Una de las razones para el malestar que la juventud está mostrando recientemente, es que cada vez tiene menos oportunidades: los cupos en universidades públicas son limitados, las universidades privadas no son accesibles para la mayoría de la población y los estudios técnicos y tecnológicos aún se están modificando para satisfacer las demandas del mercado laboral, por lo que la oferta actual no necesariamente garantiza la inserción en el mercado en el futuro.
Además, de todos los problemas que se viven con la oferta educativa, también está el oscuro panorama que viven en el mercado laboral, es importante precisar que el difícil panorama de la juventud no ocurre solo en Colombia, es un fenómeno mundial. Por ejemplo, mientras que la tasa de desempleo en Estados Unidos llegó al 5,8% en Mayo de este año, la tasa de desempleo juvenil se ubicó en 9,9%. En Francia la tasa de desempleo fue del 8% mientras que el desempleo juvenil en abril estuvo en el 19,5%. En Colombia, mientras la tasa de desempleo se ubica en el 15,1% la tasa de desempleo Juvenil se ubica en el 23% y lo que es aun mas grave, el desempleo juvenil en mujeres se ubica en el 31,5% siendo un dato extraordinariamente alto si se compara con países similares.
Las razones desde los estudios dan para que la tasa de desempleo sea tan alta son varias. Una, es el bajo crecimiento económico en los países que hace que no se creen suficientes oportunidades de empleo. Otra, son las rigideces en el mercado laboral que previenen a todos los trabajadores de ingresar en la fuerza laboral pero afecta en mayor medida a los jóvenes. Otra razón es la falta de experiencia y la falta de capital humano que constituyen una barrera directa para que los jóvenes puedan acceder al mercado laboral, muchas compañías, incluso públicas, ponen la experiencia como un pre-requisito para poder acceder a empleos. En Colombia la pobreza es otra de las barreras de entrada para jóvenes sin capacitación, una vez un joven consigue un trabajo, debe pagar transporte público y comida por 30 días, antes de que llegue su primer sueldo, aunque no lo parezca, esta es una de las razones para que algunos jóvenes no puedan aceptar ofertas de trabajo.
Una razón estructural para que las empresas no contraten mas trabajadores, son los altos costos de contratación, incluyendo la carga parafiscal y los costos de selección y entrenamiento de personal. También se incluye en este rubro el salario mínimo que afecta a todos los que están afuera del mercado laboral y beneficia a todos los que están trabajando.
Para poder hacer frente a esta situación, es necesario pensar en modificaciones al mercado laboral. Por ejemplo, la propuesta del banco de la república de salarios mínimos diferenciales por regiones es muy fácil de implementar, dado el trabajo que ha hecho recientemente el DANE para establecer las líneas de pobreza regionales que muestran la diferencia de poder adquisitivo entre las principales ciudades del país. Esta propuesta se basa en que el salario mínimo alcanza para comprar muchos más bienes y servicios en ciudades como Cúcuta que en ciudades como Bogotá. Por lo que el monto monetario para satisfacer necesidades en Cúcuta debería ser inferior al de Bogotá.
Recientemente, el gobierno lanzó el decreto 688 con el cual los jóvenes van a tener mas oportunidades, pues el gobierno paga el 25% de los salarios de todos los jóvenes que sean contratados. Dado el proceso de reapertura que inició desde principios de este mes, se espera que esta política genere los incentivos adecuados para contratar personas que se encuentren entre los 18 y los 28 años de edad. Existen sectores como el comercio y bares restaurantes y entretenimiento que van a verse beneficiados por esta iniciativa. Y aunque es un paso en la dirección correcta, hay algunos componentes que se podrían mejorar: Primero, aunque esta política es enfocada a un grupo etario, no hay diferencias entre hombres y mujeres, a pesar de que las cifras del mercado laboral son mucho peores para estas últimas. Segundo, el costo fiscal de la política es bastante alto, vinculaciones laborales diferenciales para jóvenes por ejemplo sin pago de parafiscales, podrían permitir que ganen la experiencia requerida para acceder a otras posiciones. Finalmente, tratar de que esta iniciativa sea permanente, pues su falta de continuidad hace que los efectos no sean los esperados. Para esto se requerirían mayores ingresos tributarios.
@Memosinist – Docente de la Universidad Javeriana