El Caribe es la región con más potencial para energías renovables en Colombia

El Caribe es la región de Colombia con más alto potencial para el desarrollo de energías renovables, que incluso pudieran convertirlo en territorio autónomo en materia energética, aseguró el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa.

El pronunciamiento lo hizo al intervenir en el 2º Encuentro Internacional que sobre este tema se realiza en Barranquilla.

De acuerdo con el mandatario departamental, esta región, además, se puede convertir en un proveedor integral de fuentes energéticas para el país y la región, si se tiene en cuenta que además de los importantes prospectos renovables en eólica y solar, también está en condiciones de potencializar otras alternativas como el gas natural y nuevas térmicas.

Según cálculos expuestos por Verano de la Rosa, en esta zona colombiana existe un potencial de nueva generación de energía hasta por 20.000 gigavatios.

No obstante, el gobernador recomendó que como mecanismos para fortalecer la expansión de las energías renovables e debe, por un lado, ganar la total confianza del sistema financiero a partir de un modelo especial para este campo, pero, además, generar conocimiento, capacidad institucional y también de respuesta en los entes municipales.

Verano reiteró el potencial del Caribe Colombiano, pues allí se concentran 10% de la industria manufacturera, 11 millones de consumidores que representan 20% de la población colombiana, al tiempo que el crecimiento de la demanda es de 6%, mientras la de todo el país es de 3%.

Contratación a largo plazo

Por su parte, José Antonio Vargas Lleras, presidente del Consejo Mundial de Energía en Colombia, planteó la necesidad de reglamentar esquemas de contratación a largo plazo para garantizar expansión de las energías renovables.

Igualmente, recomendó el diseño de mecanismos para nuevas fuentes y agentes, algo que, en su opinión, no va en detrimento de las inversiones de las empresas de generación eléctrica.

Asimismo, sugirió apalancar este plan de expansión con el mecanismo de cargo de confiabilidad, para continuar alineando todo el sector energético hacia un esquema robusto, donde la complementariedad y el proceso de transición deberán ser ejes articuladores, que al mismo tiempo permitirán responder a los efectos del cambio climático.