuenta que ni los bancos ni las franquicias de las tarjetas de crédito le van a solicitar los cinco datos financieros confidenciales. Estos son: usuario, clave, número de tarjeta, código de seguridad y fecha de vencimiento. Esto quiere decir que si por llamada telefónica, mensaje de texto, correo electrónico o redes sociales le piden estos datos, le están tratando de robar la plata.
No crea en supuestas alianzas o premios de rifas en las que usted no participó, y menos si para reclamar lo ganado le piden los cinco datos confidenciales.
No descargue en sus dispositivos (celular, tablet o computador) archivos o programas que provengan de fuentes desconocidas. Siempre busque sitios oficiales como Play Store o App Store para hacer sus descargas.
Mantenga instalado en sus dispositivos un antivirus licenciado y actualícelo.
Utilice los mecanismos de protección que ofrecen los bancos, como las alertas y notificaciones, identidad protegida, clave dinámica y topes en los valores de las transacciones, entre otros.
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