Las abultadas caídas en los índices bursátiles del pasado viernes están teniendo continuidad este lunes con el desplome de las bolsas en Asia (las caídas en Asia han superado el 3%) y de buena parte de los activos de riesgo. El mercado está empezando a descontar una acción más dura por parte de la banca central para intentar detener una inflación que se está mostrando irreductible y amenazante, tal y como reveló el dato de inflación de EEUU el pasado viernes. A todo lo anterior se le une la extensión de algunos confinamientos en Shanghai y la posibilidad de nuevas actuaciones en China para frenar la expansión del covid.
Los analistas de Oanda explican que el viernes negro de la semana pasada “se está convirtiendo en un lunes negro”. La posible activación del freno de emergencia de la banca central (para contener la inflación) y los riesgos que provienen de China también están lastrando a los mercados. Las bolsas europeas han abierto con descensos que superan el 1%, dando continuidad a la drástica corrección del pasado viernes. Los analistas técnicos avisan del peligro de esta situación y abren la puerta a mayores caídas de las bolsas.
“Los futuros de los índices bursátiles de EEUU continúan con su liquidación esta mañana, el petróleo sigue cayendo, el dólar estadounidense sube con fuerza y los mercados bursátiles asiáticos han recibido una fuerte presión de venta”. El lunes negro está servido, según estos expertos.
La inflación, lejos de moderarse, sigue mostrando una fortaleza imprevista que está atemorizando a los inversores y, probablemente, a la banca central. Esto último resulta clave, puesto que tras el sorprendente dato de IPC en EEUU el pasado viernes (se situó en el 8,6%), las expectativas de los mercados sobre las subidas de tipos se han disparado.
En el caso de EEUU (la Fed se reúne esta semana y podría subir los tipos en más 50 puntos básicos), los mercados ya ven los tipos de interés en el 3,3% para finales de 2022, lo que supondrá una subida de más de 200 puntos básicos en las pocas reuniones que quedan. Los peores temores se están confirmando: la banca central podría echar el freno de mano para intentar poner coto a una inflación que ha ido demasiado lejos y que empieza a afectar a las expectativas. Por su parte, el mercado espera que el BCE lleve el precio del dinero hasta el 1% a finales de este año, frente al 0,75% que se esperaba hace solo unos días.
La banca central aprieta
La semana en los mercados estará protagonizada por las reuniones de varios bancos centrales. Tras el endurecimiento del mensaje por parte del Banco Central Europeo, este miércoles se reúne la Fed, el jueves será el día del Banco de Inglaterra y del Banco Nacional Suizo, mientras que el Banco de Japón tendrá turno para el viernes. Se prevé que el tono de los institutos monetarios siga endureciéndose (más subidas de tipos y menos estímulos) para enfriar la economía y los precios.
El mercado descuenta una acción casi sin precedentes de la banca central para evitar que la inflación se enquiste, y ello está ‘destrozando’ el sentimiento de los inversores. Una subida de tipos de interés tan drástica y rápida afectará, sin duda, a la inversión y el consumo, acercando al mundo a la próxima recesión. Los gestores ya advertían hace unas semanas de que un endurecimiento brusco de la política monetaria era uno de los principales riesgos para la economía.
Los precios de las acciones reaccionan con drásticas caídas. Tras los desplomes de los índices en Asia, las bolsas en Europa también se han teñido de un rojo intenso. En la deuda, el comportamiento es de auténtico risk-off (aversión al riesgo). El rendimiento del bono español (ya rebasa el 2,8%), italiano o portugués sube con intensidad, mientras que la deuda alemana se convierte en refugio (cae el interés y sube el precio).
Desde IG señalan que no haber reducido la deuda cuando había crecimiento económico, gastando más de lo que se ingresaba, supone que en épocas de tensionamiento de los tipos de interés las cosas se compliquen para estos países y gobiernos.
La prima de riesgo del bono español se sitúa en los 130 puntos, la de Grecia en los 285,8 puntos, la de Italia en los 239,7 y la de Portugal en los 131,6. De los denominados PIIGS en la última crisis de deuda, Irlanda ya no está dentro de los países derrochadores y tras un cambio completo en sus políticas en los últimos años, mejorando su situación financiera, ahora la prima de riesgo se sitúa en los 68,9 puntos, señalan desde IG.
Tal es el movimiento, que hasta la propia banca (principal beneficiada de la subida de los tipos de interés) está comenzando a sufrir fuertes caídas en bolsa. El miedo a una nueva recesión y a unas condiciones financieras muy duras puede con las expectativas de unos márgenes de intermediación superiores. Una recesión dañaría los balances de la banca a través de un incremento de la tasa de mora. Las cotizaciones de los bancos están cayendo a plomo en este lunes negro. BBVA, Santander o CaixaBank se dejan más de un 2% en el Ibex 35, por ejemplo.
Con información de ElEconomista.es